La firma de hipotecas ha comenzado el año por los suelos y la principal explicación es el nivel medio disparado de los tipos de interés. El número de operaciones constituidas en enero es un 10,3% inferior al mismo mes del pasado año y los préstamos alcanzan la cifra de 33.128. El tipo de interés medio ha alcanzado su máximo en una década y alcanza el 3,46%, por encima del 3,32% con el que cerró 2023, golpeando a las familias tanto en la modalidad fija de nueva constitución como en la variable que afronta una revisión.

Los hogares esperan ansiosos la bajada de tipos del Banco Central Europeo (BCE), que afectaría directamente al Euríbor y este, a su vez, a la mayoría de hipotecas. El precio del dinero se sitúa actualmente en el máximo de su historia (4,5%) y, si bien las condiciones comienzan a mejorar, el paso del supervisor único hacia el descenso se emplaza a junio. A finales de 2014, el tipo medio se situaba en el 3,5% y la tendencia que comenzó hace más de un año y que se mantiene este curso amenaza con superar ese máximo histórico.

El tipo de interés medio de las hipotecas constituidas sobre viviendas ha reeditado el ascenso de diciembre, dejando atrás el espejismo de reducción de noviembre. El valor se sitúa más alto para aquellos préstamos suscritos a tipo fijo (3,64%), cuatro décimas por encima del interés variable (3,24%). Con todo, la firma de hipotecas acumula un año con datos negativos y el importe medio de constitución ha caído un 2,7%, hasta los 138.149 euros. El capital total prestado ha disminuido un 12,7%, sumando los 4.576,5 millones de euros.

Las familias vuelven a atreverse con las hipotecas a tipo variable, con una volatilidad imprevisible, pero con un tipo de inicio casi medio punto inferior a las fijas.  De más de 33.000 suscritas durante enero, el 41,8% lo hizo bajo estas condiciones, mientras que el 58,2% optó por el tipo fijo. No obstante, durante el mes se produjeron cambios en los tipos de interés en un total de 11.788 hipotecas, que representan el 48,9% de los cambios en las condiciones de estos préstamos.

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Diferencias por CCAA: Madrid, Galicia y Aragón, disparadas

En términos absolutos, las comunidades con mayor número de hipotecas constituidas sobre viviendas en noviembre son Comunidad de Madrid (6.167), Andalucía (6.062) y Cataluña (5.927). El territorio que acoge la capital también es donde se presta más capital para la constitución de hipotecas sobre viviendas, siendo la única que supera el millón de euros 1.086.232 millones). A continuación aparecen Cataluña (963,1 millones) y Andalucía (792 millones). En sentido opuesto, La Rioja, con 170 hipotecas y 15,9 millones; Navarra, con 374 y 46,9 millones; y Cantabria, con 393 y 42 millones, son los tres territorios a la cola.

No obstante, atendiendo a los valores relativo que recogen la progresión real, destacan tres territorios con tasa de variación anual positiva en el número de hipotecas suscritas sobre viviendas. La Comunidad de Madrid también se alza en primera posición en esta cuestión con un incremento del 13,2%, seguida de Galicia (9%) y Aragón (5,9%). El resto marcan valores negativos, siendo Castilla – La Mancha (-3,3%), Castilla y León (-3,7%) y La Rioja (-8,6%) las únicas que caen menos que la media. A la cola aparecen Asturias (-30,6%), Navarra (-22,6%) y Cantabria (-20,6%) con los mayores desplomes.

¿Qué va a hacer el BCE?

El Consejo de Gobierno del BCE se verá las caras el próximo 11 de abril para tomar una decisión que, posteriormente, su presidenta, Christine Lagard, comunicará. Las esperanzas de que se produzca un viraje y el organismo decidan anticipar la reducción de tipos son casi inexistentes, por no decir nulas, y ya ha trascendido que la fecha marcada en el calendario, si ningún acontecimiento extraordinario dinamita los tiempos, es junio. El BCE apuesta por la prudencia, aunque esta la estén sufriendo familias y pequeñas empresas, y no se fía de la coyuntura internacional.

El genocidio israelí y sus derivadas y la continuidad de la guerra de Ucrania, episodios recientes que vuelve a agravar la situación, están tensionando el mercado internacional y ralentizando la reducción de la inflación. El objetivo establecido para la bajada es situar la inflación de la zona euro en el 2%, valor del que aún se mantiene a seis décimas. No obstante, pese a la cercanía al dato, tan solo cuatro de los veinte países que comparten el euro como divisa común se ubican por debajo de ese objetivo.