El Banco de España se suma a la larga lista de organismos nacionales e internacionales que han corregido al alza sus previsiones sobre el avance de la economía española. El organismo, que este mismo martes ve como su subgobernadora, Margarita Delgado, asume las funciones de gobernadora de forma interina, tras la finalización del mandato de Pablo Hernández de Cos, ha dado buenas noticias al Gobierno. El Producto Interior Bruto (PIB) estimado para 2024 crecerá un 2,3%, cifra que representa un ascenso de cuatro décimas en comparación con las previsiones anteriores.
Desde el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa han celebrado esta “buena noticia”, que consideran que da un nuevo espaldarazo a la economía española. Es más, el dato ofrecido por el Banco de España supera incluso lo esperado por el propio Gobierno de coalición, han señalado. Esto será posible gracias a “uno de los principales ejes”, el dinamismo del mercado laboral, que cuenta con una “vigorosa” creación de empleo y una “importante mejora” de su calidad, con la reducción de la temporalidad.
El nuevo informe trimestral de proyecciones macroeconómicas elaborado por el organismo apunta que la actividad económica en el segundo trimestre del año seguirá presentando un ritmo elevado de expansión, llevando el avance intertrimestral hasta un 0,5%, después del sorprendente 0,7% experimentado en el primer trimestre. Dicha tasa sería compatible con un crecimiento interanual del producto en el segundo trimestre del 2,4%, igual que el observado en el primero. Anualmente, el PIB sería del 2,3% este año y del 1,9% y el 1,7% en los dos siguientes.
El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha explicado, durante la presentación del informe, que la demanda interna será el principal soporte de la actividad económica a largo plazo, especialmente, el componente del consumo privado. Además, cabe destacar la moderación gradual del impacto negativo sobre la actividad por parte del endurecimiento acumulado en las condiciones de financiación, la reactivación paulatina de la economía europea y global, el crecimiento poblacional previsto, el avance de las rentas reales de los agentes económicos en un contexto de desaceleración de la inflación y el mayor despliegue de los fondos europeos.
La creación de emplo continuará
El Banco de España espera que la creación de empleo se prolongue a lo largo de los próximos años, aunque a un ritmo algo menor que el observado en los últimos trimestres, de forma que se producirá una cierta recuperación de la productividad. Más en detalle, las cifras de crecimiento de empleo serán del 1,1% en 2024, el 1,7% en 2026 y el 1,2% en 2026, lo que supone una reducción de la previsión para el año en curso y una subida para los consecutivos.
Por otro lado, la tasa de paro de la economía española aún permanecerá por encima del 11% en 2026, aunque mantendrá una senda descendente pasando del 11,6% en 2024, misma tasa que la anterior previsión, al 11,3% en 2025, dos décimas menos que en el anterior informe, y al 11,2% en 2026, una décima menos.
Así, más allá de la buena marcha del empleo, aunque dependiente de este, el segundo vector de crecimiento destacado por el Ministerio es el “buen comportamiento” del consumo de los hogares gracias a la mejora del empleo, la moderación de la inflación y una mejora general de la situación financiera de las familias. Otro aspecto importante, añaden desde la cartera de Economía, será “el incremento de la inversión que se espera que se consolide a lo largo del año por el impulso del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
La inflación no bajará al 2% hasta 2025
En materia inflacionaria, el Banco de España apunta a una reducción sostenida a lo largos de los próximos trimestres, lo que permitirá que el encarecimiento del precio de la vida se ubique en el entorno del 2% el año que viene. No obstante, el organismo ha elevado el Índice de Precios de Consumo (IPC) esperado para 2024, que se situará en el 3%, tres décimas más respecto a la pasada previsión. La tasa caerá al 2% en 2025, una décima más, y el 1,8% en 2026, otra décima más.
En todo caso, el organismo apunta a que, de cara a los próximos trimestres, la senda de moderación de la inflación de los alimentos y de la inflación subyacente se prolongará. En concreto, la inflación de los alimentos disminuirá desde un promedio anual del 11,1% en 2023 hasta el 4,5% en 2024 y hasta tasas en el entorno del 2,5% en 2025 y 2026. Esta evolución resulta coherente con las cotizaciones que se observan en los mercados de futuros para distintas materias primas alimenticias y con la marcada desaceleración que vienen mostrando en los últimos meses los precios en las etapas iniciales del proceso productivo.