BBVA y Banco Sabadell mantienen su guerra por el dividendo como la principal estrategia para defender, el primero, las ventajas de la opa y, el segundo, los inconvenientes que tendría la operación para sus accionistas. Desde el primer momento -cuando se conoció la, inicialmente, oferta de fusión lanzada por BBVA al Sabadell el 30 de abril-, la cúpula de la entidad alicantina defendió ante sus accionistas que la remuneración y la actividad del banco “en solitario” era mejor que si se unían al BBVA. Un mensaje que han mantenido desde entonces y que ahora, cinco meses después, se ha endurecido a uno y otro lado.

Esta misma semana Banco Sabadell, BBVA y -de nuevo- Banco Sabadell, han lanzado sendas comunicaciones públicas a sus accionistas en las que informaban de la retribución de su dividendo, cada uno a los suyos. Es más, la responsable global de Estrategia y M&A de BBVA, Victoria del Castillo, aseguraba en una entrevista en El Independiente hace apenas unos días que el dividendo anunciado por Sabadell para repartir la próxima semana, el 1 de octubre, “no genera más valor para el accionista”. 

La directiva de BBVA ha asegurado públicamente que los 2.900 millones de euros en dividendo anunciados por la entidad para los próximos dos años no supone un aumento de valor para los accionistas del banco, sino que es “algo que ya le pertenece”. Como parte del argumentario, la directiva defendía que la fusión posterior a la opa, de producirse finalmente, provocaría una mejora para la remuneración de los accionistas de Sabadell en un 30%.

Sabadell se reafirma: "retribución atractiva y recurrente a largo plazo"

Estas palabras parecen haber encrudecido la batalla por el dividendo entre una y otra entidad. Así, mientras Sabadell anunciaba el pago de dividendo entre sus accionistas para el próximo 1 de octubre; BBVA reaccionaba anunciando “el mayor dividendo a cuenta de su historia” para sus accionistas -los del BBVA- a repartir apenas nueve días después, el 10 de octubre. La entidad alicantina volvía a responder ante sus accionistas, todo esto en apenas 24 horas de diferencia entre un anuncio y otro, asegurando su compromiso con una “retribución atractiva y recurrente a largo plazo”.

Banco Sabadell ha confirmado así, en declaraciones de su consejero delegado, César González-Bueno, que repartirá entre sus accionistas alrededor del 30% de su valor en bolsa en los próximos 18 meses. El CEO y mano derecha de Josep Oliu se ha comprometido a hacer entrega de una “retribución atractiva, recurrente y sostenible a largo plazo”. El directivo ha recordado, en medio de esta guerra, que la previsión del banco de abonar 2.900 millones de euros entre sus accionistas en 2024 y 2025 tiene, a día de hoy, incluso “potencial de mejora” por la actualización de las previsiones de rentabilidad. “Nuestro compromiso de retribución, que está basado en nuestro nivel de rentabilidad recurrente, tiene potencial de mejora al alza debido a la actualización de nuestras previsiones de RoTE”, ha precisado el directivo.

En este sentido, ambos directivos han explicado públicamente que las perspectivas a futuro son positivas, a pesar de encontrarse en un entorno de menores tipos de interés. La entidad alicantina defiende que el 60% del stock de las hipotecas está referenciado a tipo fijo y, por tanto, no resultará afectado por los tipos de interés. Asimismo, mantienen que este nuevo contexto permitirá elevar el stock de crédito en pymes y empresas, que realizarán mayores inversiones corporativos y mayor gasto en capital.

González-Bueno ha reiterado que, gracias a las “excelentes” perspectivas de rentabilidad recurrente del banco, a su estrategia “perfectamente definida” y a su “mínima exposición” a mercados de alta volatilidad, la mejor opción para la entidad pasa por seguir en solitario. El mismo mensaje que lanzó Oliu hace ya cinco meses. En una conferencia organizada por Bank of America esta semana en Londres -en la que ya había participado Onur Genç como consejero delegado de BBVA el día antes- el CEO de Banco Sabadell y su director financiero, Leopoldo Alvear, han subrayado el compromiso del grupo con la generación de valor para sus accionistas.

González-Bueno: No es lo mismo que CaixaBank y Bankia

Por otro lado, González-Bueno ha defendido que la oferta de BBVA “no tiene un precio asumible”, ya que en la actualidad es “sustancialmente inferior a la original” por la volatilidad actual de las acciones de BBVA, ahora un 11% por debajo frente al momento del lanzamiento de la opa. La cúpula de Sabadell ha recordado igualmente que la propuesta de fusión -más amistosa que la opa “hostil”- ya fue rechazada por el consejo de administración del banco alicantino por “infravalorar a la entidad y sus perspectivas futuras”.

La cúpula del Sabadell ha endurecido los mensajes lanzados hacia BBVA y González-Bueno ha asegurado ante sus colegas que no existen precedentes de OPAs no solicitadas sobre el 100% del capital en los últimos 20 años en España como esta. Asimismo, ha hecho hincapié en el “alto riesgo” de ejecución de la operación, tanto por la dificultad para conseguir las autorizaciones correspondientes -a la espera de obtener aún el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC)- así como el respaldo accionarial necesario para llevarla a cabo. Y es que son los accionistas de Banco Sabadell los que, llegado el momento, tendrán que decidir si aceptan la oferta de canje de acciones de BBVA o si, por el contrario, prefieren mantenerse como accionistas del Sabadell como hasta ahora.

En cuanto a las regulaciones necesarias, el consejero delegado de la entidad objeto de la opa ha advertido que, por tratarse de una opa hostil, el análisis de la autoridad de Competencia, la CNMC, es “muy complejo” y “se prolonga mucho” en el tiempo. De hecho, se ha basado en el precedente más reciente del sector financiero nacional, la unión de CaixaBank y Bankia -esta vez como fusión y no como opa hostil-, para asegurar que no se trata del mismo caso ni, obviamente, de la misma operación. Como parte del argumentario, González-Bueno ha explicado también que, en la fusión CaixaBank-Bankia, el negocio de pymes no resultaba “tan dañado” como en el caso BBVA-Sabadell.

“Una vez concluida la Fase 1 (en la que está actualmente), lo más probable es que la CNMC pase a Fase 2 y, necesariamente, entonces pasará a Fase 3 -que incluye al Gobierno, quien decidiría si hay que endurecer, mantener o suavizar las condiciones-“, ha señalado públicamente el consejero delegado de la entidad sobre los próximos pasos de la operación.

¿Un nuevo escenario tras la opa?

No obstante, como novedad en el proceso, el CEO de Banco Sabadell ha avanzado una posible solución a futuro con la que se podrían mantener unos niveles de competencia “aceptables”. González-Bueno ha asegurado que “la única manera” de mantener estos niveles de competencia en el sector a nivel nacional, en caso de formalizarse finalmente la opa BBVA-Sabadell, pasaría por generar la “aparición de un nuevo competidor”. Un proceso que el directivo ha calificado como “muy complejo” ya que tendría que hacerse una escisión del negocio de Banco Sabadell (carve out) y vendérselo a un competidor. Así lo ha explicado públicamente el directivo como un nuevo mensaje que abre ahora nuevas dudas y futuribles ante la operación financiera del año.

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