Siete días. Este es el plazo máximo que ha dado este lunes el Ministerio de Trabajo y Economía Social, encabezado por Yolanda Díaz, a la CEOE para apoyar las negociaciones de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Así lo ha advertido el secretario de Estado del Ministerio, Joaquín Pérez Rey, tras la reunión con todas las partes, dando de plazo así hasta el próximo lunes 1 de julio.

De esta manera, la patronal dirigida por Antonio Garamendi tendrá este plazo de tiempo para elevar una propuesta por escrito a Díaz sobre la rebaja de la jornada laboral o, en caso contrario, esta medida se pactará sólo contando con el respaldo de los sindicatos, UGT y Comisiones Obreras (CCOO).

En estos términos, Pérez Rey, en declaraciones a los medios de comunicación, ha avisado tanto a CEOE como Cepyme que antes de la próxima reunión para volver a acercar posturas deben trasladar los criterios y elementos de los que hacen depender un acuerdo para reducir los tiempos semanales de la jornada laboral. Asimismo, el secretario de Estado ha insistido en que las condiciones no pueden ser demasiadas, dando que “el documento es muy nítido en cuál es su propósito”, siendo su razón de ser reducir la jornada de manera escalonada.

De esta manera, desde Trabajo se han postulado esperanzados por obtener una propuesta por parte de la patronal “para poder incorporarla y seguir adelante con la tramitación del proyecto”: “El tiempo apremia”, ha reiterado, añadiendo a su vez que, debido a que las negociaciones ya vienen prolongándose durante cinco meses, desde CEOE “no es posible” que a estas alturas no cuenten con una propuesta y que, hasta la fecha, no haya sido facilitada por escrito.

UGT y CCOO saludan el borrador de Trabajo

Por sus respectivas partes, los dos principales sindicatos inmersos en las negociaciones con Trabajo, a la salida de la reunión mantenida este lunes, han saludado con buenos ojos el borrador de la norma, pero han abogado por introducir otras cuestiones adicionales, situando el próximo mes de julio como la fecha límite para que la reducción quede “finiquitada”.

Desde CCOO, su secretaria de Acción Sindical, Mari Cruz Vicente, ha señalado que la norma precisa de “alguna disposición transitoria”, señalando a su vez que las cuestiones adicionales que desean abordar no son “de fondo, dino de aclaración”. Con respecto a la postura aún dubitativa que está manteniendo la patronal, se ha mostrado confiada en que, finalmente, retiren su idea de incrementar las horas extras para compensar la jornada laboral de 37,5 horas para 2025, reiterando que, desde CCOO, no contemplan este escenario.

En sintonía, por parte de UGT, y en palabras de su vicesecretario general de política sindical, Fernando Luján, ha instado a la CEOE a pronunciarse en primer lugar sobre si desea respaldar o no la negociación y que dé cuenta de los requisitos que quiere poner sobre la mesa.

El borrador de la reducción de la jornada laboral, en detalle

Lo que ha trascendido hasta la fecha de los cambios que suscitará esta norma se centra en que, por un lado, Trabajo propone multar -bajo tipificación grave- con hasta 10.000 euros por trabajador a aquellas empresas que no cumplan con el registro horario y, por ende, a la reducción de la jornada. De esta manera, la transgresión de las normas y los límites legales en cuanto al trabajo nocturno, horas extras y complementarias, descansos, vacaciones, permisos y, por ende, el tiempo de trabajo, podrán sancionarse, como mínimo hasta los 2.000 euros y, como máximo, llegando a los 10.000 euros. Un espectro fijado hasta ahora en 7.500 euros como grado máximo.

Por otro lado, en el borrador enviado a los agentes sociales también se da cuenta de que la reducción de la jornada laboral también contempla un cambio sustancial en su registro, que a partir de ahora sea digital, accesible y de modo automático para cada trabajador. Así, la empresa estará obligada a guardar estos registros durante cuatro años, estando a su vez a disposición completa para trabajadores, sindicatos e Inspección de Trabajo y Seguridad Social. A su vez, el periodo de trabajo, desde el inicio a su fin, será considerado como efectivo, es decir, el tiempo que exceda a este periodo será adoptado como horas extras o complementarias.

Por último, también cabe remarcar que el documento de Trabajo no contempla intercambiar una jornada ordinaria por una extraordinaria, un detalle que se dio a conocer el pasado viernes: el aumento de horas extras para compensar la rebaja en esencia de la propia jornada semanal. Un punto que ha supuesto el principal choque entre Trabajo y sindicatos con la patronal. Según el borrador, los contratos a tiempo parcial con una prestación de trabajo de duración igual o superior a 38,5 horas semanales en 2024 o 37,5 horas en 2025 se convertirán automáticamente en contratos de trabajo a tiempo completo, aunque el trabajador en cuestión tendrá derecho a solicitar el porcentaje de parcialidad que se le venía aplicando con anterioridad.

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