Cristina Izquierdo habla desde la sede de Acción Contra el Hambre, en Madrid, pero podría estar haciéndolo desde Gaza. Coordinadora de salud y nutrición del equipo de emergencia de la ONG -que cuenta con aproximadamente 500 personas repartidas entre Palestina, Gaza, Líbano, Cisjordania y Siria- su área de operación es la Franja, donde la ofeniva israelí se ha cobrado más de 40.000 vidas desde octubre del año pasado

Ahora el tablero en Oriente Próximo da un nuevo giro de 180 grados después de que el pasado martes Irán lanzara misiles balísticos contra Tel-Aviv y Jerusalén en respuesta a los asesinatos del líder de Hamás, Ismail Haniyeh y el jefe de Hezbolá, Hasán Nasrala. "Nosotros nos regimos por los principios humanitarios de neutralidad e imparcialidad, por lo que no tengo datos para poder decir si la situación se va a complicar o no. Lo que sí puedo decir es que si no hay acceso para que los materiales que necesitamos entren, sean las circunstancias que sean, la situación va a seguir empeorando a nivel de desnutrición infantil, de agua, de seguridad alimentaria, de infraestructuras...", expone preocupada tras los últimos acontecimientos que marcan la actualidad internacional.

"Lo más triste es cuando se hacen unas colas larguísimas, no solo de nosotros sino de otras organizaciones, donde tenemos que pactar con la comunidad que a partir de cierta hora no vamos a poder atender a más pacientes (...) Ves a con niños muy pequeños en brazos, llenos de sarna sobreinfectada y totalmente prevenible, enfermos llorando…", relata reflejando la saturación que experimentan.

Izquierdo analiza el escenario de Oriente Próximo desde el prisma humanitario para ElPlural.com, explicando qué acciones llevan a cabo, las dificultades a las que se enfrentan ella y su equipo y cómo conviven de forma voluntaria con la guerra para ayudar a quienes no la han elegido. "Quizá la imagen más esperanzadora es estar con ellos (con su equipo)", apuntala en referencia a los pequeños detalles, cada vez más imprescindibles.

PREGUNTA (P): ¿Cuánto tiempo llevas operando en Gaza y cuál es tu labor principal allí?

RESPUESTA (R): Activamos nuestros programas de nutrición a finales de febrero, cuando entré yo. Entonces entramos junto con un equipo de logística y una jefa de base para movilizar fondos, formar equipos, empezar el entrenamiento y lanzar los programas cuanto antes.

En cuestión de tres semanas lanzamos nuestro primer programa de prevención de desnutrición infantil en niños de seis meses a cinco años tratándolos con un suplemento para disminuir el riesgo desarrollar desnutrición infantil a corto plazo.

Y poco después, a los dos meses, mes y medio, empezamos nuestro programa de tratamiento, que es un poco más complejo porque el cribado es algo más específico a la hora de hacer el diagnóstico, y también el tratamiento es más complicado. No es solo un suplemento, sino que es un formato de tratamiento de 92 gramos junto con antibióticos para poder tratar de forma de profilaxis en el caso de que los niños severamente desnutridos tengan infecciones. Y también utilizamos desparasitantes para poder prevenir complicaciones ante las malas situaciones de higiene y saneamiento.

P: ¿La situación derivada del lanzamiento de misiles de Irán hacia Israel podría provocar, ahora sí, una situación de no retorno? Sin entrar en aspectos políticos o militares.

R: Nosotros nos regimos por los principios humanitarios de neutralidad e imparcialidad, por lo que no tengo datos para poder decir si la situación se va a complicar o no.

Lo que sí que puedo decir es que si no hay acceso para que los materiales que necesitamos entren, sean las circunstancias que sean. Sea una escala regional, sea por la dificultad a la hora de lidiar con las diferentes autoridades para garantizar el acceso seguro de personal humanitario y que podamos operar (…) Si no podemos implementar los proyectos y que se garantice que las zonas donde vamos haya acceso seguro, que los materiales llegan para que nosotros podamos distribuirlos y hacer seguimiento a los pacientes de forma semanal…

En el supuesto de que esto no llegue a ser así, la situación va a seguir empeorando, no solo a nivel de desnutrición infantil, que es la causa directa, sino también a nivel de agua, de seguridad alimentaria, en cuanto a infraestructuras... La inflación no deja de subir, esperemos que no sea por mucho más tiempo, pero a día no hoy no tenemos información de lo que puede pasar.

