Las consecuencias de la crisis económica de 2008 todavía siguen muy presentes. Una década después de que el sistema hiciera aguas, ciertos colectivos siguen pagando los, calificados por muchos economistas, desvaríos en la búsqueda de soluciones.

En general, en Europa y en particular en España, esos 'arreglos' adoptaron la forma de recortes, con una incidencia clara en el incremento de la desigualdad.

El fenómeno está analizado en el estudio ‘El papel del mercado laboral en el aumento de las desigualdades durante la crisis’, publicado por el Observatorio Social de “la Caixa”.

Su autor, el profesor de Economía en la Universitat Autonòma de Barcelona, Albert Recio Andreu, es tajante a la hora de afirmar que todas las medidas puestas en marcha con la supervisión de los organismos comunitarios son “típicas del neoliberalismo”.

No hay que olvidar que los recortes se cebaron, sobre todo, con algunos de los pilares del estado del bienestar, como la educación y la sanidad. A su juicio, antes de las supuestas medidas correctoras de la crisis de 2008, ésta llega provocada por las políticas neoliberales. A partir de ahí, continúa, “la ausencia de ideas de un contexto de oposición a esto les ha dejado las manos libres para dar otra vuelta de tuerca” a esas mismas políticas en forma de recortes.

Trabajadores perjudicados

Tres colectivos de trabajadores han resultado especialmente afectados por la crisis, sus consecuencias y las acciones para paliarla.

Por una parte, las mujeres que han visto incrementada la brecha de la diferencia de sueldo con respecto a los hombres; por otra los trabajadores extracomunitarios, que si ya cobraban un 35% menos que el resto, vieron como ese porcentaje crecía todavía más en los años de crisis, tal y como subraya esta investigación.

El último grupo que ha padecido de manera más agresiva la zozobra económica es el de los empleados que, por tradición, siempre han tenido sueldos más bajos, es decir, los situados en el escalón inferior de la tabla salarial.

Según Recio Andreu, hay que mencionar también como elemento destacado de este proceso el de “la redistribución de la renta al revés”, o lo que es lo mismo, cuando aquella pasa de los más pobres a los más ricos. “Cuando tú te cargas la negociación colectiva, los que más padecen siempre son los que tienen menos cobertura”, explica a El Telescopio, añadiendo que esto sucede, sobre todo, en empresas pequeñas en las que el empleado no dispone, por ejemplo, de un comité que defienda sus derechos de forma global.

“España es uno de los países del viejo continente donde más se han incrementado las desigualdades”, consecuencia directa de la crisis de 2008, apunta este estudio, y génesis de otro término -por desgracia- muy extendido, como es el del trabajador pobre. No se puede olvidar que uno de los elementos que más ha influido en este sentido desde el punto de vista de los salarios es el de los cambios del mercado laboral.

Después del estallido de la crisis de 2008 en España, la construcción ha perdido peso en la economía, pero dejando su puesto al turismo (Foto: Europa Press/Archivo).

La moderación salarial (bajadas de sueldo), las políticas de austeridad (recortes) y la precariedad laboral (contratos a tiempo parcial e inestabilidad) quizás son los frutos negativos de las acciones articuladas para hacer frente a la crisis.

Poco o nada ha cambiado

Como si no se hubiese aprendido nada, Albert Recio Andreu tiene claro que, a pesar de los resultados negativos de este tipo de políticas –incluso, con un reconocimiento en este sentido por parte de los gobierno de algunas naciones- “se siguen aplicando esas políticas neoliberales”.

Según sus palabras, “una cosa es el discurso de la OCDE de que hay que abogar por la igualdad, etc, es decir, la retórica ha cambiado un poco porque se han dado cuenta de que la realidad va por otro lado, y otra son las políticas del FMI y de la Unión Europea que no siguen en la misma línea”.

Para apoyar su afirmación insiste en que “vuelve a hablarse de políticas de ajuste, y esto significa lo que significa” para, acto seguido, recordar que “cuando acabó el mandato del presidente José Luis Rodríguez Zapatero España tenía un déficit del 65% y con los ajustes de Rajoy nos hemos ido a casi el 100%”.

El origen de lo que estalló en 2008, para el autor de esta análisis publicado por el Observatorio Social de “la Caixa”, va más allá de visiones conspiranoicas. “Creo que la crisis estaba cantada”, pero el sistema no la esperaba porque “el esquema analítico que utilizaba la mayoría de los economistas estaba mal hecho”.

Una vez que la situación se torna en crisis “la respuesta depende de quien la puede aportar”. En esta sentido, este profesor de Economía de la UAB se muestra convencido de que “si hubiera habido un núcleo fuerte de gente, con ideas importantes, con un respaldo social destacado, las políticas hubiesen sido otras”. Sin embargo, “no hubo esa resistencia y se vieron con las manos libres” para aplicar las mencionadas políticas neoliberales.

¿Otra crisis en ciernes?

Y ahora mismo ¿estamos en riesgo de otra situación similar con consecuencias terribles para determinados grupos de población?. “Yo creo que posibilidades de crisis las hay. Un economista americano contaba en un libro publicado hace años que todo el sistema económico tal y como está ahora son como placas tectónicas, con el peligro constante de movimiento”, dice.

Tras la crisis que se inició hace 11 años el endeudamiento ha aumentado, los desequilibrios entre países se mantienen y la desigualdad en los niveles de renta se ha agravado, a lo que se une la aparición de presidentes como Donald Trump con sus temerarias políticas.

Para Recio Andreu, “no se adoptaron las medidas oportunas tras lo de 2008” y en el caso de España, “aunque ahora no tenemos el boom de la construcción, sí que nos hemos aguantado por el turismo”, un sector muy sensible tanto a los precios del petróleo, como a pequeñas variaciones en la renta en los países de origen de las personas que vienen a nuestro país.

Ante todo esto su conclusión es evidente: “Tenemos bastantes números para que vuelva a producirse una crisis”.

Avisados estamos.