La ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero, reitero este miércoles que el beso robado que le dio el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a la jugadora Jenni Hermoso "no es solo un acto machista intolerable o un abuso de poder: es violencia sexual".

Así se expresa en un artículo publicado en Canal Red en el que se reafirma en lo que ya dijo el pasado domingo sobre este episodio que calificó de violencia sexual.

"Lo que no se nombra, no existe. Lo sabemos bien las feministas. Por eso es tan importante llamar a las cosas por su nombre. Desgraciadamente, lo que hemos visto no es sólo un acto machista intolerable o bochornoso, no es únicamente una actitud sexista, una vejación o un abuso de poder: es violencia sexual. Si no lo llamamos por su nombre, violencia sexual, podremos conseguir ahora que Rubiales dimita o sea cesado, pero otros millones de besos no consentidos seguirán quedando en la impunidad", señala la titular de Igualdad.

"Es muy sencillo. Dos personas se besan si las dos quieren. Si hay consentimiento. Todo lo demás, es decir, cualquier acto de naturaleza sexual no consentido, es una agresión sexual. Esto que las feministas llevamos décadas peleando ya no lo decimos solo las feministas, porque gracias a la lucha de las mujeres ahora es también un mandato de obligado cumplimiento para todos los países que, como España desde 2014, ratificamos el Convenio de Estambul, tratado internacional de Derechos Humanos en materia de violencia contra las mujeres", remarca en el escrito.

"Yo también pienso que Rubiales debe dimitir o ser cesado", señala Montero, aunque agrega que "honestamente, me parece más importante que identifiquemos ese beso no consentido como violencia sexual. Que nadie en nuestra sociedad dude de cómo llamarlo y que, ante cualquier tipo de violencia sexual que sospechemos o conozcamos, sepamos que nuestra responsabilidad es proteger a la víctima y garantizar sus derechos, sin culpabilizarla y aunque decida no denunciar, y combatir la impunidad del agresor. Porque besos no consentidos, tocamientos no consentidos, y violencias sexuales de mayor intensidad sufren millones de mujeres cada día, y necesitamos que este momento de reflexión social nos permita avanzar a todas en la lucha contra las violencias machistas".

Por último, y tras defender su ley del 'sólo sí es sí', Montero reivindica el derecho de las mujeres "a vidas libres de violencias machistas. Acabar con la cultura de la violación y construir en su lugar una cultura del consentimiento que practiquen todas las personas, que puedan ejercer especialmente todas las mujeres".