El Banco Central Europeo (BCE) ha acometido este jueves una histórica subida de tipos de interés, del 0% al 0,50%, que llevaban sin subir desde el año 2011. Con esta medida el BCE busca atajar la creciente inflación que ataca desde hace meses los bolsillos de los consumidores de la eurozona. La subida de tipos busca calmar la demanda restringiendo los flujos de dinero (los préstamos cuestan más), lo que puede desembocar en una ralentización de la economía.

Con una subida de medio punto los efectos que se notarán en los bolsillos de los consumidores serán leves. No obstante, si la inflación continúa creciendo, el BCE se verá obligado a subir tipos de nuevo (previsiblemente para septiembre, cuando ya hay una reunión emplazada) y en ese caso el impacto puede trasladarse al consumidor con mayor virulencia.

Hipotecas más caras

Con las subidas de tipos de interés, la vivienda tiende a encarecerse, puesto que el dinero que presten las entidades en un crédito hipotecario irá destinado a consumidores más solventes, que podrán pagar una financiación más cara.

Aquellos consumidores que tengan préstamos flexibles en vigor también se verán perjudicados por esta subida de tipos. Dichos préstamos van ligados al Euribor que previsiblemente irá al alza en las próximas semanas. El índice del Euribor se fija por el precio al que se prestan dinero los bancos, y al encarecerse, es lógico pensar que el índice también suba. El Euribor ya ha ido descontando el incremento de los tipos y se ha puesto en máximos de una década, en el 1,164%.

Sin embargo, atendiendo a la simple ley de la oferta y la demanda, si baja la demanda hipotecaria por el alza de precios, el mercado de la vivienda sufriría una contracción y por tanto los precios de los inmuebles comenzarían a bajar al haber menos inversores dispuestos a endeudarse.

Los préstamos también se encarecen

Para las entidades bancarias los préstamos también se encarecen. La subida de 50 puntos del tipo de referencia es la tasa que el BCE cobra a los bancos europeos para prestarles dinero, por ello las entidades bancarias se verán obligadas a subir el interés de los préstamos ofertados a sus clientes. De esta forma, el incremento del coste se traslada al consumidor para que los bancos no pierdan dinero. La subida de los intereses es aplicable a todo tipo de préstamos, tanto a particulares como a empresas. Al resultar más caro endeudarse, se pedirán menos préstamos y por tanto se reducirá la inyección de dinero y por extensión el consumo.

Esto invalida la estrategia financiera seguida por algunas empresas, de refinanciar la deuda con la contratación de otro préstamo, sin embargo, con la subida de tipos, el interés de devolución será mayor y realizar esta maniobra podría incurrir en la contracción de una deuda más elevada que la que se intentaba financiar.

La cesta de la compra se abarata junto con la energía

Con unas peores condiciones de financiación el crecimiento de la actividad empresarial echaría el freno, y podría llegar a repercutir en la creación de empleo. No se crearían nuevas empresas a causa de la dificultad creditica y tampoco se contratarían nuevos trabajadores.

Si no se crean nuevos puestos de trabajo el poder adquisitivo disminuye y también la demanda, y con ello el precio, de productos y servicios, que repercute directamente en el sector industrial. Con el enfriamento de la industria y una deceleración en su producción la demanda energética se reduciría considerablemente abaratando también su coste.

Mejora la rentabilidad de los depósitos y cambios en el mercado

Lo positivo de las subidas de tipos es que los depositos de los clientes en las en las entidades bancarias empezarían a remunerarse mejor, y por tanto obtener mayor rentabilidad.

En cuanto a la inversión, la subida de los tipos de interés dirigen la inversión hacia el mercado de la deuda, mientras que el mercado de renta variable, la Bolsa, queda relegado prácticamente a un segundo plano. La lógica es que los países tendrán que pagar más para financiarse, ya que los préstamos son más caros,  ofreciendo mayores rendimientos en sus emisiones de deuda, hoy en mínimos históricos. Con unas tasas más altas, se atarerá más la atención de los inversores a ser una apuesta más segura que las inversiones en Bolsa.