El Banco Central Europeo (BCE) no ha innovado en su política monetaria y ha reeditado las tres últimas decisiones. Los tipos de interés de interés se mantienen nuevamente en el 4,5%, lo que representa el valor más alto de la historia. El Consejo de Gobierno del organismo capitaneado por Christine Lagarde no cede ante la mejora de los valores de inflación europea y mira a la antesala del verano para comenzar a reducir el precio del dinero, que alcanzó su récord el pasado 14 de septiembre de 2023.

El BCE no se fía de la coyuntura internacional y prefiere no mover ficha, situación que están pagando las familias y las pequeñas empresas endeudadas o que pretenden solicitar un préstamo. El objetivo marcado por el supervisor único para detonar los descensos es el 2% de inflación en la zona euro, valor que tan solo se encuentra a seis décimas de la media actual de los veinte países que comparten la moneda. Tan solo cuatro economías cumplen el citado objetivo, pero todas mantienen una senda positiva y no superan la barrera de los cinco puntos.

La inflación de la eurozona cerraba el pasado mes de febrero ubicada en el 2,6%, dos décimas punto por debajo del mes precedente. Excluyendo del cálculo la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco (subyacente) el porcentaje se sitúa en el 3,3%. Con todo, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se mantendrán sin variación en el 4,50 %, el 4,75 % y el 4%, respectivamente.

“Desde la última reunión del Consejo de Gobierno celebrada en enero, la inflación ha seguido reduciéndose”, recoge el comunicado del BCE. En las últimas proyecciones de los expertos del supervisor, la inflación se ha revisado a la baja, en particular para 2024, “debido fundamentalmente a una menor contribución de los precios de la energía”. Los nuevos análisis prevén que la inflación se situará, en promedio, en el 2,3 % en 2024, el 2% en 2025 y el 1,9 % en 2026.

No obstante, pese a la mejora en presente y esperado a futuro, el BCE reniega de aprobar ya las bajadas. “El Consejo de Gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2 % a medio plazo”, recoge el comunicado. “Sobre la base de su valoración actual, considera que los tipos de interés oficiales están en niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial a este objetivo”, añade.

Además, el organismo de Lagarde no adelanta nada y traslada que “las decisiones futuras del Consejo de Gobierno asegurarán que los tipos de interés oficiales se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario”. Así, la política económica seguirá sujeta a los datos y la interpretación restrictiva que el BCE hace de ellos. “Se basará en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria”, concluye.

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