La Comisión Europea ha informado este lunes de la apertura de una investigación en profundidad para aclarar si la fusión entre Orange y MásMóvil, que crearía un nuevo líder por clientes en España, puede poner en riesgo la competencia en la oferta de paquetes de servicios múltiples en España y en el servicio minorista de banda ancha móvil y fija.

"Queremos asegurar que los consumidores españoles seguirán teniendo servicios de telecomunicaciones asequibles y de alta calidad, incluidos los prestados por operadores virtuales que necesitan un acceso mayorista competitivo a las redes fijas y móviles para ofrecer sus servicios en los mercados minoristas de telecomunicaciones", ha explicado en un comunicado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario encargada de Competencia, Margrethe Vestager.

De su examen preliminar de la fusión, los servicios comunitarios concluyen que la unión de dos "competidores cercanos" supondría una reducción de operadores de red en España que eliminaría un "competidor innovador y significativo", lo que podría redundar en "precios más elevados y una menor calidad de los servicios" de telecomunicaciones para los clientes.

Bruselas cree también que como resultado de la operación Orange y MásMóvil tendrían la "capacidad e incentivo" para poder restringir el acceso de los operadores virtuales a la red móvil al por mayor y a los servicios mayoristas de acceso a la red fija.

Todo ello, añade la Comisión Europea en su comunicado, podría reducir la capacidad de estos operadores para competir y, como consecuencia, los precios podrían ser más elevados y los servicios pasar a tener una menor calidad para los clientes finales en España.

A partir de ahora, los servicios comunitarios cuentan con un plazo de 90 días hábiles, hasta el 21 de agosto, para tomar una decisión, si bien Bruselas recalca que la apertura de la investigación en profundidad "no prejuzga" el resultado final del procedimiento.

La operación de fusión se notificó a la Comisión Europea el pasado 13 de febrero. No pasó ni un mes cuando el 2 de marzo de 2023, la autoridad española de competencia (CNMC) solicitó la remisión del asunto con arreglo al artículo 9 del Reglamento de concentraciones de la Unión Europea. Una solicitud de remisión “aún pendiente”

Orange y MásMóvil son el segundo y cuarto mayores operadores con actividades minoristas y mayoristas en el ámbito de los servicios de banda ancha fija y telefonía móvil en España, mercado que cuenta en la actualidad con cuatro operadores para telefonía móvil, al sumarse a estas dos compañías Telefónica y Vodafone. Además, existen otros operadores virtuales que utilizan la infraestructura de los operadores de red para ofrecer sus servicios.

Al lograr materializar su unión, la nueva empresa se convertiría en líder por número de clientes si bien Telefónica sigue teniendo más ingresos. Los directivos de Orange y MásMóvil han defendido que la fusión debe cerrarse sin casi condicionantes ante el alto grado de competición del mercado español.

Así con todo, los expertos prevén que la fusión, ahora en vilo, se salde con la imposición de una serie de condiciones por parte de Bruselas que posiblemente conlleven una venta de activos. Este movimiento y esta investigación han generado una gran expectación por parte de otras operadoras que esperan poder sacar beneficio de dichas condiciones y de la venta de activos. Caso relevante el de Finetwork que desde el pasado 2022, viene comentando su interés por hacerse con lo que salga a la venta como parte del veredicto de las autoridades europeas.

No obstante, mientras se resuelve la investigación, ambas compañías continúan operando con independencia en el mercado español. Orange permanece ocupando la segunda posición por ingresos y clientes, mientras que Másmóvil mantiene la cuarta. La unión generará un grupo con una valoración de 18.600 millones de euros, de los que 7.800 millones corresponden a la división española de Orange y 10.900 millones a MásMóvil.

El acuerdo, que implica un paquete de deuda adicional de 6.600 millones de euros para abonar 5.850 millones de un ‘megadividendo’ a ambas compañías (con mayor peso a Orange por aportar sus activos sin pasivos), contempla la potencial salida a bolsa a partir del tercer año, con una posición de control por parte de los franceses. Debido a que aún existen incertidumbres sobre el resultado del estudio de la Comisión, Orange cree que no puede incluir en su balance la filial española como “operaciones discontinuadas”.