El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se refugia en los tribunales de su incapacidad política, tratando así que los órganos judiciales hagan por él lo que su persona ha mostrado ser incapaz: ejercer como líder del principal partido conservador de nuestro país.
Compra el dicurso de Aldama y contra Begoña Gómez
La última prueba de ello está en su respaldo al empresario Víctor de Aldama, a quien ha comprado un discurso plagado de críticas muy grandilocuentes pero que en la práctica no se sustentan con pruebas. Apuntando incluso al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el empresario llegó a decir, a la salida de los juzgados, que era agente de la CIA.
Antes, y durante muchos meses, el objetivo de los ataques fue Begoña Gómez. El Partido Popular ha ido con todo contra la mujer del presidente respecto de aspectos como su máster, entre otros, a pesar de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil realizó varios informes exculpatorio, apuntando en la dirección contraria.
Asimismo, en todo lo que rodea a Gómez, si bien la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sí que ha ido con todo, su homólogo en Génova se ha limitado a hacer seguidismo de la acusación popular de Vox y el pseudosindicato Manos Limpias, basada en noticias falsas y recortes de prensa.
En Europa
Entretanto, mientras el expresidente de la Xunta se enroca en la batalla judicial, deja mucho que desear en el tablero político. Con ejemplos concretos, uno de los más recientes es el que tiene que ver con la exvicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien este lunes dejaba de forma oficial el Consejo de Ministros para formar parte de la Comisión Europa.
Se trata de una profesional bien mirada en Europa, pese a los intentos de boicot por parte de la derecha, que hizo todo lo posible por impedir el salto en la carrera de la ya exministra, utilizando para ello incluso la DANA, sobre cuya actuación tardía los conservadores quisieron involucrar al Ejecutivo, obviando la actuación de Ribera en este ámbito después de que la política intentara contactar en varias ocasiones con el presidente valenciano, Carlos Mazón.
Presupuestos
Otro de los puntos en los que Feijóo ha demostrado su incapacidad guarda relación con los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En esta sentido, en el mes de septiembre empezó dando por “ingobernable” la legislatura después de que el Gobierno de coalición retirara la senda de gasto de la tramitación parlamentaria, y ahora habla de “chantaje” por parte del responsable de Moncloa quien, dice, “condiciona las ayudas -a la DANA- a la necesidad de que haya presupuestos. Pese a las trabas en lo discursivo y en lo efectivo, parece que las cuentas públicas tienen posibilidades de salir adelante.
Una nueva ruptura con Vox... pese a hacer seguidismo de la ultraderecha
En lo estrictamente gubernamental, el PP no solo se ha plegado ante Vox en muchas cuestiones a nivel autonómico, sino que la extrema derecha ha dejado de confiar en la derecha de Estado en varias de las regiones en las que gobiernan conjuntamente. La última provincia en la que ha ocurrido esto ha sido Burgos, donde la presión social ha podido con las derechas, que habían intentado eliminar las ayudas a personas migrantes.
Más allá de todo esto, al gallego tampoco le ha salido demasiado bien las medidas que ha intentado poner en marcha. En este sentido hay algunos puntos muy relevantes de su errátivca gestión, sobre la que muchas veces ni siquiera ha encontrado respaldo dentro de su propio partido.
Jornada laboral
Un caso muy concreto de ello es la jornada laboral, donde encontró en el Partido Popular y el sector aznarista -en el que entrarían voces como la de Ayuso o su antecesora Esperanza Aguirre- su peor enemigo.
Después de que el que fuera presidente de la Xunta se aventurara a hablar -en apenas una frase y una entrevista aparentemente simpática en Vanity Fair- sobre la jornada laboral de cuatro días, algunos barones territoriales, antiguos dirigentes o la lideresa madrileña le cerraron la puerta. De hecho, esta última aseguró que se encontraba “totalmente en contra” de esta idea.
Permisos de paternidad
Otro charco que pisó el líder del PP a nivel nacional frente a puntos concretos encuentra su sitio en los permisos de paternidad. Sobre ello, el máximo representante popular aseguró que la ley de conciliación que preparaba eliminaría la obligatoriedad de que los padres se cojan de manera obligatoria seis semanas de permiso justo después del parto, tal y como se recoge ahora.
Desde Génova matizaron una propuesta que, en un primer momento, se presentaba mucho más radical y el mismo Feijóo apuntaló que “no se metería en cómo se reparten los permisos de las madres y de los madres”, haciendo con ello caso omiso, cierto es, a las recomendaciones de los movimientos sociales y a su propuesta a favor en el Congreso en el año 2018. El lío, desde luego, estaba servido.
En el conjunto de las medidas, los reproches le llegaron al primero de los populares desde todos los frentes: la oposición, los sindicatos e incluso empresarios y, del mismo modo, su propio partido.
Financiación autonómica y cumbre de barones
Siguiendo esta línea, si se habla de tener al enemigo dentro de caso, en ese escenario podía entrar en juego Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña ha marcado el paso constantemente a Feijóo, pero ha habido momentos en los que esto ha sido especialmente claro: algunos de ellos es la financiación autonómica y otro es la cumbre de barones que tuvo lugar el pasado mes de septiembre.
Sobre lo segundo, aunque el eje central del encuentro fue lo primero, el gallego intentó cerrar filas con su guardia pletoriana -entendiendo como tal al total de los barones-, pero encontró otra vez en Ayuso un problema después de que la lideresa llamara a dar plantón al presidente del Gobierno en un posible encuentro en Moncloa.
Más detalladamente, la baronesa renunciaba a las reuniones bilaterales y dejaba claro que, de producirse una reunión, esta sería “para ir todos juntos”. Finalmente, Feijóo se limitó a decir que todo los presidentes y barones autonómicos del PP irían “todos a una” a un posible encuentro con el Jefe del Ejecutivo.
Corrupción
En última instancia, Feijóo se ve acorralado por su propia corrupción, que responde a toda una trama de “enchufismo” familiar -en palabra de la oposición- y sobrecostes. Sobe ello, destacan tres cuestiones: los millones de euros y contratos concedidos a Eulen, la empresa de su hermana Micaela Núñez Feijóo -durante su mandato y el actual de Alfonso Rueda- el mismo modus operandi sobre la compañía Universal Support y su cuñado, Ignacio Cárdenas Botas -parte de la cual reveló ElPlural.com-, y los sobrecostes en el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo; de 470 millones de euros.