El Índice Global del Hambre 2024 ha revelado que el nivel de hambre es grave o alarmante en 42 países, ubicando a Burundi, Chad, Madagascar, Somalia, Sudán del Sur y Yemen en las posiciones más críticas. A pesar de una leve mejora desde 2016, cuando el índice estaba en 18,8, el actual dato de 18,3 muestra un estancamiento preocupante en la lucha contra esta lacra global. Este estancamiento refleja las múltiples crisis que complican la implementación de medidas efectivas a nivel internacional para reducir el hambre.
La situación se agrava especialmente en las zonas rurales y países afectados por conflictos. En el África Subsahariana, los niveles de hambre más elevados no han visto progreso significativo, mientras que en América Latina y el Caribe, la situación ha empeorado debido al aumento de la inflación alimentaria y las condiciones de deuda extrema. En total, 733 millones de personas carecen de acceso a las calorías suficientes, y 2.800 millones no pueden permitirse una dieta saludable.
Burundi y Yemen lideran la lista de 42 países con grave crisis de hambre
El informe, publicado por Welthungerhilfe, Concern Worldwide y el Instituto de Investigación sobre Políticas Internacionales de Alimentación, destaca que la desigualdad de género y el hambre se entrelazan de manera crítica, poniendo a las mujeres y niñas en una posición de vulnerabilidad extrema. Discriminación y violencia de género son solo algunas de las barreras que enfrentan, además de los efectos desproporcionados de fenómenos meteorológicos extremos y emergencias climáticas.
As we edge closer to 2030, the prospects of reaching #ZeroHunger are grim. Progress against hunger has slowed to a troubling degree. Download the brandnew #GHI2024 report by @Welthungerhilfe, @Concern and @IFHV_Bochum for details: https://t.co/3TSRfkVhY9 pic.twitter.com/U0bmYfL6kK
— Welthungerhilfe (WHH) (@Welthungerhilfe) October 10, 2024
Es crucial, según el documento, garantizar la representación y participación de las mujeres en los procesos de toma de decisión a todos los niveles e introducir reformas que incorporen la justicia de género en todos los ámbitos. Sin embargo, la perspectiva de alcanzar el Objetivo de Hambre Cero para 2030 es desalentadora, y al ritmo actual, no se alcanzarán niveles bajos de hambre hasta el año 2160.
Los conflictos prolongados en regiones como Gaza y Sudán han desencadenado crisis alimentarias sin precedentes. En otros lugares, como Haití y República Democrática del Congo, la inseguridad alimentaria se ha agravado por la inestabilidad política, la violencia y el impacto climático. Esto ha llevado a un aumento de la brecha de seguridad alimentaria del 19% entre hombres y mujeres en algunas regiones, una alarmante realidad donde la desigualdad de género juega un papel crucial.
El hambre y la desigualdad de género, un vínculo que agrava la crisis
El cambio climático también representa un grave riesgo, obligando a muchas mujeres a recorrer mayores distancias para obtener agua o buscar alimentos, incrementando su carga de trabajo y reduciendo el tiempo disponible para cuidar de su propia nutrición o la de sus familias. Además, las políticas agrícolas y financieras continúan ignorando las profundas desigualdades de género que subyacen en los sistemas alimentarios, perpetuando un ciclo de pobreza y malnutrición.
El informe hace un llamamiento a la rendición de cuentas ante el Derecho Internacional y al respeto del derecho a una alimentación adecuada, pidiendo a los Estados mantener y ampliar sus obligaciones legales para eliminar la discriminación de género, garantizar el derecho a la alimentación y mitigar el hambre, incluso durante desastres y conflictos. Es de vital importancia redistribuir los recursos públicos para corregir las desigualdades estructurales y permitir un acceso equitativo de género a la alimentación.