Israel y Siria están en contacto directo y en las últimas semanas han mantenido reuniones cara a cara con el fin de calmar las tensiones y evitar conflictos en la región fronteriza entre dos enemigos que arrastran un largo camino de enfrentamientos según una información que ha podido adelantar la agencia Reuters. Estos contactos marcan un avance significativo en los lazos entre Estados que han estado en lados opuestos del conflicto en Oriente Medio durante décadas. Por su parte, Estados Unidos ha instado a los nuevos lideres de Siria a establecer relaciones con Israel a cambio de que el Estado sionista suavice sus bombardeos sobre su vecino del norte.
También han consolidado canales de dialogo mediante intermediarios desde que los rebeldes islamistas de Hayat Tahrir al-Sham derrocasen al dictador sirio Bashar al-Assad el pasado diciembre.
Por la parte siria, fuentes citadas por la agencia de noticias internacional, los contactos han estado dirigidos por el alto funcionario de seguridad Ahmad al-Dalati que fue nombrado gobernador de una provincia fronteriza con los Altos del Golán, un territorio sirio ocupado por los israelíes desde 1967. A comienzos de esta semana, Dalati también fue puesto a cargo de la seguridad en la provincia de Suwayda, hogar de la minoría drusa.
Tras la destitución de Assad, Israel ocupó más territorios colindantes con los Altos del Golán, alegando la persistente preocupación por el pasado extremista de los nuevos gobernantes del país. Además, Israel ha realizado una campaña de bombardeos aéreos que destruyó gran parte de la infraestructura militar del país, al tiempo que presionaba a Washington para que mantuvieran al país débil y descentralizado.
Normalización de relaciones con el incentivo de EE.UU.
En una reunión el pasado 14 de mayo entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente interino de Siria, Ahmed al-Shara, en Riad, décadas de política estadounidense sobre el país árabe se pusieron patas arriba. El líder sirio señaló a Trump que debería trabajar con el gobierno de Israel para llegar a entendimientos con Siria. Según las fuentes de Reuters, el compromiso de Trump con Shara supone una parte fundamental de un realineamiento en la política de Estados Unidos que ha trastocado la estrategia israelí en la Siria post-Assad de explotar la fragmentación del Estado.
La relativa calma que se ha vivido en mayo también ha reducido las tensiones en torno a Suwayda, donde el mes pasado se produjeron sangrientos enfrentamientos entre facciones armadas drusas ―algunas de las cuales cuentan con respaldo israelí― y combatientes musulmanes suníes.
En medio de esta violencia, Israel había lanzado una serie de ataques aéreos, incluido uno a las afueras del palacio presidencial en Damasco, que se entendió como una advertencia por las amenazas contra los drusos. Aunque las conversaciones directas se centran en temas de seguridad conjunta, como la prevención de conflictos y la reducción de incursiones israelíes, pueden suponer el primer paso para entendimientos políticos más amplios.
Tras su reunión con Shara, Trump indicó que el líder sirio estaba dispuesto a normalizar finalmente los lazos con Israel, aunque añadió que esto llevaría algún tiempo. Sin duda, el legado que busca dejar el norteamericano es el de pacificador de Oriente Medio ya que en un futuro muy cercano comenzará a presionar a Siria para enmarcarse en los Acuerdo de Abraham, con los que los países árabes han abandonado la lucha y normalizado relaciones con Israel.
Por su parte, Shara no hizo comentarios sobre estas declaraciones y, además, se mostró partidario de retomar los términos del acuerdo de alto al fuego de 1974, por el que se creó una zona colchón en los Altos del Golán.
Los nuevos gobernantes de Siria se han esforzado repetidamente por demostrar que no suponen una amenaza para Israel, reuniéndose con representantes de la comunidad judía en Damasco y en el extranjero y deteniendo a dos altos cargos de la Yihad Islámica Palestina, que participaron en el atentado dirigido por Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. Una carta enviada por el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio al Departamento de Estado estadounidense el mes pasado, afirmaba que “no permitiremos que Siria se convierta en una fuente de amenaza para ninguna de las partes, incluido Israel”.