Génova descarta dimisiones y Miguel Tellado rehúsa de hacer autocrítica. Con el telón de fondo de la polémica suscitada por la reforma legal que afecta a las condenas de presos de ETA, la dirección de Alberto Núñez Feijóo, tanto en el PP nacional como en el grupo parlamentario, no contempla en estos momentos dimisiones ni cambios en el sistema del grupo en el Congreso de los Diputados.

Según recoge El Mundo, habría un número de diputados populares que estaría descontento con la dinámica del grupo parlamentario ante los últimos acontecimientos. Y es que la exhibición de Tellado de una imagen de asesinados por la banda terrorista ha despertado el enfado tanto del Gobierno central como de familiares de las víctimas. En este sentido, Tellado se mantiene firme en su postura, descartando hacer cambios en su grupo parlamentario, el cual, desde el pasado mes de noviembre, la coordinación del mismo recae en los vicesecretarios generales de Génova, lo que ha generado fricciones entre la parte conservadora y la más liberal.

No sólo es el portavoz parlamentario el que se sitúa por estos motivos en el punto de mira. A su vez, son tres los ponentes en el Congreso que participaron en la tramitación parlamentaria de la reforma legal los que han focalizado tanto las voces críticas internas como exteriores: María Jesús Moro, Rafael Benigno Belmonte y José Manuel Velasco. Tres cargos sobre los que tampoco se contemplan, por el momento, represalias o ceses por parte de Génova.

Hincapié en el papel de oposición al Gobierno

Lejos de esgrimir una voz de autocrítica más acuciada, al haber reiterado desde este lunes -cuando trascendió mediáticamente el contenido de esta modificación de ley y el voto a favor de los populares- el “error gravísimo” cometido, los de Núñez Feijóo focalizan su modo de actuación en la dura crítica en su papel desde la oposición al Gobierno de Pedro Sánchez.

Según el medio citado en líneas anteriores, este acontecimiento lo califican de “peor” que el error cometido por el ya exdiputado Alberto Casero en la votación de la reforma laboral en el Gobierno que, gracias a él, salió adelante. Un acontecimiento que provocó el fin de su carrera política y momento en el que la dirección popular, entonces en manos de Pablo Casado, desvió la atención mediática y política aludiendo a que se debió a un fallo informático.

En estos términos, voces populares han venido reiterando en estos últimos días que el error más grave viene acometiéndose desde La Moncloa. Ejemplo de ello, las recientes palabras de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, quien defendió que “ETA está más fuerte que nunca” porque Bildu “es el brazo institucional” del Gobierno; también destacan en estos términos las palabras del mandatario aragonés Jorge Azcón, quien, tras su encuentro con Sánchez en el marco de las reuniones bilaterales, argumentó que “no es comparable un error con la mentira, el engaño y la mala fe”.

Así las cosas, desde Génova lo han dejado meridianamente claro: no habrá ceses ni dimisiones en sus filas, al menos en los próximos días, esperando así a que venza el plazo de retirar la reforma este 14 de octubre.

Lejos de confrontar a las víctimas

Pese a haber reconocido en sendas ocasiones su “error gravísimo e injustificable”, el PP está tratando de pasar página de este asunto de calado reforzando así su papel de oposición al Gobierno, pero también haciendo oídos sordos en aras de evitar responder al descontento de las víctimas de ETA.

Con motivo a su vez de la actitud de Tellado en el Congreso, quien confrontó a los grupos que conforman el Gobierno exhibiendo una fotografía de 12 asesinados del PSOE por ETA, víctimas de la banda terrorista como Consuelo Ordoñez o María Jáuregui han replicado duramente contra la estrategia del PP.

Sin embargo, la actuación de los populares, en aras de conciliación, vino de la mano con una performance, también en la Cámara Baja, protagonizada por Marimar Blanco, hermana de Miguel Ángel Blanco, con la que irrumpieron la intervención de Sánchez en materia migratoria ensordeciendo su discurso con un aplauso a modo de bienvenida de la senadora.

Ambos momentos, el de Tellado y Blanco, ha sido tildado por voces populares de “sobreactuación”. En cualquier caso, desde Génova prefieren adoptar un perfil bajo con respecto a las víctimas de ETA.

boton whatsapp 600