P: El escenario en Palestina siempre ha sido muy complicado, aunque de un año a acá es crítico. Sin embargo, en el Líbano la escalada de tensión y la crisis entre sus gentes se ha disparado en cuestión de dos semanas. ¿Qué información os llega a nivel humanitario desde esta otra zona? ¿Hasta qué punto os dificulta a las ONGs que el conflicto se extienda?

R: Es verdad que ha pasado hace pocos días, pero lo que vemos es el desplazamiento de nuestro personal, lo cual también nos dificulta a la hora de intentar mantener el acceso a las zonas donde estábamos, porque debemos desplazarlos, ya que estas zonas no son seguras.

Y dificulta también a la hora de mover materiales, de tener que empezar en muchas ocasiones de cero, de tener que llegar a zonas donde antes no estábamos porque no había esta necesidad. Hay tensiones, como es de esperar. Hay dificultades a la hora de implementar. Hay que reestructurar muchos temas de localización de nuevos programas, porque seguro que hay nuevas necesidades emergentes…

 Es un contexto bastante volátil a nivel de nutrición. A día de hoy no podemos hacer conclusiones, porque la desnutrición infantil tarda cierto tiempo empezar a ser obvia, tal como la vemos; y hasta ahora en Líbano estaba en unas tasas aceptables (menor al 5%), mientras que en Gaza hemos subido el nivel y depende de la zona: si estamos en zona media o alta estamos entre el 10 y el 16%. Previo al 7 de octubre nos encontrábamos en el 0,8 de desnutrición infantil aguda. La situación de empeora a cuando las causas subyacentes también lo hacen.

Hasta ahora Líbano estaba en unas tasas aceptables de desnutrición (…) Y en Gaza han pasado del 0,8% al 16%

P: Al margen de temas relacionados con la nutrición, no sé si también trabajáis programas de información, ayuda psicológica… O estáis en contacto con otras asociaciones que los llevan a cabo.

R: Ahora vamos a lanzar también programas para apoyar la lactancia materna y espacios seguros para mamás, mujeres gestantes y niños menores a dos años. En esos centros la idea es intervenir también con apoyo psicosocial dentro de esa salud perinatal porque las necesidades así lo piden.

P: ¿Cuál es la imagen más dura o más esperanzadora que has visto sobre terreno?

R: La imagen más dura es la que puedo responder más rápidamente…  Tenemos cuatro equipos y cada equipo va cada día a un sitio distinto, de manera que trabajamos con equipos móviles para poder abarcar la mayor cobertura posible. Muchos de estos sitios son campos que se han creado, por lo que no tiene estándares de lo que debería ser un campo de refugiados. Simplemente son gente que ha llevado sus pocas pertenencias que tenía encima y han plantado su tienda donde ha podido, en la arena de la playa…

Y creo que lo más triste es cuando se hacen unas colas larguísimas, no solo de nosotros sino de otras organizaciones, donde tenemos que pactar con la comunidad que a partir de cierta hora no vamos a poder atender a más pacientes y que vamos a tener que priorizarlos a la semana siguiente porque no llegamos, porque no nos dan las horas del día, porque hay muchísimo trabajo, porque estamos totalmente sobrecargados y ves una unas colas larguísimas con niños muy pequeños en brazos, llenos de sarna sobreinfectada y totalmente prevenible, enfermos llorando…

Es como un grito que se te mete en la cabeza y no sale. Se junta con el ruido del dron y tienes los dos sonidos grabados en la cabeza.

Y quizá la más esperanzadora creo que es estar con mi equipo. El día que me fui me trajeron el desayuno, que lo cocinaron en sus tiendas con fuego. Me fui sin esperar nada y la verdad es que ese momento de poder compartir el desayuno con ellos, sabiendo las circunstancias en las que están y que habían sacado tiempo, no solo para estar con su familia, sino que los pocos recursos que tenían los usaron para compartirlos con todos… Creo que son momentos que también hay que destacar.

Muchos campos no tienen los estándares de uno de refugiados (…) son gente que lleva las pocas pertenencias que tienen y plantan sus tiendas donde pueden

P: Un mensaje a la comunidad internacional, ¿a qué espera para actuar?

R: Quizá el mensaje que lanzaría al mundo es que el privilegio no te nuble la empatía, Que frase de Ita María de que si pensamos que este contexto por estar muy lejano no nos toca de cerca, si la distancia nos nubla, estamos destinados a repetir la historia.

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