Termina la que ha sido una semana clave para el sector de las telecomunicaciones españolas, un ámbito que se ha convertido en primordial para la ciberseguridad y el día a día de la sociedad. Los últimos movimientos conocidos en el culebrón Telefónica se han sumado a la sorpresa -o no tan sorpresa- que daba el fondo británico Zegona con la compra del 100% de Vodafone España y su intención de 'robar' la fusión con MásMóvil a Orange. Tres empresas esenciales para las conexiones de la sociedad a día de hoy -Telefónica, Vodafone y Orange- que han acaparado el foco por encima de la gran banca y las energéticas y que han protagonizado la actualidad empresarial de la semana.

¿Qué ha pasado esta semana con Telefónica? 

En medio del revuelo político por las negociaciones del PSOE con ERC y Junts para cerrar un posible acuerdo de investidura, el foco económico ha estado de nuevo protagonizado por Telefónica. Más allá de la oleada de resultados empresariales -la gran banca y las energéticas han continuado detallando sus cuentas financieras hasta septiembre a la CNMV- los nuevos movimientos en el caso Telefónica han robado el foco a las protagonistas de una de las medidas pactadas en el acuerdo de investidura PSOE y Sumar, el mantenimiento del impuesto extraordinario más allá de su vigencia, con el final marcado en 2024. 

El lunes surgían los primeros rumores sobre una posible entrada de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) en el capital de Telefónica. La SEPI es un organismo dependiente del Ministerio de Hacienda y, por ende, del Gobierno, que, con este movimiento, intentaría frenar el control de los árabes en una empresa clave para la seguridad y la autonomía estratégica de las telecomunicaciones en España. Los rumores -ignorados el lunes por el Ejecutivo en el Consejo de Ministros pero confirmados, finalmente, a primera hora del martes de forma oficial a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)- hicieron cambiar de estrategia a los protagonistas del culebrón. O al menos eso parece con las informaciones que se fueron conociendo en una mañana frenética de martes. 

La mañana del martes arrancaba con la confirmación oficial de la SEPI sobre una posible entrada en el capital de Telefónica, con una participación que algunos medios cifran en alrededor del 5%. Un porcentaje clave que serviría para frenar la intención de la teleco Saudi Telecom Company (STC), dependiente del Ejecutivo saudí, de hacerse con el control de la compañía. Y esto es lo que parece que ocurrió incluso antes de hacerse oficial la intención del Gobierno.

Tras los primeros rumores de intervención del Gobierno, los saudís echaron al freno a su plan de hacerse con el 9,9% de Telefónica. En medio de un silencio absoluto -solo roto por la confirmación oficial de la SEPI- fuentes conocedoras de la operación confirmaban a ElPlural.com que la intención de STC es llegar a ese 9,9% deseado de Telefónica -lo que le otorgaría una participación mayoritaria en el accionariado- pero hacerlo a largo plazo. Un plan que podría llevarle incluso “años”. Sin embargo, este detalle no se ha conocido hasta ahora, justo cuando surgieron los primeros rumores ante un posible movimiento de la SEPI. Ni tampoco en ninguna de las informaciones que se han publicado día a día desde el anuncio de Arabia Saudí de irrumpir en el capital de Telefónica aquel 5 de septiembre que pilló por sorpresa a todos los actores de la ecuación. ¿Casualidad?  

El 5% en cuestión de Telefónica

A la confirmación de la SEPI -del estudio de la propuesta, que "no presupone la adopción de una decisión”- y al aparente cambio de idea de STC sobre su compra de capital se sumó unas horas más tarde, ya a mediodía, las palabras del consejero delegado de BBVA, otro de los actores principales en el culebrón Telefónica. BBVA es, junto a CaixaBank y CriteriaCaixa, uno de los principales accionistas de la teleco española, con alrededor de un 5% de capital de la cotizada. Un 5% que la entidad ha puesto a la venta esta misma semana. O, al menos, ha anunciado su puesta en venta en el mercado.

El consejero delegado de la entidad, Onur Genç, echaba más leña al fuego durante la rueda de prensa de resultados de BBVA del martes y aseguraba que su porcentaje en Telefónica "no es una participación estratégica" y, por tanto, está a la venta en el mercado. Es decir, disponible para aquellos inversores que quieran entrar en el capital de Telefónica. En concreto, BBVA cuenta con un 4,87% de la teleco, muy cerca de ese 5% clave para todos los protagonistas de la operación.

