“Canción popular, principalmente de asunto religioso, que se canta en Navidad”. Esta es la primera acepción que aparece en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) para la palabra villancico. Sin embargo, estas canciones no siempre han ido de la mano de las navidades. Según algunos historiadores, el canto surgió por el siglo XIII, llegando a España en los siglos XV y XVI, mientras que en Latinoamérica se empezó a difundir desde el siglo XVIII. Originalmente, eran canciones profanas, con un estribillo pegadizo y que se usaban como registro de los principales hechos que ocurrían en una comarca (amores y desamores, fallecimientos y demás noticias de interés del pueblo).

Posteriormente, la sencillez de sus letras llamó la atención de la Iglesia, que decidió apostar por este tipo de cantos como método para divulgar su mensaje evangelizador, sobre todo centrándose en el nacimiento del Niño Jesús -aunque la Iglesia ya disponía de composiciones musicales propias-. Su temática se concentra, además de en el Mesías, en la Virgen María, San José, los Reyes Magos, los pastores y la Estrella de Belén.

Su popularidad fue aumentando exponencialmente, y ni la reforma protestante cometida por Martín Lutero (también participó en la composición de este tipo de canciones) pudo frenar su fama. De hecho, durante esta etapa, los villancicos no sufrieron desgasta alguno, puesto que en los países donde las iglesias protestantes tenían un amplio protagonismo se veía con buenos ojos el uso de la música en las celebraciones religiosas en detrimento de otras formas de devoción usadas por la iglesia católica. Juan del Encina, Pedro de Escobar, Francisco Guerrero, Gaspar Fernandes y Juan Gutiérrez de Padilla, han sido algunos de los compositores de villancicos que más han destacado de la historia.

De esta manera, y con el paso de los años, el villancico se convirtió (un hecho que se fija en torno al siglo XIX), al igual que las luces y el típico abeto navideño, en un símbolo fundamental del mes de diciembre en general, y de la Navidad en particular.

Por otra parte, con permiso de Gran Bretaña, Estados Unidos y Portugal, los villancicos son unos cantos exclusivos de España y de otros países hispanohablantes como Venezuela, Bolivia, Perú, Ecuador, Brasil, Argentina, México y demás estados de Centroamérica y América Latina, teniendo cada país sus propios villancicos populares. De esta manera, en nuestro país los más conocidos y cantados por toda la familia son Hacia Belén va un burra, Los peces en el río, 25 de diciembre, Campana sobre campana o La marimorena, entre otros.

¿Por qué los villancicos suenan a Navidad?

Uno de los puntos fuertes de los villancicos es que gustan a todo el mundo, independientemente de si eres un fan de la Navidad o no. La música navideña mueve grandes masas y es una apuesta segura en el terreno comercial de la música. Un hecho que se debe a que este tipo de cantos despiertan en nuestra mente experiencias y ambientes vividos en estas fechas, que normalmente suelen ser recuerdos felices ya que cuando interiorizamos los villancicos es cuando somos niños y adolescentes y en estas épocas los problemas son menores. Esto se conoce en el campo de la psicología con el nombre de teoría del condicionamiento clásico.