El Sáhara Occidental vuelve a ser tema de debate para los diferentes partidos políticos después de que el Gobierno haya cambiado su posición respecto a la autonomía del territorio frente a Marruecos pero, ¿cuál es el origen del conflicto?

Lo primero que hay que saber es que el Sáhara Occidental es una antigua colonia española que fue anexionada por el país vecino en 1975. Desde ese momento y en los años posteriores se han sucedido las disputas entre el Frente Polisario y Marruecos.

Anexión a Marruecos, salida de España y Marcha Verde

El origen de la disputa 'más inmediata' se remonta 47 años atrás, pero fue un siglo antes (en 1883) cuando el territorio fue ocupado por España. En 1973 -previa adhesión con Marruecos- nace el Frente Polisario, el frente de liberación nacional del Sáhara Occidental que lucha desde entonces por su autodeterminación.

En plena agonía del franquismo, España propuso un referéndum de independencia, pero Marruecos lo rechazó, ya que no quería perder la oportunidad de apropiarse de un territorio que había reclamado históricamente. 

Así las cosas, en 1975 se anexionó una parte del territorio mediante lo que después pasaría a conocerse como Marcha Verde, un recorrido de más de 300.000 civiles desarmados que el entonces rey marroquí Hassan II envió a la zona para forzar la salida del Ejército Español.

Los hechos no quedaron exentos de polémica. En 1978 se llegó incluso a relacionar la cesión del Sáhara a Marruecos con grupos de presión ligados a la familia Franco y una década después, en 1988, se desveló que él mismo fue al Sáhara en 1974 con el mandato expreso del Gobierno español de preparar al pueblo saharaui para la independencia.

‘Referéndum’, ONU y líder del Polisario

Desde 1976 y durante 16 años se sucedieron las guerrillas entre Marruecos y el Frente Polisario. En 1991 la ONU creó la Misión para el Referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso) y desde ese momento el Frente Polisario no ha dejado de reivindicar la votación.

Las relaciones entre España y el reino de Marruecos no han sido las mejores en los últimos años, especialmente desde 2021, cuando nuestro país acogió al líder del Frente, Brahim Ghali. Lo hizo, argumentó Moncloa, por razones humanitarias. Sin embargo, el hecho provocó que Marruecos permitiera la entrada masiva de inmigrantes a través de las playas de Ceuta.

¿Por qué interesa tanto el Sáhara Occidental?

A pesar de que en él viven solo algo más de medio millón de personas -en su mayoría tribus bereberes- el territorio -de 266.000 kilómetros cuadrados- cuenta con reservas naturales valiosas y es rico en fosfato, entre otras muchas cosas. En ese sentido, tal y como contó ElPlural.com en otro artículo, solo en 2020 en el Sáhara Occidental fueron expoliadas 1.123.000 toneladas de dicho producto.

Además, la zona es igualmente rica en pesca, ya que cuenta con uno de los mayores pesqueros del Océano Atlántico. De hecho, actualmente la Unión Europea tiene con Marruecos un acuerdo en esta materia por el que cada año paga más de 50 millones de euros a cambio de tener acceso a sus aguas, aunque cuando España dejó el Sáhara no se redactó ni un solo tratado.

Por si fuera poco, el Sáhara Occidental guarda también importantes reservas de petróleo y gas. El Gobierno marroquí cuenta con dos socios principales en lo que se refiere a este aspecto: la irlandesa Island Oil&Gas y la estadounidense Kosmos Energy, que cuenta con el 75% del principal yacimiento en alta mar frente a las costas de Bojador, el más importante de la zona.

Postura de España

El cambio de postura de España frente a la autonomía del Sáhara de Marruecos ha cambiado en los últimos días, tal y como anunciaba el presidente Pedro Sánchez el viernes pasado. Desde el partido minoritario del Gobierno (Unidas Podemos) y los socios de investidura se suceden las voces críticas pero ¿cómo se ha pronunciado históricamente nuestro país?

En el momento de abandonar el Sáhara Occidental en 1975 éste respaldaba un referéndum de autodeterminación. Después, y cuando dicha solución fue perdiendo fuerza, España apoyó la posibilidad de una salida negociada entre las partes implicadas y con la ONU como telón de fondo.

Lo que está claro es que en ningún caso nuestro país ha apoyado el plan autonomista planteado por Rabat. Hasta ahora. Desde el Ejecutivo mantienen que lo único que hacen es dejar de lado la “no postura” que hasta la actualidad, consideran, habían afrontado frente al conflicto. Por su parte, quienes condenan la decisión aseguran que obedece a una “traición” al pueblo saharaui que, quién sabe, podría estar perpetrada en la pérdida de confianza en los últimos años del reino vecino hacia España.