Margaret Atwood acaba de presentar un ejemplar ignífugo de su novela ‘El cuento de la criada’, hemos visto cómo las autoridades ucranianas purgaban de las bibliotecas los libros rusos, incluidos a Dostoyevski o Tolstoi, por considerarlos dañinos. En Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso ha emprendido una cruzada contra los libros de texto de Primaria y Secundaria por un presunto “adoctrinamiento”, que después se vio obligada a desmentir. Los efectos de la censura y quema de libros son protagonistas en la exposición ‘Malheridos’, de la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla de la Universidad Complutense de Madrid. La escritora María Zaragoza (Campo de Criptana, 1982) ha oficiado como madrinade esta singular muestra.

La muestra ofrece libros con páginas tachadas, arrancadas o quemadas. También algunos tomos heridos por las balas y es que durante la Guerra Civil los libros de la biblioteca de Ciudad Universitaria fueron utilizados como sistema defensivo para tapar ventanas e incluso en las barricadas. También se puede ver una portada del diario 'Ya' del 2 de mayo de 1939 con una crónica sobre la quema de libros subversivos en el patio de la entonces Universidad Central y que ahora acoge la precisamente la Biblioteca Histórica. Era el Día del Libro y el nuevo régimen "condenó al fuego" a los "libros separatistas, los liberales, los marxistas, los de la leyenda negra, los anticatólicos, los del romanticismo enfermizo, los pesimistas, los pornográficos, los de un modernismo extravagante, los cursis, los cobardes los seudocientíficos, los textos malos y los periódicos chabacanos". En la purga se incluyó también a autores como Sabino Arana, Rousseau o Marx, entre otros.

María Zaragoza narra en 'La Biblioteca de Fuego' las peripecias de archiveros y bibliotecarios para salvar nuestro patrimonio bibliográfico durante la Guerra Civil

Este trágico episodio de la historia es precisamente el punto de partida de la novela 'La Biblioteca de Fuego'(Planeta), con la que María Zaragoza ha ganado el Premio Azorín 2022. La autora llevaba tiempo queriendo escribir una novela de aventuras sobre una biblioteca invisible y cuando descubrió lo ocurrido en ese fatídico Día del Libro de 1939 a través de esa misma portada tuvo claro el contexto histórico en la que iba a ambientarla. La "espeluznante" imagen de todas esas personas con el brazo alzado frente a la hoguera para 'purificar' las ideas que consideraban perniciosas fue el "germen" de esta historia sobre las peripecias de una sociedad secreta que salvase libros prohibidos o censurados.

La protagonista es Tina, una joven de provincias que estudia en la Universidad Central Filosofía y Letras que soñaba con ser bibliotecaria. Su amor por los libros la lleva a contactar con la red de bibliotecarios y archiveros que protegieron y salvaron nuestro tesoro bibliográfico. A través de personajes ficticios y reales María Zaragoza relata toda una época y el heroísmo de estas personas anónimas que preservaron de la sinrazón nuestro patrimonio cultural para generaciones venideras.

El 'Ángel de los libros' fue un bedel de la universidad que rescató auténticas joyas bibliográficas

Esta red clandestina estaba liderada por el 'Ángel de los libros', figura inspirada en Ángel López, un bedel de la universidad que trabajó en la Facultad de Filosofía y Letras desde 1927 hasta 1939, que consiguió rescatar auténticas joyas bibliográficas de la destrucción.Por la novela trancurren también personajes reales como Federico García Lorga, Hildegart Rodríguez Carballeira, María de Maetzu, directora de la Residencia de Señoritas o Zanobia Camprubí, la mujer de Juan Ramón Jiménez.

"Me divertí mucho con los personajes que eran reconocibles. Lorca, Pura Ucelay, Zenobia... Era importante que estuvieran en la parte ficcionada para que cuando Tina entrase en el salvamento, se hiciera de forma natural. En la parte de los personajes no tan reconocibles, sentí más responsabilidad. Quería que fuera un libro de aventuras, lleno de detalles de vida y que sintieran curiosidad por estos bibliotecarios a quien debemos tanto", asegura María Zaragoza.

Blanca Chacel, hermana de la escritora Rosa Chacel, viajó a Perpiñán con una amiga y dos maletas enormes cargadas de libros y fichas

En la novela también aparece Blanca Chacel (hermana de la escritora Rosa Chacel), que viajó a Perpiñán con una amiga y dos maletas enormes cargadas de libros. Era archivera de la Junta Central de Protección del Tesoro Artístico, una institución creada en 1936 por el Gobierno de la República y se tomó hasta las últimas consecuencias su misión. María Zaragoza pudo hablar con su hija, que le aportó para su investigación escritos de la tremenda aventura de esta mujer. "Ella jamás le dio importancia a lo que hizo, le pareció lo más normal del mundo y fue tremendo", nos explica.  Blanca Chacel y Elena Gómez de la Serna -que en la novela es sustituida por Tina-, viajaron a pie hasta Perpiñan con dos maletas de 30 kilos cada una con fichas de dónde estaban escondido el tesoro artístico. En Perpiñán cogieron un tren hasta Ginebra, esquivando incluso intentos de meterlas en un campo de concentración. 

Juan Manuel Lizárraga Echaide, director de la Biblioteca História y comisario de la exposición, ha dividido la muestra en tres partes: una dedicada a la censura, otra sobre cómo afecta el paso del tiempo a los libros y una tercera en la que se puede ver la acción directa de los lectores sobre los libros. "Se presentan en este apartado final todas las huellas que dejan los lectores, como marcas de lectura, comentarios en los márgenes o dibujos y también podemos ver manuales de texto con comentarios jocosos sobre los profesores" explica.

María Zaragoza: "A los libros se les da menos importancia salvo cuando es para culparles de algo y entonces sí, vamos a quemarlos por sus ideas perniciosas"

La censura ha existido desde siempre, pero con la aparición de la imprenta se organizó de forma sistemática. María Zaragoza subrayó en este sentido la necesidad de tener todas las piezas para saber de dónde venimos. "La censura es tan perversa, que cuando pasa algo, si las piezas anteriores no están y no se conoce, no sabemos cómo hemos llegado hasta aquí. La información tiene que estar", enfatizó. Preguntada por los motivos por los que el episodio histórico que relata en su novela es tan poco conocido frente, por ejemplo, al salvamento de las joyas pictóricas de el Prado, cree que se conjugan dos cosas. "Por un lado, a los libros se les da menos importancia salvo cuando es para culparles de algo y entonces sí, vamos a quemarlos por sus ideas perniciosas. Son como de segunda. A la gente les impacta más que se salven 'Las Meninas' a que se salve un libro. Esto es así. Pero por otro lado, todo este salvamento se consideró como un expolio y la gente que lo hizo tenía que desaparecer de la narrativa".

La exposición 'Malheridos. La huellas del paso del tiempo en los libros' se puede visitar en Madrid, en la Biblioteca Histórica Marques de Valdecilla de la Universidad Complutense  (calle Noviciado, 3), hasta el próximo 21 de octubre. Los martes y los miércoles se pueden hacer visitas guiadas. La muestra es una actividad del grupo de trabajo de patrimonio de la Red de Bibliotecas Universitarias (REBIUN) y se está celebrando de forma simultánea otras exposiciones similares en Valencia, Barcelona, Pamplona y Oviedo.