Un episodio más que vuelve a dejar claro que aún queda mucho por avanzar. La actriz Sara Sálamo ha tenido que lamentar vejaciones y amenazas después de que el jugador del Betis Isco Alarcón, también pareja de la intérprete, lamentara el beso que Rubiales dio sin consentimiento a la jugadora Jennifer Hermoso en la final del Mundial. Cabe recordar que el ex Real Madrid y Sevilla ha sido uno de los pocos jugadores que ha criticado el gesto del presidente del máximo responsable del balompié en nuestro país hasta este viernes.

El de Arroyo de la Miel (Málaga) aseguró frente a los micrófonos de Telecinco que “no estuvo bien” y  que se encontraba “fuera de lugar”. “Si no fue consentido, yo creo que es abuso de poder”, dejó claro. “Le mando todo mi apoyo a Jenni”. Sálamo aplaudía las declaraciones de Isco vía redes sociales, donde escribió: “Estamos contigo. Ni un paso atrás”. “Por suerte estaba grabado. Si no hubiera sido una ‘histérica’, ‘exagerada’. “Estamos cambiando las cosas. Un mundo menos abusivo e igualitario es posible”, apostillaba.

Al ser preguntado sobre si creía que Rubiales debía dimitir -todo esto fue antes de que la renuncia se hiciera oficial- Alarcón señalaba que era una decisión que no le competía a él, pero que estaba claro que “se equivoca” y que lo que el presidente llevó a cabo “es algo que bajo ningún concepto se debe hacer”, menos “el presidente de una federación tan importante”.

Al mismo tiempo, habló sobre su comportamiento en el palco después de que el presidente de la Federación se llevara la mano a la entrepierna para celebrar la victoria del combinado nacional en presencia de la reina Letizia y la infanta Sofía: “No es muy protocolario”.

Graves amenazas

A partir de aquí llegaron los mensajes contra la pareja, contra ambos. Así las cosas, muchos aprovecharon la ocasión para arremeter contra Sálamo con enorme gravedad: “Que te va a decir este calzonazos si su mujer es otra que habría que matarla y tirarla al río”.  

Ante este mensaje, la actriz ha pedido la intervención policial: “Hola Policía. A ver cuándo llega el momento de rastrear tosas las IPS y dejar de consentir este tipo de agresiones y amenazas, aunque sean virtuales”.

Borja Iglesias también se pronuncia

Otro de los que se ha pronunciado tras la imagen que ha dado la vuelta al mundo y que ha costado a Rubiales su dimisión ha sido el también futbolista que deleita al Benito Villamarín, Borja Iglesias. El panda siempre se ha mostrado muy contundente con las cuestiones sociales, como cuando sufrió ataques homófobos junto a otros compañeros de la plantilla por llevar un bolso y las uñas pintadas. Ahora, el delantero del club sevillano mandó todo su “ánimo y apoyo” a la jugadora y destacó que estaba “con ella”.

Ancelotti se moja

Dentro del fútbol masculino, otro de los que se ha mojado esta semana ha sido el técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, que aseguraba en una rueda de prensa en Valdebebas que el de Rubiales no fue un “comportamiento” adecuado para con el cargo que representa y la “responsabilidad social” que este conlleva.

Asumiéndolo como un “tema muy delicado” aseguraba que él, al igual que la “mayoría de la gente”, lo veía como un “comportamiento que no le había gustado”. “No ha sido un comportamiento de un presidente de una federación”, afeaba, sin llegar a decir si debía o no dimitir.

Muchos puntos de inflexión

El beso sin consentimiento de Rubiales no ha quedado impune desde el punto de vista social, con una ciudadanía que si algo ha demostrado es que no está dispuesta a permitir ni uno más de los comportamientos que antes se pasaban por alto; pero tampoco jurídico, pues esa presión se ha visto reforzada por denuncias de afiliados de la propia federación, partidos político, árbitros o la liga F, entre otros

El expediente disciplinario que la FIFA abría la pasada mañana al que todavía era presidente de la Federación pudo haber sido el punto de inflexión definitivo en una semana donde la prensa ha contado varios gestos como ultimátum. Desde la veda que abría la ministra de Igualdad, Irene Montero, hasta las palabras del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre el bochorno, pasando por PP y Sumar -quien elevaba la causa al Consejo Superior de Deporte (CSD)- o por el abandono de todos los clubes de Primera División, quienes declinaban acudir a la Asamblea de este viernes, han sido muchos los aspectos que terminado de acabar con un Rubiales que llevaba años jugando a la ruleta rusa.