Por primera vez desde hace diez años el lince ibérico multiplica su población existente. Sin embargo, aún es necesario que esta cifra aumente mucho más para salvaguardar esta especie, que lleva años en peligro de desaparecer. El lince ibérico consigue superar el millar de ejemplares por primera vez desde hace veinte años, ha pasado de rozar la extensión con 94 ejemplares en 2002 a conseguir pasar del millar en 2020.

Durante este año de pandemia, los linces han tenido una buena época reproductiva con más de 414 nacimientos de 239 hembras, sin embargo, aún es muy necesario mantener la conservación de esta especie. Se calcula que el número de linces que tendríamos que mantener para evitar la extinción de esta especie, sería por lo menos el triple del  número de ejemplares actuales, cifras que calculan que podrían completarse para 2040.

Años atrás, en el 2013 se calculaba que solo quedaban: dos poblaciones en Andalucía isladas entre sí con un total de algo más de trescientos individuos en aumento, más otra en los Montes de Toledo de unos quince individuos y por ello escasamente viable.​ En el año 2018 se estimó una población de seiscientos ochenta y seis ejemplares en libertad distribuidos principalmente por Andalucía, en Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal.

También es necesaria la conectividad de especies existentes, de manera que se eviten problemas genéticos, juntar los núcleos de especies dispersos entre Doñana y Sierra Morena fomenta su desaislamiento y reproducción. Desde 2011 el comienzo con el programa de recuperación del lince ibérico se han conseguido reintroducir 305 ejemplares, lo que da grandes expectativas en esta especie.  

¿Sabías qué existen tres patrones de pelaje dependiendo del lince?

Mota fina: con numerosas manchas de pequeño tamaño y repartidas uniformemente y de manera densa, que tienden a concentrarse en los flancos laterales.

Mota gruesa A: las manchas son de mayor tamaño y tienen cierta tendencia a disponerse en líneas, apareciendo dos o más parejas de motas de mayor tamaño a nivel de los hombros.

Mota gruesa B: las motas son del mismo tamaño que en la mota gruesa A, pero no se aprecia ninguna ordenación específica ni las manchas de los hombros.