Ni 48 horas han transcurrido desde la firma del acuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y ya se han registrado los primeros choques entre los firmantes, así como sus consecuencias en el bloque progresista. El sistema de elección de los vocales del órgano de gobierno de la magistratura resquebraja el acercamiento de las fuerzas tradicionales. El Partido Socialista, a través del ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, se mantiene en su trinchera y asegura que la propuesta que emane de la cúpula judicial “no es vinculante”. Por su parte, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, recuerda al PSOE que el documento es “muy claro” y que la ley registrada “conjuntamente” se vota en su totalidad “o no se hará”. En paralelo, los aliados de la investidura escenifican una posición de crítica total al pacto bipartidista.
De la celebración a las trincheras, en un parpadeo. Tras celebrar en conjunto el acuerdo del martes en Bruselas para renovar a la cúpula judicial, PSOE y PP han pasado de nuevo al juego del tira y afloja por las interioridades del documento firmado. Precisamente uno de los firmantes y a la postre negociador principal socialista en este envite, Félix Bolaños, levantaba el pánico en las oficinas de Génova 13 al pronunciar, ante los micrófonos de la Cadena SER, que la propuesta que emane del CPGJ entrante “no es vinculante”, sino que se remitirá a Moncloa, al Senado y al Congreso porque, en definitiva, son las Cortes Generales sobre quien recae la “iniciativa legislativa”.
No obstante, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes expuso que la propuesta en cuestión partirá del CGPJ con un nutrido consenso, al obligar a las partes -conservadora y progresista- a aprobarla por mayoría de 3/5. En cualquier caso, en caso de que no exista entendimiento, no existe imperativo para aprobar un nuevo sistema de mayorías. Por ello, pide que se deje trabajar a los vocales en el estudio de los diferentes modelos europeos y si hallan uno mejor, se estudiará y se tramitará. No obstante, Bolaños optó por ensalzar el “modelo español”, que ya nace de “grandes acuerdos de Estado” como el de este martes. “Estas decisiones siempre han de tener un gran respaldo para reflejar la pluralidad de la sociedad”, apuntaló el titular del ramo.
Feijóo, tajante
Sin embargo, el Partido Popular disiente en este sentido con los socialistas. En una entrevista concedida a EsRadio, el presidente de los conservadores, Alberto Núñez Feijóo, ha precisado que el acuerdo es “muy claro”. El líder de la oposición hace alusión a la ley que sendas formaciones han registrado, aduciendo que mandata al CGPJ entrante a que “en seis meses emita una propuesta de reforma de la ley de acuerdo con los estándares europeos al objeto de concretar la mayor participación” de los jueces.
Interrogado por las palabras de Bolaños, Feijóo se ha mostrado rotundo al respecto: “Esa ley o se vota en su totalidad, incluida esa disposición adicional, o no se hará porque el acuerdo es muy claro y es tramitar la ley simultáneamente a la lista de magistrados y juristas que componen el Consejo”. El líder de la oposición entiende que el texto hay que “tramitarlo y aprobarlo en el mismo pleno”, reconociendo que éste fue uno de los puntos convulsos de la negociación y la que, a la postre, fue más compleja de “redactar” y consensuar.
Feijóo: "Esa ley o se vota en su totalidad, incluida esa disposición adicional, o no se hará porque el acuerdo es muy claro"
A pesar de no estar de acuerdo con el modelo del PSOE, que no otorga “protagonismo a los jueces en la elección de sus pares en el Consejo”, ha celebrado que, a diferencia de otras tentativas, el ministro Bolaños “ha cumplido con lo que venía diciendo”. “Y digo esta vez, y no puedo decir las anteriores, porque en aquellas nos engañó”, ha apostillado un Feijóo que ha matizado en cierto modo la “amistad” que expresó el negociador conservador, Esteban González Pons, con Bolaños tras sellar el pacto. En cualquier caso, ha puntualizado que el PP “no es ninguna secta” y que no pregunta a sus vicesecretarios por sus amistades.
Los socios presionan…
En paralelo, y aun teniendo en cuenta esta disonancia entre PP y PSOE, los socios de sendos partidos han escenificado una posición crítica con sus respectivos aliados. Podemos fue de los primeros en reivindicar su oposición al acuerdo, acusándoles de romper con la mayoría del bloque de la investidura. La líder de la formación, Ione Belarra, deslizó que la aspiración de los socialistas para esta legislatura no es sino la de articular una “gran coalición” e incluso sacar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con los conservadores. “Es evidente que tienen un nuevo socio de Gobierno y acaban de inaugurar una nueva legislatura”, abundó.
Belarra no cree que sea una mera casualidad que al día siguiente de firmar el acuerdo, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, diera el “pistoletazo de salida” para las negociaciones para las Cuentas Públicas, dado que si lo hace es porque “plantean sacarlos con el PP”. “Si no, no entiendo el timing”, apostilló. La líder morada alimentó la sospecha de que el PSOE busca regresar al clima político del 2011, cuando los socialistas certificaron un acuerdo para reformar la Constitución y “constitucionalizar recortes en los servicios públicos”.
El portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso, Gabriel Rufián, ha blandido el mismo argumento. Entiende que el pacto con el PP conlleva a que el PSOE se esté “olvidando” de quiénes son sus socios parlamentarios, dejando en el aire el apoyo de su grupo a los Presupuestos. “Que llamen primero al PP”, deslizó con sorna. Denuncia que los socialistas “se ponen de acuerdo con el PP para las cosas del comer”. “Allá ellos”, ha advertido el líder republicano, a su llegada a la Carrera de San Jerónimo este jueves. En este sentido, ha cuestionado la coherencia del PSOE con su política de pactos, acusándoles de contar con los conservadores para según qué cosas cuando les han calificado como “máquina del fango”.
…pero Sumar da bandazos
La trinchera levantada por Podemos y Esquerra contrasta con el posicionamiento guadianesco de Sumar. La plataforma que dirige Yolanda Díaz pasó de celebrar la renovación de la cúpula judicial a censurar al socio mayoritario de la coalición por registrar la ley a espaldas de sus aliados, además de dejar en el aire su apoyo a la reforma. En privado, diputados del Grupo Plurinacional comentaban que el pacto con el PP no causaría incidencia alguna sobre la legislatura, minimizando incluso las críticas de Podemos y Esquerra, aunque al mismo tiempo sostenían los socialistas no pueden caer en la tentación de cerrar el capítulo de reformas en el ámbito judicial y reclaman más iniciativas para combatir la práctica del lawfare. De este modo, a su juicio, reconectarán con el resto del bloque de la investidura.
Tras defender que la renovación del órgano de gobierno de los jueces era poco menos que un asunto de Estado, los magentas han dejado en el limbo su apoyo a la proposición de ley. Según informa la Cadena SER, el acuerdo ha causado gran malestar interno en las diferentes sensibilidades de Sumar, especialmente con los socialistas. El argumentario de la plataforma vira hacia los postulados iniciales de Podemos y Esquerra, emplazando a todas las fuerzas que contempla bajo su paraguas a un debate profundo para certificar su postura final.
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