Marzo de 2024. Congreso de los Diputados. El portavoz del Partido Popular, Miguel Tellado, registra la petición de dimisión de la presidenta de la Cámara, Francina Armengol. Armengol comparece al día siguiente y se defiende de las acusaciones para que Tellado vuelva, unos minutos después, a dar una rueda de prensa donde defiende que la socialista “oculta algo”. Lo normal en el día a día parlamentario.

Elipsis temporal. Unas horas después, en la Asamblea de Madrid, a unos pocos kilómetros de distancia -o una línea de autobús y seis paradas de Metro- un diputado de la oposición exige al presidente de la Cámara que dimita. El reclamante ahora es de Más Madrid y el reclamado es del PP. El primero acaba expulsado de la Cámara por el segundo.

Una coincidencia causal y temporal que sirve para ilustrar cómo se las gasta el Partido Popular de Madrid en la Asamblea de Madrid, que ahora preside Enrique Ossorio, hasta hace unos días vicepresidente del Ejecutivo madrileño. Y una situación que también se da al tiempo que la lideresa madrileña, Isabel Díaz Ayuso, se pasea por platós, desayunos y mítines rumanos, acusando a sus rivales de haber instalado “una dictadura” socialcomunista y cierrabares.

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"Es un presidente autoritario"

Las denuncias sobre falta de imparcialidad en la Asamblea de Madrid han ido en aumento en los últimos años, pero han crecido de manera exponencial con la llegada de Enrique Ossorio a la Presidencia. Un perfil muy político que venía de compaginar el azote a la izquierda desde la Vicepresidencia del Gobierno de Ayuso y que protagonizó escándalos como su rueda de prensa tras un Consejo de Gobierno burlándose de un informe de Cáritas que alertaba del crecimiento de la desigualdad. “¿Dónde estarán los pobres en Madrid que yo no los veo?”, dijo mientras miraba a su alrededor.

El diputado de Más Madrid expulsado fue Hugo Martínez Abarca. “Ayer el Grupo Popular se pasó todo el pleno insultándonos, atacándonos, mintiendo, interrumpiéndonos cuando hablábamos y el señor Ossorio no les llamó la atención en ningún momento”, explica Martínez Abarca a este medio, "mientras a nosotros nos dijo que no teníamos argumentos, que éramos imposibles o que estábamos delirando”, informa Rubén Rozas.

Esas declaraciones le llevaron a pedir su dimisión, “que es algo para lo que tenemos absoluta legitimidad”, provocando que Ossorio le llamara al orden “hasta dejarme sin voz durante el resto del pleno y luego expulsándome para el resto del día. Es una absoluta falta de equilibrio que demuestra que es un presidente autoritario”.

 

Los contraplanos prohibidos

Pero antes de Ossorio, ya había gestos que alertaban de la deriva en la Asamblea de Madrid. Si un espectador ve una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados podrá ver a Alberto Núñez Feijóo discutiendo con el presidente del Gobierno y las cámaras mostrarán los gestos y expresiones de Pedro Sánchez. Y viceversa. Es lo que, en términos audiovisuales, se llama contraplanos. Eso no existe en la Asamblea de Madrid.

Existió en su día y daba riqueza visual al debate, sobre todo con una presidenta como Ayuso, muy dada a la gesticulación. Pero desapareció de un día para otro y los contraplanos están prohibidos a los realizadores de la señal institucional. Solo se permite abrir el plano para mostrar una cosa: aplausos. Y al ser esta la única señal ofrecida por la Asamblea, el resultado es que, en las crónicas televisivas de Telemadrid, por ejemplo, rozan el monocolor: Ayuso y aplausos del PP.

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Con Ossorio, las quejas de la oposición han subido de frecuencia y son generalizadas: desde Más Madrid a Vox, pasando por el PSOE de Madrid. Hasta el punto de que las denuncias monopolizan las juntas de portavoces que se celebran los lunes para preparar los plenos de la semana. Una de las críticas recurrentes es que el presidente no exige con la misma dureza a los diputados del PP y a los miembros del Gobierno que se “ciñan a la cuestión”. Es decir, que limiten su intervención a la pregunta registrada o a responder dicha pregunta.

El presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio. EP
El presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio. EP
 

La generosidad de Ossorio

Este jueves, antes de que todo saltara por los aires, la portavoz adjunta del PSOE de Madrid, Marta Bernardo, preguntaba a Miguel Ángel García Martín, consejero de Presidencia, sobre Telemadrid. Martín respondía hablando de José Luis Ábalos y el caso Koldo. Justo después, preguntaba el portavoz del PP, Carlos Díaz-Pache, sobre la situación de la Justicia en la Comunidad de Madrid. Y Martín respondía con Ábalos y Koldo. Y Díaz-Pache volvía a tomar la palabra para criticar la Ley de Amnistía y acusar al Gobierno de España de “arrodillarse ante la mafia corrupta del separatismo”.

Ante estas respuestas, la portavoz socialista pidió la palabra para reclamar al presidente de la Asamblea que aplicar el artículo 134 para llamar a la cuestión a los diputados “como se habló en la última junta de portavoces”. La respuesta de Ossorio fue que prefería seguir siendo “generoso” porque “el Parlamento es el lugar de la palabra”.

"No es normal que el presidente de la Asamblea no cumpla con el reglamento, ni lo haga cumplir. Lo que estamos viendo en los últimos plenos enla Comunidad de Madrid es un abandono absoluto de su cometido por parte del presidente del Parlamento madrileño de su cometido y, además, dejando al PP que convierta cualquier pleno en una rueda de prensa continua", señala Bernardo a ElPlural.com. Da igual el tema que se esté tratando, ellos hablan de lo que quieren que, por cierto, siempre es lo mismo: insultos al Gobierno de España, a su presidente y, de paso, al Partido Socialista".

En el mismo pleno, una situación parecida ocurría unos minutos después. Intervenía el diputado Emilio Delgado, de Más Madrid, para interpelar a la consejera de Familia y Asuntos Sociales, Ana Dávila, por las residencias en Madrid. En su respuesta, Dávila no solo habló del caso Koldo, también criticó a Más Madrid por la gestión de “su gobierno” en Moncloa durante la pandemia. Pero Más Madrid no estaba en el Gobierno, que formaban PSOE y Podemos, enfrentados a los de Mónica García. Por ello, Delgado pidió el turno de palabra para poder rectificar esa “mentira”.

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Fue entonces cuando Ossorio empezó el discurso que después desembocaría en la expulsión de un diputado de Más Madrid, con las ya famosas frases de “son ustedes imposibles” y “si no tienen argumentos, se callan”. Precisamente cuando los diputados de Más Madrid ya se habían callado.

“El señor Ossorio ha demostrado que le queda muy grande la Presidencia de la Comunidad de Madrid y tiene que rectificar y ser un presidente de toda la Asamblea”, explica Martínez Abarca, de Más Madrid. “Y si no se ve capacitado, tiene que dimitir y el Grupo Popular tendrá que buscar a alguien entre sus filas que sí sea capaz de mantener un poco de equilibrio. Por el buen nombre de la Asamblea de Madrid, que merece ser un Parlamento y no el instrumento para amordazar a la oposición”, señala el diputado.

La trampa de las palabras de Ayuso

Volviendo a las Juntas de Portavoces, donde se discuten los conflictos previos y se intentar evitar los futuros en los plenos, hace un par de semanas tuvo lugar una situación bastante ilustrativa. Ossorio había recriminado a los diputados de PSOE y Más Madrid la dureza de las expresiones en sus intervenciones, tras un par de sesiones elevadas de tono por las polémicas de las residencias y después de que Ayuso dijera su famosa frase de que los mayores “se iban a morir igual” en un hospital que en un residencia.

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La crítica de Ossorio llegó a tal punto que extrajo un acta de sesiones y subrayó con un rotulador amarillo las frases que no le habían gustado del portavoz adjunto del PSOE, Jesús Celada. El diputado socialista sacó su propia acta de sesiones y preguntó a Ossorio si las siguientes frases eran tan graves como para merecer semejante reprimenda: 

  • "Hablan sin total humanidad, como han hecho durante todos estos años"
  • "Sin importarles ni la verdad ni las víctimas de la pandemia"
  • "No tiene corazón, ni humanidad, ni ninguna dignidad que es lo que les falta"

Ossorio le contestó que por supuesto, que no podía tolerar que se dijeran cosas tan gruesas en la Cámara. Pero era una trampa, porque dichas frases no eran de un socialista, ni de un diputado de Más Madrid, sino de la intervención de la propia Ayuso la semana anterior. Una intervención que nunca fue reprochada por el presidente de la Asamblea.

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