El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, mantiene su deriva privatizadora en espacios que son indispensables en verano, como las piscinas o los parques. El último ejemplo de esto último pasa por la cesión de uno de los pulmones de la capital, el Parque Tierno Galván, para un festival con entradas de entre 25 y 60 euros por día. Para el show se instalarán dos escenarios de al menos 150 metros que ocuparán cuatro hectáreas de este lugar emblemático del distrito de Arganzuela.
El doble rasero del equipo ‘popular’ con estos espacios queda patente -así lo lamentan los ciudadanos madrileños- en tanto en cuanto desde Cibeles se han prohibido durante la legislatura cuestiones que tienen que ver con clases de zumba -por poner un ejemplo- justificando que el ruido de los altavoces sobrepasaba los límites establecidos, mientras se ha dado carta blanca a eventos como el aquí señalado. Los vecinos advierten del ruido excesivo, la privatización del espacio y el daño medioambiental en los que derivan estos espectáculos.
En concreto, han sido dos las celebraciones contra las que los vecinos han puesto pie en pared y que tienen lugar en el auditorio del recinto. Se trata del Pompä Open Air y del Alma Festival, que se mantendrá aquí hasta el próximo 15 de junio. El segundo encuentra su origen en el año 2013, pero desde entonces -y hasta este año- se venía celebrando en los Jardins de Pedralbes de Barcelona. La última decisión de los promotores no fue casual, sino que como explicaba el organizador del evento hace días en una entrevista, aprovecharon la oportunidad que concede el Consistorio para realizar eventos en el parque Tierno Galván.
Ya a mediados de febrero, la organización del festival anunció que el espacio verde será el escenario de la presente edición; y en mayo empezaron los preparativos para los eventos programados en el parque esta primavera, con el Alma Festival como el más extenso.
Nadie avisó a los vecinos de las intenciones, sino que estos se enteraron, sencillamente, por el movimiento que había en las inmediaciones del parque y preguntando a los trabajadores. Al conocer la ‘privatización’ del espacio público, la asociación Delicias para Tod@s pidió al Ayuntamiento la licencia urbanística para el espectáculo, obteniendo respuesta a tan solo diez días del inicio del festival. Dicha licencia todavía no existe, les contestaron. A pesar de ello, el macrofestival dio el pistoletazo de salida el último día de mayo.
En contra de la ley
Los vecinos de las zonas de alrededor avisan de que el Alma incumple lo establecido en el artículo 206 de la Ordenanza General de Protección del Medio Ambiente (OGPMA), al actuar en detrimento de la naturaleza en primera instancia y, después, al impedir el uso del parque por parte de los ciudadanos que viven en torno a él.
A ello hay que sumarle que durante quince días queda autorizado que se puedan traspasar los límites sonoros establecidos por la Ordenanza de Protección contra la Contaminación (OPCAT) a partir de un uso “arbitrario, repetido y fraudulento” del artículo 19.1, orientado a actos especiales y/o de carácter puntual. En cifras, si el límite de ruido establecido queda fijado en los 55 decibelios de día y los 45 de noche, en los primeros días se superaron los 76.
Y el tercer punto que denuncian ciudadanos y asociaciones es, precisamente, la privatización del uso del espacio. Esta, apuntalan aquellos que ven como su tranquilidad está quedando mermada en los últimos días, apuntalan que la celebración del evento -con la permisividad del Ayuntamiento- va en contra del artículo 206 de la OGPAM, como se ha señalado, ya que el parque no puede ser objeto de privatización al estar calificado como un lugar de uso público.
No obstante, es en el otro punto mencionado en el que se escuda el Consistorio para que el acto salga adelante. Así las cosa, según Cibeles, el articulo 19.1 de la OPCAT está pensada para eventos de carácter especial y/o puntual, lo que sí daría cobijo al espectáculo. Los vecinos también hacen la contrarréplica al equipo conservador dejando claro que el festival dura dos semanas, por lo que no es algo de un día, ni puntual. Además, acentúan, están privando del uso del parque a todas las personas que quieren acudir a él, limitando su utilización a quienes pagan una entrada para ello. El Ayuntamiento se limita a señalar que Madrid “está de moda en el mundo” como toda explicación ante esta presunta vulneración de la normativa.
El Parque Tierno Galván ha sido escenario de otros eventos como la Naturaleza Encendida y el Pompä Open Air. Asimismo, está previsto para septiembre otro festival, el Brunch Electronik; que mantendrá el parque cerrado durante dos semanas. El próximo 10 de junio hay convocada una manifestación por la protección de la explanada y contra el uso del espacio para hacer negocio.