El calendario no da un respiro a una Esquerra Republicana tocada y hundida. El 12 de mayo abrió una nueva etapa para la formación. El severo correctivo de las urnas precipitó la dimisión de Pere Aragonès, chamuscado en la noche electoral, y la retirada -temporal- de Oriol Junqueras. La carrera por la sucesión está totalmente abierta en una formación dividida entre los fieles al líder y la facción que capitanea la número dos -en el exilio a la espera de la amnistía-, Marta Rovira. De ese reducto emerge un nombre con fuerza, el de Roger Torrent, a la sazón expresidente del Parlament de Catalunya en tiempos del 1 de Octubre, según informa El Mundo.

ERC montó un gabinete de crisis tras la aciaga noche del 12 de mayo. Los 13 escaños perdidos en los comicios precipitaron no sólo la salida del candidato y president interino de la Generalitat. A la dimisión de Aragonès la acompañó la posible jubilación política de Oriol Junqueras, que abandonó la presidencia del partido con la intención de postularse para el cargo en el congreso que celebrarán en noviembre. Dos salidas -una de ellas parcial- que espolean a un sector contestatario abonado al perfil bajo. Al menos hasta la jornada postelectoral.

El sector crítico coge fuerza

Con la resaca de los malos resultados, y aún sin un cónclave en la agenda del partido, la facción crítica, liderada desde Suiza -hasta la aprobación de la amnistía- por Marta Rovira, aceleró la dimisión del presidente republicano para implantar la idea de la necesidad de sumir al partido a una “transición tranquila” que empezara con el adiós de Aragonès y el paso a un lado de Junqueras. Dos días después, tras una tensa reunión de la cúpula republicana, el líder anunciaba su retirada de la primera línea. El exvicepresidente de la Generalitat, sin embargo, dejaba la puerta abierta a un eventual regreso en forma de candidatura para dirigir la formación tras el congreso de noviembre.

Tras ello, Rovira anunciaba públicamente que no presentaría batalla para la Secretaría General. Pese a la renuncia, asumía la capitanía de la delegación negociadora de ERC con el PSC y una posición de privilegio para maniobrar en la renovación integral de los órganos de dirección del partido, para garantizar que el paso al lado de Junqueras no sea temporal. La ahora dirigente republicana ve amortizado al número uno de la fuerza soberanista, con quien lleva colaborando en la cúpula desde 2011.

La vía Torrent

Estos movimientos garantizan a Rovira el control del aparato republicano, desde donde pretende impulsar la candidatura alternativa auspiciada por Junqueras, en caso de que descarte dimitir tras su proceso de reflexión. El guiso aún está en el fuego, pero desde las entrañas de ERC hay quien apunta que la líder en funciones ya ha escogido su condimento especial. Un perfil potente tanto en el plano institucional como orgánico, en cuyo currículum figura una Conselleria y la Presidencia del Parlament. Esta última, en los tiempos de mayor crispación en Cataluña, facilitando la DUI y las leyes de desconexión de Carles Puigdemont.

Este perfil responde al nombre de Roger Torrent. Actualmente ostenta la cartera de Empresa en condición de interinidad, además de contar con el alivio de no haber integrado ninguna de las candidaturas de Esquerra para el 12M. El expresident del Parlament se salvó de la quema, manteniendo intactas sus ahora opciones de liderar el nuevo tiempo que se ha abierto en la formación soberanista tras el cónclave del próximo mes de noviembre. Un congreso en el que los republicanos deberán construir su plan de oposición para los cuatro años y constatar si en el corto plazo rompen con la prevalencia de la nación sobre la clase.

En la sala de máquinas de ERC, según revela el diario El Mundo, creen que no haber estado en las listas juega a su favor. Torrent, que ya edificó un perfil propio con la presidencia de la Cámara autonómica, quiso capitanear la candidatura republicana para los comicios del 2021. Sueño truncado, pues Junqueras se decantó por la vía Aragonès y taponó la carrera al alza del dirigente que ahora vuelve a la vanguardia de la mano de Rovira.

Torrent aspiraba a mantener su cartera en la Generalitat en el caso de que Aragonès conservara la presidencia y evitó pronunciarse públicamente sobre la salida de Junqueras. En cambio, sí dedicó algunas palabras amables para el expresident, pero también para Rovira, a quien le agradeció su “liderazgo”.

El expresident del Parlament tiene a su favor la ausencia de perfiles potentes en la facción de Rovira, además del predicamento de su carrera para competir con Junqueras. Junto a la líder republicana permanecen, además del propio Aragonès, la vicepresidenta del Govern en funciones, Laura Vilagrà; el viceconsejero Sergi Sabrià, quien también abandonará la primera línea; la portavoz, Marta Vilalta; y uno de los cerebros del 1 de Octubre, Josep Maria Jové. Una terna de nombres con una potente influencia sobre la militancia republicana y que podría mover el voto en favor de Torrent.

En cambio, Junqueras, de seguir en la vanguardia, está flanqueado por uno de los pesos pesados históricos de la formación, Gabriel Rufián. Junto al portavoz parlamentario, la guardia pretoriana del exdirigente la completan Joan Ignasi Elena, Lluís Salvadó y Pau Morales. Este último, un perfil desconocido para el público, pero capaz de canalizar apoyos hacia la papeleta de Junqueras.

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