En los últimos años, tras el ascenso en su partido de Alberto Núñez Feijóo con su traslado a la calle Génova de Madrid para dirigir el PP, salen diferentes estudios y análisis que ponen en entredicho la positiva herencia que el de Os Peares dejó a su sucesor y al conjunto de la comunidad autónoma.

En ese 'debe' la sanidad siempre aparece. Las quejas de usuarios, pacientes y profesionales vienen de hace muchos años, hasta el punto de que se acusa, precisamente, al actual líder del Partido Popular de ser el verdadero azote de la sanidad pública gallega con sus recortes y privatizaciones. Feijóo logró la presidencia de la Xunta en 2009 y permaneció en ella, siempre con mayorías absolutas, hasta 2022. 

Lo negativo de su legado en esta materia empezó a observarse, y así lo denunciaron colectivos de usuarios y sindicatos, de cara al exterior a raíz de la pandemia que mostró las costuras de un sistema cuya gestión política a cargo del Servizo Galego de Saúde, Sergas, siempre ha estado en entredicho. A modo de ejemplo, la Consellería de Sanidade es, probablemente, la que más cambios ha sufrido en sus cargos políticos, empezando por los propios conselleiros. Este dato desmonta los parabienes que desde el PP y los distintos gobiernos de la Xunta han lanzado siempre sobre su gestión de la sanidad; sin embargo, el cambio de cromos constante en áreas sanitarias de las cuatro provincias y en los puestos más altos de la Consellería echarían por tierra ese argumento de la buena gestión.

El PPdeG siempre se ha defendido de las críticas aludiendo al carácter político de las mismas; no obstante, desde la crisis del Covid 19, no solo los partidos de la oposición se quejan y denuncian episodios ocurridos en el sistema público.

Ahora, sin ir más lejos, el Sindicato Médico de Galicia (SIMEGA), adscrito a la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, CESM,acaba de denunciar que, en la actualidad, "hay una sobreoferta asistencial que es totalmente inasumible con los recursos humanos actuales, y con la gestión que se hace de los mismos".

En este sentido, esta organización señala que, precisamente, la gestión llevada a cabo desde la Xunta "ha contribuido activamente a esa sobredemanda del ciudadano, provocando una accesibilidad excesiva al sistema sanitario sin haber implementado los medios necesarios, y muchas veces sin que fueran necesarias ni la urgencia aducida, ni la atención médica, ni el acudir a la consulta".

Más listas de espera

El problemas no es menor y repercute en el conjunto del sistema, en su funcionamiento diario. En este sentido, señala Simega que los datos que derivan de esta sobreoferta asistencial se concretan "en agendas interminables con hasta 50 pacientes por día; guardias de 24 horas; prolongaciones de jornada e inconvenientes para disfrutar las vacaciones cuando se quiere". Además, como consecuencia de lo anterior, se registra un aumento de "las listas de espera en Atención Primaria, cuando hace poco más de una década el médico atendía al paciente al día siguiente de pedir su cita".

SIMEGA afirma que esa sobrecarga de trabajo que los facultativos de Atención Primaria y Urgencias sufren ha provocado que el 40% de los profesionales que se encuentran en estos servicios sufra síndrome Burnout (agotamiento físico y mental, desmotivación profesional, estrés y ansiedad), un cuadro médico poco recomendable tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes.

A modo de conclusión, el Sindicato Médico indica que para lograr de nuevo una calidad asistencial que "nunca debimos perder", es imprescindible  el compromiso de todos los involucrados en el sistema público de salud, es decir, desde la propia administración, hasta los profesionales, pasando por la ciudadanía.

Asimismo, aprovecha para recordar que uno de los problemas de la Atención Primaria es la falta o escasez de personal; de ahí que a juicio de sus representantes sea "imprescindible" hacer de ese "primer escalón de la sanidad" una materia mucho "más atractiva" para los profesionales.

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