Hace menos de cuatro años la película ‘Marte (The Martian)’, nos contaba cómo una especie de Robinson Crusoe moderno (Matt Damon) era capaz de sobrevivir gracias a su ingenio y a los resultados de los experimentos que se habían puesto en marcha en el ‘planeta rojo’. Todo mientras esperaba la llegada de sus rescatadores.

Marte se ha convertido en algo que va más allá del recuento -reminiscencia de los tiempos escolares- que lleva a recitar de carrerilla todos los planetas como si de la tabla de multiplicar se tratase.

Ahora mismo y desde hace pocos años es un objetivo o, se podría decir que el objetivo para empresas públicas y privadas porque los científicos confirman que, a priori, es el más apto para reproducir la vida humana más allá de la Tierra.

Sin ir más lejos, el millonario Elon Musk (Tesla) continúa empeñado en abrir los viajes comerciales a Marte en donde aboga por construir una ciudad. En las últimas horas, la NASA ha confirmado que la cápsula 'Crew Dragon' del proyecto SpaceX impulsado por Musk se ha acoplado de manera exitosa a la Estación Espacial Internacional.

El proyecto español Astroland

Los intentos que ponen el punto de mira en Marte son múltiples, variados y de diferentes nacionalidades. En España, hace poco se presentó en sociedad Astroland, autodenominada como “Agencia Interplanetaria Española” que según describen en su página web tiene “la capacidad de testar nuevas tecnologías
y desarrollar habilidades para vivir
en un ambiente hostil como el del planeta rojo”.

Aunque suene a ciencia ficción, como la que describe la película dirigida por Ridley Scott, este proyecto privado ha iniciado ya la construcción en una cueva de 1,5 kilómetros de longitud y 50 metros de alto, situada en el municipio cántabro de Arredondo de una estación, denominada Ares Station que, como describen en un comunicado, “servirá de laboratorio para testar nuevas tecnologías y entrenar las habilidades necesarias para instalar en el futuro una colonia humana permanente en Marte”.

Desde el punto de vista de los inversionistas, según señalan sus impulsores, “a diferencia de otros proyectos similares como Hi-Seas (NASA) o Pangea (ESA), el 100% de la inversión en este caso proviene de capital privado”. Que parece interesar al tejido empresarial lo demuestra el hecho de que, de los datos que facilitan, se desprende que hasta el momento la inversión supera los 1,2 millones de euros, habiéndose aprobado casi otro millón más para culminar la primera fase del proyecto.

De este modo, además de organismos científicos y autoridades académicas, colaboran con Astroland el Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Santander, EOI, el Banco Santander o la Universidad ESNE.

Ambiente marciano “muy hostil”

En palabras del CEO de Astroland, David Ceballos, elegir la cueva cántabra donde se desarrollarán los proyectos no es cuestión de azar. “El ambiente marciano es muy hostil con reducidas temperaturas, una elevada radiación estelar o fuertes tormentas, que han acabado por ejemplo con misiones como la del Opportunity de la NASA. Por ello, lo más compatible según el consenso científico con la vida humana es instalarse en los tubos de lava, unas cavidades subterráneas bajo la superficie marciana. En este sentido, estas cuevas son la localización perfecta con mayores similitudes para los diferentes programas de investigación”, ha dicho.

Zona de Cantabria donde se ubica la cueva que Astroland utiliza para este proyecto (Foto: Astroland).

Una de las novedades de esta iniciativa es que, en la misma, pueden participar quienes no son profesionales de sectores directamente relacionados con el ámbito espacial. En relación con esto, Ceballos ha asegurado que “personas de diferentes ámbitos y perfiles profesionales disfrutarán de la posibilidad de vivir hoy lo que sentirán los primeros colonos que viajen a Marte en el futuro”, o lo que él mismo ha calificado como “la democratización de la tecnología espacial”.

Ares Station está ya en marcha. La inversión que requerirá para su desarrollo, sin duda alguna, será mucho mayor, pero como señala David Ceballos “invertir en tecnología del espacio es invertir en innovación”. 

Y eso es lo que habrá en el interior de la cueva que imitará las condiciones de Marte, mucha innovación y los últimos avances tecnológicos con las cápsulas presurizadas y los trajes especializados para los exploradores como estandartes del proyecto de Astroland.

Los cálculos dejan entrever que quienes se involucren en este proyecto no lo tendrán fácil porque, como aclaran desde la compañía, “las personas que entren a la cueva recibirán previamente un extenso programa de formación en distintas habilidades necesarias para ser un futuro colono en el planeta rojo”.

Entre otras materias, ese entrenamiento abordará disciplinas como la espeleología, la escalada, la psicología, coaching o planes de emergencia y desarrollo de cultivos hidropónicos (que usan disoluciones minerales en lugar de suelo).

Las previsiones de Elon Musk apuntan a que organizar y realizar el primer viaje no tripulado a Marte el próximo año. Otras instituciones fechan la llegada al planeta rojo en 2030. Por ello, el proyecto español Astroland trabaja en los inicios de esa década para fijar una colonia humana segura.