En la reforma de la ley que presuntamente beneficiaría a los presos de ETA no solo ha cometido un supuesto "error" el Partido Popular, aunque lo que sí han hecho los populares ha sido monopolizar la polémica al intentar convertir su apoyo en un arma arrojadiza contra el Gobierno. Sin embargo, también Vox ha votado a favor de este proyecto de ley, alegando una suerte de complot del Ejecutivo para engañarles, pese a haber analizado todos los puntos de la propuesta en varias ocasiones.

Y en medio del escándalo, con el grito en el cielo de las víctimas del terrorismo incluido, el dirigente del partido de ultraderecha ha cesado a su portavoz en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio. Se trata de la última baja de una formación salpicada de acusaciones de falta de transparencia y de democracia interna y que lleva sangrando meses tanto en votantes como en sus filas. De la dirección original solo queda Santiago Abascal, que ha visto cómo la controversia del Congreso no le ha salpicado de la misma forma que a Alberto Núñez Feijóo.

Monasterio completa la brecha de Vox

Este jueves saltaba a los titulares y las portadas el cese como presidenta de la Comisión Ejecutiva Provincial (CEP) de la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, quien horas más tarde entregaba su acta como diputada regional. No es la única pero sí la última de un goteo incesante de bajas en el partido ultra, que comenzó con la exsecretaria del grupo parlamentario Macarena Olona en 2022, siguió con Iván Espinosa de los Monteros en 2023 y se completó, entre otros, con nombres como Rubén Manso o Juan Luis Steegmann.

Todos ellos se han pronunciado de una forma muy contundente y crítica con la dirección hasta el punto de denunciar una deriva "neofalangista", como hizo a través de una carta el último señalado, o la falta de libertad. En esa misma línea se ha manifestado Monasterio en su comparecencia de despedida, donde apeló a que "el secretario y el presidente" cuentan con "la potestad de elegir a dedo" a su sucesor, "gracias a las sucesivas enmiendas presentadas a los estatutos", por lo que "han dejado de lado la democracia interna que habíamos venido a defender".

De hecho, el comité que Monasterio presidía hasta ahora era el último provincial que había sido elegido por los afiliados. Por mal camino no van ninguno de los dirigentes salientes a la luz de que Abascal ha ido suspendiendo las primarias desde el año 2019, hasta el punto de ser el último de la cúpula original o fundadora de la formación en quedar dentro de la organización. Todo pasa por el líder, que lleva ejecutando a sus críticos desde hace meses, apuntalando la supuesta falta de transparencia.

Aunque la de la ya exportavoz de Vox en Madrid ha sido la más llamativa de las últimas horas, ya hace tres semanas se produjo otra fulminación, en ese caso de Ana Vega, presidenta del partido en Alicante. Pero antes se produjo la salida de varios diputados de Baleares y Canarias, tres concejales del Ayuntamiento de Albacete o las bajas obligadas de los vicepresidentes y consejeros de los gobiernos en coalición con en el PP en Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia.

Así, en solo diez años solo quedan dos personas de la dirección original, que son Abascal y Javier Ortega Smith, aunque este último ha sido degradado a vocal de la ejecutiva. Esto, sumado a la herida abierta en los territorios, ha llevado a reabrir y ensanchar la fractura que sufre la formación a nivel interno desde los últimos años, pero especialmente meses. E imponer a José Antonio Fúster como sustituto de Monasterio no ha hecho más que insistir en la falta de democracia y purga de los más críticos.

Ante las preguntas de los medios sobre esta estrategia, Abascal siempre ha esgrimido que se tratan de "películas de ciencia ficción". Pero ya son muchos los ejemplos y las personas que abandonan Vox con criticas por "discrepancias" o falta de confianza. "No soy la persona de confianza del secretario ni del presidente", dijo este jueves Monasterio tras anunciar que abandona la política tras este movimiento. "No hay cojones a hacer primarias", aseguran fuentes de Vox en declaraciones a El Confidencial.

Quienes conocen el funcionamiento y el proceder de Vox -pese a los vetos y los cerrojazos mediáticos- en los últimos meses saben que Abascal ya tenía en la mira a una Monasterio incómoda y enemistada con el dirigente desde antes de la salida de Espinosa de los Monteros. Uno de los cúlmenes de esta mala relación fue cuando Vox Madrid votó en contra en los presupuestos de Isabel Díaz Ayuso en la Asamblea. Nombres como Ignacio Garriga, Kiko Méndez-Monasterio o los Ariza son clave en la nueva ultraderechización de la organización y sus desencajes internos.

Tapado el "error" de Vox con ETA

Pero este movimiento -poco sorprendente para el sector crítico o los sabedores de la política intrínseca en los de la calle Bambú, ha tapado otra de las polémicas protagonizadas por Vox en los últimos días, aunque ha sido monopolizada por el Partido Popular. Se trata el supuesto "error" de los diputados ultraderechistas apoyando el proyecto de ley del Gobierno que reforma legal sobre las condenas que, según algunos, va a beneficiar a los presos de ETA.

Y en buena parte ha sido por la actuación de Vox en el pleno del Congreso de este miércoles, cuando los de Alberto Núñez Feijóo intentaron pasar la culpa del Ejecutivo con un show incluido, de mano de Marimar Blanco y Miguel Tellado con su fotografía. Mientras tanto, los de extrema derecha aprovecharon el debate para hablar de su tema estrella: la inmigración. De hecho, la comparecencia de Pedro Sánchez pivotaba entorno a la gestión de la migración, por lo que los de Abascal sacaron todo su argumentario en una sesión marcada por el terrorismo. 

Mientras en Génova no quieren tomar ninguna decisión sobre sus tres diputados participantes en la ponencia de la ley de la polémica, Vox ha tomado la delantera ante sus votantes y ha apartado a Emilio del Valle, su portavoz en esta tramitación. Eso sí, no le va a quitar su escaño pese a que este ha puesto su cargo a disposición de la formación para sumir su responsabilidad.

"Como representante de Vox en la ponencia de la conocida como ley ECRIS, que ha derivado en un posible beneficio penitenciario para sanguinarios etarras, asumo el error cometido por el Grupo Parlamentario y pongo a su disposición mi cargo", ha expresado el propio Del Valle a través de su cuenta oficial de la red social X, antes conocida como Twitter. Con todo, desde la dirección insisten, como el PP, en que el PSOE y Sumar han "colado" esta enmienda en el texto y que han sido "engañados". Sin embargo, cabe señalar que se debatió la norma hasta en tres ocasiones.

"La dirección asume como coral un error que devasta el ánimo de todos sus diputados y reitera las disculpas a todos los españoles atónitos e indignados por esta maniobra del Gobierno", respondieron desde el partido, que recuerdan que de haberse producido su voto en contra en la tramitación de la ley, "no se habría conseguido evitar los perversos efectos de esa disimulada enmienda, que es premeditada y declarada voluntad de un Ejecutivo decidido a rebajar condenas de cárcel a sanguinarios etarras".

boton whatsapp 600