Hay un dicho bien conocido según el cual “una imagen vale más que mil palabras”. Y la realidad nos da muestras de ello a cada momento, a poco que abramos los ojos.
Una de las más potentes es la que hace referencia la igualdad entre hombres y mujeres. Tenemos leyes que establecen la absoluta igualdad entre los dos sexos, y tribunales que tienen por misión hacerlas cumplir. Pero, en cuanto nos descuidamos, la realidad nos da uno de sus bofetones y nos deja sin palabras.
Una de esas imágenes venía, precisamente, desde los tribunales. Además de esa acostumbrada foto de apertura del año judicial, donde, año tras año, no veíamos más que figuras masculinas, el día a día nos ofrece otras. Sin ir más lejos, esta semana se reunían quienes encabezan los más altos tribunales de cada comunidad autónoma y, oh sorpresa, solo había dos mujeres para quince hombres. Como viene ocurriendo desde hace demasiado tiempo. Y esa imagen no solo no es representativa de nuestra sociedad, en la que un poco más de la mitad somos mujeres, sino que lo es menos todavía del poder judicial, ya que el 56 por ciento de la carrera está formada por mujeres.
Afortunadamente, el Tribunal Constitucional va corrigiendo poco a poco imágenes de este tipo, pero hubo un tiempo no muy lejano en que únicamente había dos mujeres entre sus doce miembros. Y eso sí que era como aquellos chistes del colmo de los colmos, en que quien ha de asegurar la igualdad tiene una composición de todo menos paritaria. Así que, al menos por aquí, algo hemos avanzado. Menos mal.
Pero también esta semana salía a la luz una fotografía de esas que nos dicen bien a las claras que nos queda mucho para llegar a la igualdad real. Se trataba de una reunión con 16 altos ejecutivos de empresas españolas con el presidente Milei, de visita -polémica, cómo no- en España y esta vez se rizaba el rizo. Ni una sola mujer entre ellos. Como si hubiéramos vuelto a los tiempos del blanco y negro en que las mujeres nada teníamos que decir más allá de las fronteras del hogar familiar.
Estoy segura de que habrá quien piense que esto no tiene importancia, que las cosas son como son y una fotografía poco nos aporta. Pero se equivoca. La imagen refleja la realidad, y, aunque también existan otras realidades, esta existe. Y, si es lo que ven las niñas de hoy, les será difícil encontrar referentes femeninos para el mañana, y seguirá habiendo obstáculos en la carrera para llegar a la igualdad real. A la verdadera. Y eso es lo verdaderamente preocupante.
SUSANA GISBERT
Fiscal y escritora (@gisb_sus)