En muchas ocasiones, si la economía nos lo permite, es importante obtener productos frescos para el consumo, con la voluntad de mejorar la alimentación diaria, pero, ya sea por falta de tiempo o de ganas, puede olvidarse que hay alimentos dentro de la nevera viendo pasar la vida, pudiendo encontrar una lechuga más marrón que verde, unos plátanos negros que muchos deciden no comer pese a estar en perfecto estado, o incluso un queso con verde, propio del moho.
Pues si todo esto ocurre, estaría muy bien que echar un vistazo a un estudio llevado a cabo por RTVE en el que se mostraba cómo en España, en todo el año 2022, se tiraron a la basura 1.17 millones de toneladas de comida y que cada hogar desperdició una media de 65.5 kilos de alimentos o bebidas.
Obviamente, los alimentos que se desperdician con más frecuencia son los perecederos, especialmente verduras, carnes, pescados y productos lácteos, pero esto no se cumple del todo según los datos sobre el desperdicio alimentario en los hogares en 2021 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España.
Estrategias para desperdiciar menos alimentos
Reducir el desperdicio de alimentos en el hogar no solo contribuye a mejorar el medio ambiente y la seguridad alimentaria, sino que puede ahorrarnos mucho dinero. Estos son algunos consejos para desperdiciar menos y poder ahorrar más en el mercado:
- Congelar el exceso de comida o compras a granel si no se va a utilizar de inmediato, en especial alimentos como el pan, la carne y hasta platos cocinados, que estando en el congelador, evitamos que se echen a perder.
- No te vengas arriba con las cantidades. Sirve lo que vayas a comer y así evitarás que el resto vaya a la basura.
- Reutiliza las sobras. Por ejemplo, las hojas de la zanahoria y la parte verde de los puerros o el tallo del brócoli tienen más utilidades de las que crees. Se pueden hacer sopas y cremas. Los restos de carne como el pollo, lo podemos usar como empanadillas o croquetas, lo que nuestras abuelas calificaron en tiempos de necesidad, como comida de aprovechamiento.
- Cumplir con las recomendaciones de conservación. Las frutas y verduras se pueden conservar en el frigorífico durante más tiempo si se guardan correctamente, evitando la humedad. El envasado al vacío o la congelación también ayudarán a conservar mejor los productos de carne y pescado. Pero ojo, un truco importante: no colocar las frutas y las verduras juntas, porque el gas etileno que desprenden de forma natural puede acelerar la maduración de los productos cercanos y hacer que se estropeen antes.
- Importante diferenciar entre fechas de caducidad y consumo preferente: de este modo se puede tirar a la basura alimentos que se pueden seguir consumiendo en ese momento.
- Hacer la lista tiene poco sentido si luego no se sigue a rajatabla. Esta lista sirve para evitar comprar otros alimentos por impulso cuando estamos en el supermercado, aunque estén en oferta.
- Planificar las comidas de la semana, para no gastar en más de lo que necesitamos.
Los desperdicios, en datos
Para el Ministerio de Agricultura, en la ‘bolsa del desperdicio’ de las familias españolas hay dos tipos de basura: los productos como la fruta, la carne fresca o los lácteos, que se tiran sin usar porque se deterioran o caducan, y las sobras de pasta, en salada, arroz, legumbres y otras recetas, que van del plato o la nevera al contenedor.
El desperdicio del año pasado fue mayor en el semestre que va de octubre a marzo de 2022, cuando se malgastaron más de 588 millones de kilogramos y litros, dos millones más que entre abril y septiembre. Son unos 33 kilos por hogar, en los que las frutas, las verduras y las hortalizas supusieron casi la mitad del desperdicio.
Respecto al mismo período en 2021, el desperdicio aumentó en uno de cada cuatro productos: zumos (+16%), pasta (+14%), leche (+14%), carnes frescas (+9%), platos preparados (+9%), bebidas refrescantes (+6%), embutidos (+3%) y quesos (+2%). En el mismo período, las sobras que más se tiraron fueron las sopas, cremas y caldos (14.4%), mientras que en las que más empeoró el aprovechamiento fueron los platos de charcutería (+451%), los de marisco (+97%) y los bocadillos (+31%).
De nuevo, las parejas con hijos de edad media fueron las que más platos ya cocinados desperdiciaron entre marzo (16.7%), seguidas de las parejas jóvenes sin hijos (15.8%). Como ocurrió con los productos sin cocinar, los jóvenes y adultos independientes fueron los que mejor gestionaron sus alimentos: 4.5% y 6%, respectivamente.
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