A lo largo de los meses de pandemia se ha repetido en numerosas ocasiones por parte de entidades ecologistas y/o animalistas la necesidad de cerrar las granjas de visones. El origen de esta petición se encuentra en las medidas adoptadas en otros países europeos, como Países Bajos y Dinamarca, tras haberse detectado brotes en varias instalaciones de este tipo. Los gobiernos de algunos de esos países decidieron cortar por lo sano y clausurarlas.

En Galicia, región en la que más granjas de estas características existen, esa petición ha sido continua, en particular tras detectarse el primer caso de contagio entre animales en A Baña.

Sin embargo, tras ese brote al que siguió otro en Santiago, la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galicia, ADEGA, denuncia que, lejos de suspender la actividad del sector, acaba de conocer que se encuentra en fase de exposición pública para su evaluación ambiental un proyecto de ampliación de una granja de estas características. En concreto, está situada en el Monte Xalo, en la localidad coruñesa de Carral. Según explica la organización, este proyecto propone “duplicar su capacidad de producción, pasando de las 3.000 hembras a las 6.500”. A estas se sumarían 700 machos. Todo con el objetivo de criar alrededor de 32.500 visones americanos de media al año.

A juicio de los responsables de ADEGA, la tramitación de este proyecto “está absolutamente fuera de lugar y resulta especialmente temerosa e irresponsable por parte de la Xunta”, en referencia al instante actual de crisis sanitaria global a causa del covid-19.

En este sentido, también insisten en que el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) reconoce el papel que “las granjas de visón americano tienen como reservorios del virus y focos de alto riesgo de contagio, debido a la transmisión del virus que se puede dar entre estos animales y las personas, y viceversa”. Y esto sin olvidar el papel que pueden jugar en la expansión del virus a causa de las nuevas cepas.

La responsabilidad de esto la atribuyen desde ADEGA a la Xunta de Galicia que “ha demostrado una total indiferencia ante las reiteradas reclamaciones” de esta y otras entidades ecologistas a favor del cierre de estas granjas. Para la organización es “un disparate” esta actitud del Gobierno autonómico porque “apuesta por favorecer y agravar la crisis sanitaria dando curso y aliento a las solicitudes de esta industria para ampliar sus instalaciones”.