Un 5% es el que STC necesitaría convertir en acciones, a través de un instrumento financiero técnico como parte del segundo movimiento de su plan, para aumentar su participación en Telefónica hasta el 9,9% anunciado. Y un 5% también estaría valorando comprar la SEPI para poder mantener la autonomía estratégica de Telefónica como empresa clave para la defensa, la ciberseguridad y, en último término, para la sociedad española. 

Tres anuncios en 24 horas que parecen haber cambiado por completo el panorama en Telefónica. Un revuelo que comenzó con la SEPI, siguió con el cambio de idea de los saudís y terminó con el anuncio de BBVA, poniendo a la venta su participación en Telefónica. Sin embargo, la teleco no consiguió ser protagonista indiscutible del día -sin quererlo- de la actualidad económica y ni siquiera de su sector. Tuvo competencia.

Zegona contraprograma a Telefónica con la compra de Vodafone España

No había pasado ni una hora del envío de la información privilegiada de la SEPI a la CNMV sobre su intención en Telefónica cuando saltó la confirmación definitiva de la compra del negocio total de Vodafone España por parte del fondo británico Zegona. Una operación que ya se descontaba en el mercado y que -casualidad o no- coincidió con los últimos capítulos del culebrón Telefónica. Una contraprogramación que ponía, aún más, patas arriba el sector de las telecomunicaciones

Zegona confirmaba lo que ya se venía sabiendo en los últimos meses: ha comprado el negocio completo de Vodafone España por 5.000 millones de euros. El fondo cuenta con una amplia experiencia en el sector de las telecomunicaciones nacional y piensa aprovecharlo. Zegona ya compró Telecable en 2015 y la teleco vasca Euskaltel en 2019. Ahora, también cuatro años después, ha decidido cumplir con su plan y hacerse con el negocio de una nueva teleco en España. Tal y como consta en el acuerdo alcanzado entre la filial del grupo británico y el fondo, también radicado en Reino Unido, Zegona puede mantener el nombre Vodafone España en su negocio en los próximos diez años. Sin embargo, parece que tiene otros planes. 

Zegona también va a por Orange 

El jueves, volviendo a la actualidad habitual tras el festivo del Día de Todos los Santos, Zegona continuaba con sus anuncios para convertirse en protagonista de la semana en el sector teleco. El fondo británico reconocía su intención de 'robar' a Orange la fusión con MásMóvil -siempre en el caso de que el acuerdo no llegue a buen puerto- y convertirse en un operador de mayor tamaño en el negocio de las telecomunicaciones a nivel nacional. El fondo británico quiere utilizar su experiencia de los últimos años y parece que no va a quedarse solo con el negocio de Vodafone España. 

El fondo ha reconocido públicamente estar valorando la posibilidad de fusionar el negocio de Vodafone en España, en sus manos cuando reciba el visto bueno de las autoridades correspondientes, con MásMóvil. Lo ha hecho en un documento presentado en la Bolsa de Londres en el que ha matizado que se hará en caso de que la negociación actual entre Orange y MásMóvil no termine de forma exitosa. Una operación que, precisamente, está parada por la Comisión Europea. "Si la fusión Orange-MásMóvil no se completa, podría ser posible llegar a un acuerdo para fusionar el grupo ampliado (Vodafone España gestionado por Zegona) con MásMóvil, lo que podría generar importantes oportunidades para lograr sinergias similares", reza el comunicado oficial de Zegona. 

Es más, el fondo de inversión británico presume oficialmente en su documento de que su operación de fusión no necesitaría el ok de la Comisión Europea, ni de ninguna otra institución europea de competencia, por centrar su negocio en España. Un escollo que tiene que superar, a día de hoy, la negociación entre Orange y MásMóvil, a la espera que Bruselas considere que esta unión no afectaría a la competencia en el sector a nivel nacional. 

Zegona lo tiene claro: quiere jugar un papel importante en el sector de las telecomunicaciones y va a aprovechar la coyuntura actual para hacerlo. Lo ha dejado claro con el anuncio emitido esta semana sobre la compra de Vodafone España y todavía más con su comunicado oficial presumiendo de que una posible fusión con MásMóvil no tendría que superar el escollo de Bruselas, como sí está ocurriendo en el caso de la operación protagonizada por Orange. Dos telecos y un destino -Vodafone (mejor dicho Zegona) y Orange luchando por hacerse con el negocio de MásMóvil- por una unión que podría dejar al competidor al nivel de cuota de mercado de Telefónica, inmersa en su propio culebrón al margen del plan de Zegona. Y es que a Telefónica le preocupa más el capital saudí que el capital británico.