La situación de la sanidad pública gallega es más que preocupante durante este verano, según denuncian diferentes colectivos y las formaciones de la oposición en el Parlamento autonómico.
Es una de las 'herencias' dejadas por Alberto Núñez Feijóo y que durante sus años al frente de la presidencia de la Xunta fue denunciada por profesionales, usuarios y defensores de la sanidad pública. Al ahora líder nacional del PP le acusaban de desmantelarla a base de recortes o de dar mayor importancia al cambio de modelo mediante los conciertos con clínicas privadas o la apuesta por la gestión mixta como la elegida para el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.
La pandemia, a pesar de que sus medios afines ponían a Feijóo como ejemplo a seguir en la gestión, sacó a la luz todas las carencias del sistema gallego de salud, en particular en materia de recursos humanos. Alfonso Rueda, su sucesor y miembro de sus gobiernos desde 2009, lejos de solucionar el problema, parece agravarlo.
Sin ir más lejos, este verano se ha detectado un deterioro más importante, si cabe, de la sanidad gallega. Así lo ha denunciado la diputa del Bloque Nacionalista Galego, Iria Carrera, quien ha mencionado la aglomeración de pacientes en urgencias, cierre de camas por toda la red hospitalaria de la región, a lo que ha sumado las “habituales listas de espera desbordadas".
La parlamentaria del BNG ha hablado de casos concretos, como los de los pacientes que tienen órdenes de ingreso por criterio clínico pero que no se materializa “por falta de camas operativas". Según ha comentado esta es una situación que se da por toda la comunidad, advirtiendo d eque hay enfermos que esperan en “sitios impropios”.
Que las cosas en la sanidad gallega no van bien desde hace tiempo lo pone de manifiesto el propio Partido Popular a través de diferentes movimientos.
Sin ir más lejos, con los cambios de titulares al frente de la Consellería de Sanidad, con tres distintos en apenas unos años, o en los puestos intermedios, a lo que se agregan las dimisiones -algunas en bloque- en direcciones de áreas sanitarias. Como ha recordado Iria Carrera, tras los comicios de febrero pasado “hay un nuevo Gobierno, un nuevo conselleiro que sigue a perpetuar las mismas recetas de sus antecesores, con recortes presupuestarios, pero también de personal".
Asimismo, ha recalcado que los 'populares' han decidido dejar inoperativas este verano alrededor de 800 camas hospitalarias, para, a continuación subrayar que según los datos de la propia Xunta, en Galicia, a finales de 2023, eran 45.000 las personas que estaban pendientes de una cirugía, "practicamente 10.000 más que en 2019".
La Xunta se aplaude
A modo de conclusión, y después apuntar a la sanidad pública como una de las prioridades de su formación, la diputada nacionalista ha incidido en que los datos de listas de espera son “estructurales”, porque “sabemos que hay muchos más pacientes esperando” aunque formando parte de “una lista no estructural” que el PP “se niega a revelar” detalles de su “dimensión”.
También se ha referido a esta tema el PSdeG. Su portavoz, Julio Torrado, ha insistido en hablar de la “grave situación” que atraviesa la sanidad pública en Galicia. En su crítica ha apuntado de forma directa a la gestión de los 'populares' como verdaderos responsables de lo que está pasando.
A modo de conclusión, el dirigente socialista ha asegurado que la sanidad gallega “está viviendo un caos sin precedentes”, unas condiciones a las que se ha llegado “fruto de años de recortes y abandono por parte del Gobierno autonómico”, primero de Alberto Núñez Feijóo y ahora de Alfonso Rueda.
Por su parte, la Consellería de Sanidade, a través del Servizo Galego de Saúde, Sergas, no ha tardado en responder por separado a ambas formaciones de la oposición, y lo ha hecho echando balones fuera y 'negando la mayor', a pesar de que las críticas contra la gestión de la Xunta no son nuevas, sino que se repiten en los últimos años.
Entre otras cosas, a través de un comunicado, el Sergas ha presumido de la “eficacia del plan puesto en marcha para garantizar la asistencia sanitaria durante el verano”.
Asimismo, aunque reconoce “la falta de médicos”, que justifica como algo “generalizado en toda España”, aplaude el éxito del dispositivo de refuerzo implementado por la Consellería, calificado como “chapuza” y "ocurrencia" desde diferentes sectores, consistente en reforzar la asistencia médica con más de 400 médicos voluntarios, que prestan apoyo tanto en las urgencias hospitalarias, como en las extrahospitalarias. Curiosamente, a pesar de lo balance positivo que hacen desde el Servizo Galego de Saúde, diferentes sindicatos y organizaciones médicas lo han vuelto a criticar porque muchos de esos médicos de apoyo realizan sus funciones sin supervisión de un superior.
Otro de los temas objeto de crítica por parte de la oposición y usuarios es el cierre de camas. También aquí la Xunta lo niega y, ciñéndose al pasado puente del día 15, ha destacado que “mantuvo disponibles para ser usadas si así fuese preciso el 100% de las camas de hospitalización”.