Desde hace años, en la desbocada vida política española, las encuestas son el pan nuestro de cada día. Y, desde la elección de Alberto Núñez Feijóo como presidente del Partido Popular, hay mañanas en que la ración de pan es doble o triple. Los últimos sondeos han apuntalado el llamado efecto Feijóo e incluso alguno apunta esta semana a que el PP estaría por encima del PSOE. Sin embargo, tanto en Moncloa como en Ferraz desconfían de estas previsiones, que tachan de “encuestas de autoayuda” y recuerdan que “también Albert Rivera era presidente del Gobierno en los sondeos”.

El argumentario lo ha marcado este lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la entrevista en Espejo Público con la que ha retomado la actividad a la vuelta de la Semana Santa. Con ironía, Sánchez ha señalado que las encuestas “reflejan los mismos datos que le daban a Casado”. Sin embargo, ha querido insistir en que de las urnas saldrá en cualquier caso un gobierno de coalición: “Progresista del PSOE con el espacio de Yolanda Díaz o del PP con la ultraderecha”: 

En privado, el mensaje que trasladan los miembros del Gobierno y los altos cargos de Ferraz es muy similar, aunque más duro. “También Albert Rivera era presidente del Gobierno en los sondeos”, señala un dirigente del Ejecutivo de Sánchez, “y luego a Casado le pasó lo mismo”. De hecho, aunque en la coalición no lo apuntan, también Pablo Iglesias llegó a verse en esa tesitura demoscópica a finales de 2014 e inicios de 2015.

Feijóo y las encuestas de autoayuda

En Moncloa, cogen con pinzas el llamado efecto Feijóo. Un fenómeno que este lunes apuntalaban dos encuestas. 15 días después de que el gallego tomase las riendas del PP, una encuesta en La Razón daba una ventaja de 24 diputados a los populares frente al PSOE. Con 123/125 escaños, el PP llegaría a la mayoría absoluta con los 53/55 diputados que sacaría Vox. Otra encuesta, en ElDiario.es, le da al PP medio punto de ventaja frente a un PSOE que perdería 3,6 puntos en un mes. El domingo, un día antes, El Mundo daba al PSOE una ventaja de menos de un punto y de un diputado frente al PP.

“Son encuestas de autoayuda”, señala un alto dirigente socialista que ve “las mismas portadas que cuando estaba Casado, pero cambiando el nombre”. No obstante, esta fuente cree que podría estar calando, con la situación de inflación, el discurso de Feijóo de bajar los impuestos, pero recuerdan que Mariano Rajoy ya usó esa promesa para llegar al poder en 2011 y en abril de 2012 “tuvo que reconocer que los estaba subiendo”. 

El CIS aúpa a Feijóo

Otros de los factores que más ha llamado la atención en los últimos días ha sido los pormenores del último Barómetro del CIS. La subida del PP era muy llamativa, de 3,4 puntos que, junto a la caída de 1,2 puntos del PSOE, producía un recorte importante de las distancias. Sin embargo, en los detalles había más claves, como la entrada de Feijóo en la valoración de líderes con un flamante segundo puesto, por encima de Pedro Sánchez y solo superado por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, quien sigue en el primer puesto desde hace meses.

También en el Gobierno quitan hierro al 5,2 de nota de Feijóo. Una clasificación que explican porque los encuestados “no le dan ceros”, mientras que la peor nota sí se concede a quienes generan más animadversión. En realidad, se refieren a la nota de 1 (se pide una nota del 1 al 10 en el CIS), que es la opción que el 22,6% da a Sánchez o el 44% a Santiago Abascal. Un lastre con el que también contaba Pablo Casado, a quien el 22,4% de los encuestados daban un 1, mientras que esa nota a Feijóo solo se la dan el 8,8% de los encuestados “y así es muy fácil ir subiendo décimas”. 

Sin adelanto electoral

En Moncloa creen que hablar del efecto Feijóo es un término peligroso para el PP en el medio plazo. Porque “los efectos” es difícil que suban mucho, pero sobre todo “es muy fácil que se desinflen” muy rápido. Y en el Gobierno ya tienen claro que juegan al medio o, incluso, largo plazo, sobre todo a la velocidad que va la política española. Sobre todo porque se han conjurado para terminar y acabar la legislatura. El presidente del Gobierno hablaba de “finales del 2023, en diciembre” este lunes, aunque todo apunta a que se llegará a 2024 por varias razones: el calendario, por la jura de la Constitución de Leonor, solo deja las opciones de Nochebuena y Nochevieja; el Gobierno quiere “sacar pecho de la gestión”; España tendrá la Presidencia de la UE todo el segundo semestre de 2023 y, por último, hay de plazo hasta el 26 de enero de 2024 para celebrar elecciones, dado que la Legislatura actual no expira hasta el 3 de diciembre de 2023.

Mientras, en el PP celebran las encuestas, pero sin grandes aspavientos. La secretaria general de la formación, Cuca Gamarra, era entrevistada este lunes en El Programa de Ana Rosa, y alababa la “rápida recuperación” del PP que le daba “una alternativa” a España para poner fin al actual gobierno.  "No nos vamos a despistar, las encuestas están ahí pero solo hay una encuesta y es la de las urnas, el día que hay unas elecciones y lo que nos exige es, desde la seriedad y la responsabilidad, analizar con profundidad los problemas que tienen en España, que son fundamentalmente económicos", ha declarado.