No habrá adelanto electoral. Es la máxima a la que se han agarrado en Moncloa y en el PSOE, al tiempo que se conjuran para ignorar la avalancha de encuestas con un supuesto efecto Feijóo al que no dan credibilidad. La fecha de las próximas elecciones generales es un misterio al que se oponen tozudas las matemáticas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado este lunes que “serán en tiempo y forma, en diciembre de 2023”, pero los cálculos apuntan a que habrá que esperar a inicios de 2024. Algo que entraría dentro de los plazos legales pero que alejaría las urnas de las dos únicas fechas disponibles en 2023: Nochebuena (24 de diciembre) o Nochevieja (31 de diciembre).

Sánchez ha incidido en esta posibilidad para rechazar el adelanto electoral durante su entrevista con Susanna Griso en Espejo Público, con el argumento de que “sería sano” recuperar la costumbre de que los mandatos del Congreso y del Gobierno lleguen a su fin, tras la sucesión de adelantos electorales y mociones de censura que ha vivido la política española en los últimos años. En ese sentido, el presidente del Gobierno ha apostado porque “las legislaturas duren cuatro años y que los Presupuestos sean aprobados en tiempo y forma”.

El juramento de Leonor

La fecha a la que ha apuntado el presidente del Gobierno es “diciembre de 2023”, pero como le ha recordado la presentadora, eso abocaría al país a celebrar elecciones en Nochebuena (24 de diciembre) o Nochevieja (31 de diciembre). Son los dos únicos domingos que quedan libres en el calendario, dado que el 31 de octubre de 2023, la princesa de Asturias, Leonor, cumple 18 años y ese día tiene que jurar la Constitución. Para ese acto se espera una sesión solemne conjunta de las Cortes (Congreso y Senado) como la que acogió la jura de la Carta Magna por su padre al alcanzar la mayoría de edad el 30 de enero de 1986.

¿Elecciones entre semana?

Dicho acto exige que las Cámaras no estén disueltas, algo que ocurre cuando el presidente del Gobierno convoca las elecciones. Si Sánchez disolviera las Cortes inmediatamente después, la Ley Electoral (LOREG) exige que las elecciones “habrán de celebrarse el día quincuagésimo cuarto posterior a la convocatoria”. Eso nos llevaría al 24 de diciembre o al 31 de diciembre, los dos únicos domingos disponibles en diciembre de 2023, pero pedir a los españoles que acudan a votar en esas fechas puede traducirse en un voto de cabreo, por no hablar de la gran cantidad de ciudadanos que están fuera de sus circunscripciones.

Otra opción es que las elecciones generales no se celebren en domingo. Mientras que en las comunidades autónomas en las que los presidentes no pueden adelantar elecciones la ley sí marca que las elecciones sean el “cuarto domingo de mayo”, las elecciones generales no tienen porque ser el último día de la semana. Es una tradición que empezó a partir de 1982, y las primeras elecciones fueron un en miércoles (1977) y en jueves las dos siguientes (1979 y 1982). Pero, en cualquier caso, se tendrían que celebrar en plenas vacaciones de Navidad, entre Nochebuena y Nochevieja, con lo que los problemas logísticos por vacaciones del electorado y de ánimo del votante son muy similares.

Enero de 2024

Esta opción parece poco probable y en Moncloa barajan que, en realidad, las elecciones tengan que ser en enero de 2024. “Y tampoco serían el domingo después de Reyes”, apunta un miembro del Gobierno. Lo cierto es que hay margen para acabar la legislatura, como pretende Sánchez. La actual Legislatura, la XIV, arrancó el 3 de diciembre de 2019 y la Constitución le da un mandato de cuatro años. El 3 de diciembre expiraría el mandato de los diputados, por lo que, contando 54 días, las elecciones tendrían que ser antes del viernes 26 de enero de 2024. Es decir, el domingo 14 o 21 de enero.

Otro de los factores que apuntan a 2024 es que España ostentará su quinta Presidencia de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023, a partir del 1 de julio. Sería inusual que esa oportunidad, deseada por todos los dirigentes españoles y europeos, se dejase pasar por parte del Gobierno. Y también sería desaconsejable convocar las elecciones en pleno mandato, lo que provocaría desatender ambas responsabilidades. “No somos Macron”, dice un miembro del Gobierno, que recuerda que el presidente francés está inmerso en el trance de presidir la Unión Europea, en plena guerra de Rusia y Ucrania, al tiempo que intenta revalidar su presidencia de la República.

“Hay un margen temporal y hay que sacar pecho de la gestión”, apuntan desde el Palacio de la Moncloa, previendo que las fechas les permiten poner las urnas en enero de 2024. En cualquier caso, sean un miércoles o un jueves de 2023, o un domingo de enero de 2024, la conclusión, dirigida como un aviso a la oposición, es clara: “Adelanto electoral no va a haber”.