El cuarto programa de Mask Singer: adivina quién canta ha traído bajo el brazo la revelación de uno de los grandes misterios de la temporada. Ha dejado a la audiencia pegada al televisor y a Javier Ambrossi como el gran ‘triunfador’ de esta primera edición del espacio de Antena 3. El actor y director mantuvo desde el principio que era Máximo Huerta quien se encontraba bajo el disfraz de Gamba y así fue.

El programa por fin desveló la identidad de Gamba y dejó boquiabierto a una gran parte del público y del jurado, excepto a Javier Ambrossi. El actor le pilló con su actuación inicial. Sus compañeros proponían a Mario Vaquerizo, mientras que Ambrossi lanzó el órdago y apostó fuerte por Máximo Huerta. De hecho, llegó a prometer que se raparía el pelo si se equivocaba.

Gamba había dejado algunas pistas durante las semanas anteriores. “Aunque me encanta estar cerca de los humanos, un tatuaje (un ancla en el brazo) siempre me recuerda de dónde vengo”, explicaba en el vídeo, donde también advertía de que se sentía “como gamba en el agua” en el Mediterráneo y, “en especial”, en la Costa Blanca.

Hay que subir el nivel de las apuestas, cualquier persona puede estar bajo la máscara”, sentenciaba el propio Ambrossi al inicio y era totalmente cierto. Comenzó el programa con Cuervo, Camaleón y Cerdita, quien se libraría del asalto final y se enfrentaría a Gamba y Caniche, que eludió también la prueba de eliminación.

Finalmente, Gamba y Cerdita pelearon por esquivar la eliminación, pero la primera no pudo superar a una de las grandes estrellas de la temporada, por lo que tuvo que desenmascararse y confirmar las sospechas de Ambrossi. Máximo Huerta había interpretado Vente pa’ ca de Ricky Martin, quien aseveró haberse sentido “como un niño”.

Nadie lo ha sabido, sólo mis sobrinas que se habrán divertido muchísimo más que yo. Estaba callado, sin utilizar el móvil y sin llamar a casa. Ni siquiera ponía en la radio las canciones que había elegido. La gamba es un homenaje a mi tierra, a Valencia”, declaró el exministro de Cultura, al que Ambrossi definió como “un ejemplo de valentía, coherencia y de vivir la vida”.