Si ha habido un día de 2022 que no olvidarán los ciudadanos europeos ese es el 24 de febrero. Fue ese día cuando el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunciaba una “operación militar especial” para desmilitarizar y desnazificar Ucrania. El líder del Kremlin daba así comienzo a la guerra que ha mantenido en vilo al mundo desde el segundo mes del año, con un argumentario que ha ido perdiendo fuelle con el paso de los meses. Este conflicto, enquistado en el extremo oriental de Europa, ha tenido profundos efectos económicos y geopolíticos en todo el continente.

El protagonismo en Europa se lo llevan la inflación y el Reino Unido

Tal y como indicaban desde el Banco Mundial, la guerra que se está librando en Ucrania “ha ensombrecido las perspectivas de una recuperación económica pospandémica para las economías emergentes y en desarrollo de la región de Europa y Asia central”. Igualmente, desde la Organización Mundial del Comercio (OMC) indicaban a mitad de año que el impacto económico más inmediato del conflicto en Ucrania se podía comprobar en el fuerte incremento de los precios de los productos básicos, así como en el suministro de bienes esenciales de Rusia y Ucrania, incluyendo alimentos, energía y fertilizantes.

Así, la inflación en la eurozona ha batido auténticos récords, superando el 10 % y provocando que países muy respetados económicamente, como Reino Unido, se declarasen en recesión. Es más, la economía británica se ha visto claramente contraída en el último trimestre del año, una situación que se daba entre vaivenes de primeros ministros. De hecho, el 20 de octubre Liz Truss se convertía en la primera ministra más breve de la historia del país, tras 45 días en el cargo y un gran fracaso en su modelo impositivo: la propuesta de una histórica rebaja de impuestos, valorada en más de 60.000 millones de euros, que amenazaba con destrozar las cuentas públicas.

Los acuerdos internacionales contra “el chantaje de Putin”

Este también ha sido el año de los pactos y de la (casi total) unidad global contra lo que muchos dirigentes internacionales han denominado “el chantaje de Putin”. Por ejemplo, la Unión Europea y el G7 han acordado un límite al precio del petróleo ruso de 60 dólares el barril, que prohibirá a las compañías navieras, aseguradoras y reaseguradoras gestionar cargamentos de crudo ruso en todo el mundo, a menos que se venda por menos del precio tope.

De igual forma, los ministros de energía de la UE han logrado llegar a un acuerdo este mes de diciembre para establecer un tope máximo al precio del gas de 180 euros por megavatio hora (MWh). La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, celebraba el acuerdo explicando que el objetivo del mismo es “garantizar que el incremento tan espectacular de precios que vimos el último verano no pueda volver a ser una realidad, no se puede incentivar ese mensaje de que estamos dispuestos a comprar a cualquier precio”.

Pero, sin lugar a duda, la medida estrella que ha permitido al Gobierno sacar pecho en Bruselas ha sido la “excepción ibérica”. A través de esta propuesta, España y Portugal consiguieron el visto bueno de la UE para fijar el precio de la electricidad generada por gas en 40 euros/MWh, lo que evita que el aumento de su precio se extienda al conjunto del mercado eléctrico. La iniciativa entró en vigor el pasado 15 de junio de 2022 y, al ser de carácter temporal, estará en vigor hasta el 31 de mayo de 2023. A partir del sexto mes de aplicación, el precio se incrementará en cinco euros/MWh mensuales, hasta llegar a 70 €/MWh en el último mes de la medida. La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha alabado en varias ocasiones al mecanismo ibérico, destacando que “el modelo de España y Portugal ha servido para reducir el precio de la electricidad”.

España consigue evitar otra crisis

En clave nacional, el informe Claves económicas - Diciembre de 2022 realizado por la consultora PwC, indica que España ha conseguido esquivar la recesión en el cuatro trimestre del año, según el Banco de España y la AIReF, que espera un avance del 0,5%. El mismo documento señala al turismo como el gran motor de la economía en 2022 y el principal factor de crecimiento. Desde PwC también ponen en valor la bajada del paro de noviembre en España, de 33.512 personas.

Al hacer balance durante esta última semana del año, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, avanzaba que “es muy probable que terminemos el año con un crecimiento aún más alto del esperado, superando en consecuencia más del 5% de crecimiento interanual del PIB español”. De igual forma, el líder del Ejecutivo destacaba que esta cifra se sitúa “muy por encima” de los grandes países del entorno y de la media de eurozona, lo que demuestra la “fortaleza y solidez” de la actual economía española. El buen desempeño económico de nuestro país durante 2022 no ha pasado desapercibido internacionalmente, ya que publicaciones como The Economist lo han puesto de relieve.

Uno de los motivos que ha permitido esta fortaleza han sido los paquetes de medidas aprobados por el Gobierno para frenar la inflación, que han destinado más de 30.000 millones de euros a subvenciones y ayudas a las familias y empresas, según recoge el Real Decreto de medidas contra la crisis publicado por el Boletín Oficial del Estado durante el último miércoles del año.