La última polémica que ha protagonizado Froilán sigue dejando un reguero de reacciones en redes sociales dignas de leer. Uno de los rostros que se ha pronunciado al respecto ha sido Quique Peinado, quien ha tirado de su habitual tono irónico para comentar la noticia.

Froilán promueve el conocimiento: yo hoy he aprendido que hay cocaína de colores”, comentaba en su cuenta de Twitter este lunes, aludiendo a la cocaína rosa que la Policía encontró en el local donde se celebró el after, además de otros tipos de estupefacientes que consumieron los presentes.

No sin quedarse en este punto, el periodista publicó poco después otro mensaje al respecto siguiendo el mismo tono: “No he ido a un after en mi vida, pero ¿es normal que un after tenga reservados con ducha o jacuzzi?”, se preguntó, provocando a su paso miles de reacciones a su comentario.

De este modo, el colaborador de Zapeando se pronunció en la misma dirección que otras personalidades conocidas y muy activas en redes sociales, tales como el diputado de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, quien también repasó indirectamente la trayectoria del hijo de la infanta Elena, a la par que señaló a su abuelo, Juan Carlos I, en otro mensaje posterior.

Lejos de Abu Dabi

Desde el funeral de Constantino II de Grecia, se esperaba que el nieto del rey emérito se quedase en Emiratos Árabes Unidos durante una larga estancia, tal y como se confirmó públicamente tiempo antes y donde se detalló que el joven comenzaría una nueva etapa vital y profesional, alejada así de los numerosos revuelos que ha protagonizado en los últimos años relacionados con el ocio nocturno.

Sin embargo, el país entero quedó sorprendido al ver cómo el hermano de Victoria Federica volvía a verse envuelto en otra fiesta ilegal y con consecuencias policiales.

Tal y como detalló la Policía Municipal de Madrid, en el local de la calle Orense de la capital se desalojó a un total de 200 personas, muchas de ellas menores de edad y, dentro de la estancia, se hallaron sustancias estupefacientes como cocaína y otras drogas. Además, el establecimiento contaba con una sauna y duchas de las que podían hacer uso los presentes habiendo pagado una reserva de hasta 1.500 euros.