No es extraño encontrar a día de hoy a muchas personas que se están adentrando en el mercado laboral y que no saben realmente lo que es el IRPF, su sueldo neto o lo que significa el bruto. De hecho, cada vez hay más personas que defienden que en la formación obligatoria se enseñen elementos necesarios a los que los estudiantes se enfrentarán cuando sean adultos.

Algunos de esos retos son algo tan básico y esencial como aprender a leer una nómina o realizar la declaración de la renta. Dentro de este documento se encuentra terminología como sueldo bruto, variable, deducciones… Términos complejos que muchas veces cuesta interpretar y traducir.

Además, en plena campaña de la declaración de la renta, aparecen aún más términos extraños que para los que se adentran en el mundo laboral, le pueden sonar a chino. Borrador, casilla, desgravar… Y muchas preguntas más que aparecen al instante.

Plusvalía, coste laboral, coste por trabajador… Siguen siendo otros términos extraños que trataremos de aclarar en este artículo. ¿Cuál es la diferencia entre salario bruto y salario neto? ¿Cómo se calcula el coste laboral? ¿Cuáles son las deducciones del IRPF? Vamos a descubrir realmente qué significan estos términos.

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¿Qué diferencia el salario bruto del neto?

Es habitual que, cuando se comienza a trabajar o incluso, si ya llevamos tiempo haciéndolo, tengamos dudas sobre la diferencia entre el concepto de salario bruto y salario neto. Aunque ambos términos están relacionados con la nómina, no son iguales ni significan lo mismo.

De una forma sencilla, se puede decir que el salario bruto es la cantidad total de dinero que el trabajador recibe por parte de una empresa como contraprestación por sus servicios profesionales. Sin embargo, que sea a favor del trabajador no quiere decir que le ingrese todo el dinero mensualmente en su cuenta bancaria. En el salario bruto están incluidas las cotizaciones sociales que debe hacer el empleado, así como un porcentaje de impuestos que paga por recibir dicho salario y que, en el caso de España se llama Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), en el caso de Estados Unidos es un impuesto federal que recauda el IRS (Servicio Interno de impuestos), o en Reino Unido, que es el ‘Income Tax’.

Es posible que el salario bruto también incluya coberturas o seguros médicos privados, incentivos especiales u otro tipo de beneficios que pueden ser en dinero o en especie (como tickets para restaurante, vehículo de empresa, entre otros, si es que el empleado así lo ha solicitado).

Como se puede ver, el salario bruto es la remuneración total que percibe el trabajador antes del pago de impuestos, cotizaciones sociales y otros descuentos.

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El salario neto, por su parte, hace referencia a la cantidad de dinero que el empleado recibe todos los meses en la cuenta bancaria y que es el resultado de, justamente, hacer todas las retenciones y deducciones que se expusieron anteriormente. Es por eso por lo que una de las claves para identificar cuál es el salario bruto y cuál es el neto a la hora de leer la nómina es fijarnos en las cantidades, pues la cifra más alta corresponde al monto bruto y la más baja, al neto, en definitiva.

La importancia de diferenciar entre el bruto y el neto

Conocer la diferencia, en primer lugar, nos servirá para evitar malentendidos a la hora de aceptar una oferta de trabajo. Es fundamental, además, para nuestra salud financiera: conocer con certeza la cantidad de recursos con los que contamos mes a mes a través de nuestro salario nos sirve para planificar adecuadamente nuestros presupuestos personales o para saber si es posible solicitar un préstamo o una hipoteca, entre otros productos o servicios.

Otro motivo por el que conviene saber la diferencia entre el salario bruto y el neto es el pago de impuestos como el IRPF, debido a que, a la hora de valorar u cambio de empleo o negociar una subida de sueldo, el salario bruto anual es el que se utiliza para calcular la retención a aplicar. En el caso de nuestro país, por ejemplo, al tratarse de un impuesto progresivo, cuanto más salario bruto percibamos, mayor será el porcentaje de IRPF a pagar.

Una situación similar ocurre con las indemnizaciones por despido, la liquidación cuando se termina el contrato, popularmente conocido como finiquito, o las ayudas públicas, que suelen utilizar como referencia el valor del salario bruto para calcular las cantidades a percibir. Por eso, a la hora de recibir la nómina es importante fijarse que dicho documento refleje de una manera exacta el valor del salario bruto, así como todas las deducciones que se aplican y que nos dará como resultado final la cantidad a recibir en nuestras cuentas bancarias, es decir, el salario neto.

¿Qué es el coste laboral?

Otro de los términos que es importante conocer es el coste laboral, que precisamente es el coste que incurre el empleador por emplear recursos humanos, es decir, lo que le cuesta a la empresa tener un trabajador. El coste incluye tanto el salario, como el pago a la Seguridad Social y seguros privados, en beneficio de los empleados y ocasionalmente el coste de eventuales indemnizaciones o compensación, el coste de la formación de personal, transporte y dietas del personal.

La composición del coste laboral

Los costes que componen el coste laboral se pueden dividir en seis grupos

  • El primero de ellos es el Coste Salarial directo, compuesto del salario base, complementos salariales, pagos por horas extraordinarias, pagos extraordinarios y pagos atrasados, todo ello antes de impuestos y cotizaciones.
  • En segundo lugar, están las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social, por parte del empleador.
  • El tercer grupo encontramos las cotizaciones voluntarias a seguros de enfermedad, maternidad, accidente, otros planes de seguros y otras aportaciones.
  • En cuarto lugar, las prestaciones sociales directas, que son del empleador directamente al trabajador o a su familia en determinadas circunstancias como desempleo, jubilación, muerte, supervivencia o discapacidad, asistencia familiar y asistencia médica.
  • El quinto grupo se refiere al resto de componentes de coste donde se incluyen las indemnizaciones por despido o por fin de contrato, formación profesional, transporte, comedores, guarderías, actividades deportivas y culturales y la propia selección de personal.
  • El sexto y último grupo son las subvenciones o ventajas fiscales, como subvenciones en las cotizaciones a la Seguridad Social, subvenciones a la contratación, subvenciones a la formación profesional y las deducciones fiscales y se restan los demás grupos.

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