Las redes sociales son el principal vehículo de difusión de sus proclamas para los partidarios de ideologías radicales. Curiosamente, en los últimos tiempos, desde perfiles claramente próximos a VOX en los que nunca falta la bandera de España y en los que, como seña de identidad, se muestra con orgullo el ser “facha”, se ataca con contundencia al presidente de la Xunta de Galicia.

Quién le iba a decir a Feijóo que los ataques de los más próximos en ideas políticas, por su simbología, iban a provocar más polvareda que los de la izquierda. Sin embargo, todo parece tener su explicación y responde, una vez más, a intereses partidistas que vendrían a responder a una pregunta muy clara ¿Quién y por qué puede buscar el ataque -o que lo hagan sus huestes – contra el líder ‘popular’?

La respuesta parece igual de evidente: la ultraderecha. Feijóo, guste o no guste a derecha e izquierda, es el único presidente autonómico que gobierna con mayoría absoluta y lo hace, además, en un Parlamento en el que la ‘nueva política’ es un cero a la izquierda.

No todo el mérito es suyo, por eso, en este punto hay que distinguir entre derecha e izquierda. En el lado siniestro de la política, el fracaso de Podemos con o sin sus confluencias, aliados y demás, es un logro atribuible únicamente a ellos (y ellas) y esas guerras internas de egos para poner a este candidato y quitar a aquel.

Pero cosa distinta, como Galicia en el tema de Os Resentidos, es el dominio de Feijóo en su parte más próxima, ideológicamente hablando.

Porque, en efecto, aquí el dirigente del PPdeG sí ha sabido jugar sus cartas. Así como en ese salto que dicen que dará a Madrid un día parece que sí, pero al siguiente no (lo dará porque los gallegos saben si suben o bajan las escaleras), en lo de controlar al votante de centro derecha, derecha y ultraderecha del Fogar de Breogán no ha tenido fallo.

Es verdad que por el centro o centroderecha (o derecha, incluso ultra, según el día), en Ciudadanos no ha hallado rival en Galicia. Es lo que tiene pasar de una ideología socialdemócrata, al centro, para darse después una vuelta por la derechísima de Colón e intentar volver al centro. No hay autoescuela que te prepare para los giros a los que Rivera sometió a su ex partido.

En el extremo derecho, el de VOX, ni sacar a la palestra a su ‘abueliña’ le sirvió a Abascal para atraer algún voto. Porque en Galicia, la abuela, la madre y la familia gallega la representan los de siempre, que si lo trasladamos a la política, son ‘os pepeiros’, y esto se traduce en un Parlamento limpio de ultraderecha (con firma propia).

Es verdad que Feijóo ha bebido de quien conocía a la perfección esta corriente, pero no es menos cierto que, aunque hay legado de Fraga, el actual presidente de la Xunta lo ha sabido hacer muy bien para barrer cualquier intento de crecimiento de VOX.

Ahora, con la coyuntura que presenta la pandemia y el hartazgo de un año de anormalidad en la convivencia, los de Abascal (entendiendo por tales a conocidos y desconocidos seguidores) recurren al medio en el que mejor se mueven para atacar a su enemigo: las redes.

En este punto de la crisis sanitaria, se suben al carro de 'Santi' también los negacionistas. A decir verdad, es muy difícil en la mayoría de las ocasiones, saber distinguir que fue antes el huevo (vacunas no) o la gallina (los españoles primero). Por eso, parece lógico pensar que entre los primeros sean gran mayoría los segundos. Lo grave es que, como ya les funcionó en otras ocasiones lo de los bulos, ahora también recurren a ellos para hacer acusaciones muy graves.

Tuit contra Feijóo 1

 

Tuit contra Feijóo 2

 

Tuit contra Feijóo 3
Tuit contra Feijóo 4

Pero lo que está ocurriendo ahora, al rebufo de la pandemia, sigue la estela de la campaña que, también en plataformas sociales y webs de tendencia claramente ultra, parece buscar el debilitamiento del presidente de la Xunta. En este caso es a través del idioma gallego. Aludiendo a él como “el virrey”, se le critica que sus comparecencias públicas o sus tuits sean en la lengua de Castelao.

Y claro, una vez más, todo apoyado en mentiras. Las acusaciones son un sinsentido puesto que en Galicia se acusa a Feijóo de todo lo contrario, es decir, de atacar tanto el gallego a través de normas y revisiones que, en la actualidad, hay quien considera que está en peligro.

Incluso, la Unión Europea ha advertido en varias ocasiones, la primera nada más acceder Feijóo a la presidencia en 2009, algo que se repitió hace poco más de un año (en diciembre de 2019) con el aviso del Consejo de Europa, de que las políticas del Gobierno autonómico estaban provocando el “grave retroceso” del idioma gallego.

En definitiva, una vez más a base de fake news, de bulos y de medias verdades (cuando no directamente mentiras), parece que la maniobra podría partir de una parte derecha (en toda su extensión) del agitado tablero político. Al fin y al cabo, ¿quién es, para muchos ultras, el portavoz más valioso de lo que denominan 'derechita cobarde'?.