Un estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud, la de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización de Sanidad Animal (OIE) pone de relieve el elevado riesgo que existe de que los visones se conviertan en transmisores de la enfermedad tras la detección de varios casos en diferentes países europeos.

Sin ir más lejos, el pasado mes de noviembre, la OIE hacía público un comunicado en el que advertía de algo similar.

Galicia es, en el marco estatal, la Comunidad Autónoma con mayor número de granjas de visones activas, y aunque desde la patronal de esta industria se asegura que las condiciones de seguridad son totales, entidades ecologistas y animalistas han denunciado en varias ocasiones la inacción de las administraciones públicas como organismos garantes del cumplimiento de las medidas de control en las granjas donde se cría a este animal.

En relación con esto, la Fundación Franz Weber ha denunciado que esas acciones preventivas no se llevan a cabo en las instalaciones de este tipo que hay en Galicia y que, de hacerse, el ritmo de fiscalización es demasiado lento para la situación actual de pandemia.

Según explica en un comunicado, si se toma como referencia “el censo de visones reproductores que la Xunta divulgó el pasado 21 de Enero, cuantificando en 69.186 ejemplares, el porcentaje de test PCR es ínfimo”. En concreto, según este cálculo, representaría tan solo “el 1,4% de la cabaña estable de visones, que se incrementa exponencialmente en el mes de mayo, multiplicando la población de los visones por seis, cuando nacen las crías”.

En el Congreso

En el Congreso de los Diputados, el parlamentario del Bloque Nacionalista, Néstor Rego, también preguntó sobre este particular al Gobierno central. En su respuesta, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, explicó que "el Protocolo de Bioseguridad (...) incluye medidas para prevenir la introducción del SARS-CoV-2 en las granjas de visón, así como reducir el riesgo de diseminación del virus, tanto hacia personas como hacia otros animales en caso de confirmarse la presencia del virus en una granja".

A pesar de esto, tanto la Fundación Franz Weber, como la ONG Tu Abrigo Su Vida, han señalado que el “protocolo del Gobierno central ni las medidas de la Xunta” contemplan la opción de que “los mustélidos sean asintomáticos, lo que podría generar nuevos brotes entre los animales, que se expandirían de forma rápida ante las condiciones de hacinamiento y podrían llegar a las poblaciones circundantes”.

Del mismo modo, FFW ha criticado que en el caso gallego, con más de 25 granjas activas, la administración autonómica no haya desarrollado “actuaciones excepcionales para contener nuevos casos de coronavirus, como podría ser el desarrollo de cribados en los municipios donde se ubican estos recintos y que, en algunos casos tienen una especial concentración, como Abegondo o Carral”.

El riesgo extremo que supone la mezcla de las granjas y el coronavirus tal y como lo han definido diferentes organismos nacionales e internacionales, ha llevado a que desde distintos ámbitos se haya reclamado el cierre de estas instalaciones por razones de salud pública, no en vano, hay quien habla de "bomba pandémica"

En Galicia ya se han registrado brotes de contagio de visones en espacios de esta industria. El último en una granja de A Baña, A Coruña, que se saldó con el sacrificio de más de 3.100 ejemplares de esta especie.