Después de varios días, y a la espera de que también se pronuncie Alberto Núñez Feijóo, presidente gallego cuando se modificó, ideó y ejecutó el proyecto del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, el actual máximo responsable de la Xunta de Galicia, vicepresidente de Feijóo entonces, se refirió este lunes al demoledor informe del Consello de Contas.

Como era de esperar, en realidad, Rueda se limitó a echar balones fuera sin explicar nada. El también líder del PPdeG simplemente justificó el modelo elegido para construir las instalaciones hospitalarias diciendo que “era un sistema excepcional para un momento excepcional”, en referencia al año -2009- en plena crisis económica.

Según Rueda, “si no se acudía a ese sistema, el hospital no se podría construir o habría sido completado mucho más tarde”, y esto teniendo en cuenta que a través del modelo elegido por la Xunta se cerró la construcción en 31 meses y luego se demoró hasta los 55, cuatro años y 6 meses.

Curiosamente, en aquel momento, el modelo del que se hablaba era muy similar -por no decir que idéntico- al puesto en marcha en Madrid por Esperanza Aguirre para construir hasta 7 centros en toda la región. Allí se elogiaba la colaboración público-privada, el modelo de gestión mixta, como el más eficiente, sin referencia a la crisis económica en ciernes.

Estas explicaciones, sin embargo, siguen sin convencer y hoy mismo ha sido el Sindicato Médio de Galicia, Simega, perteneciente a la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, el que se ha pronunciado sobre las conclusiones del Consello de Contas. Esta organización profesional “cuestiona y critica el modelo público-privado elegido por el Gobierno de Feijóo cuando llegó en 2009 a la Xunta para la construcción y gestión del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo”. Tal y como subraya, la crítica se debe al incumplimiento de “las expectativas en cuanto al número de camas, quirófanos y superficie hospitalaria prevista”, a lo que se suma el sobrecoste que sitúa en los “166,7 millones de euros a precios actuales”.

Simega, a través de un comunicado, desde un punto de vista técnico. En este sentido se centra en que, como recoge el informe del Consello, un año antes de la puesta en marcha del hospital en 2015, el número de camas disponibles en Complejo Hospitalario de Vigo era de 1.241. Esa cifra solo subió en 80 unidades en 2021, “cuando una de las justificaciones de este modelo público-privado era que sólo el Álvaro Cunqueiro dispondría de 1.465 camas y todo el complejo 2.000”.

Otra de las metas marcadas por el modelo que, en su momento y aunque ahora desde el Partido Popular 'culpen' a la crisis económica de la elección público-privada, era cumplir el Plan Funcional del ahora denominado Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, CHUVI, era “alcanzar como escenario óptimo la atención de 49.600 procesos de hospitalización convencional”, pero en 2021, según la referencia del Consello de Contas esa cifra se quedó en 40.622.

Nuevo concierto con la sanidad privada

A lo anterior, según denuncia el Simega, también se suma la reducción de “los actos quirúrgicos y de urgencias, mientras se incrementaron las consultas externas, los trasplantes y la diálisis”.

El sindicato médico critica igualmente el hecho de que “el número de quirófanos previsto para el nuevo centro hospitalario era de 36, y hoy sólo hay tres más sumando los del Hospital de Meixoeiro”, el otro centro que forma parte del CHUVI.

Simega analiza asimismo y siguiendo lo detallado por el análisis órgano fiscalizador “la reducción de la superficie hospitalaria proyectada”. En el proyecto primigenio se hablaba de 104.170 metros cuadrados; sin embargo, ese espacio se redujo a los 81.562 metros cuadrados que es lo que aparece en el acta de puesta en marcha del centro.

Una de las cuestiones que chocan con los argumentos esgrimidos en todos estos años por la Xunta y el Partido Popular para defender este modelo de gestión mixta es que posibilitaría al reducción de conciertos con la sanidad privada. CESM Galicia, sin embargo, vuelve a poner en entredicho esto.

Recuerda el sindicato médico que, además de criticar desde el principio este modelo público privado por el sobrecoste que supondría (que entonces CESM cifró en 425 millones de euros) ya demostró el “incumplimiento de los objetivos de reducir el peso del concierto con POVISA”, el gran hospital privado de Vigo. Entonces, en el año 2015, la Xunta de Alberto Núñez Feijóo se defendió diciendo que muchas especialidades volverían al nuevo Hospital Álvaro Cunqueiro. Hoy, nueve años después, “algunas como la unidad de quemados y la cirugía maxilofacial siguen en POVISA”.

En aquel momento, esta organización denunció que a POVISA se le pagaba un sobrecoste de 19,7 millones al año, “puesto que no cubría ni la Atención Primaria ni especialidades de dolencias prolongadas y costosas como obstetricia, pediatría, psiquiatría, cardiología intervencionista…, que tenía que asumir la Sanidad Pública”.

Se da la circunstancia de que en el mismo Consello de la Xunta celebrado ayer se dio luz verde a la prórroga “por razones de interés público” hasta el próximo 31 de deciembre “o fecha anterior en el caso de que se adjudique antes el nuevo contrato”, el concierto firmado entre el Servizo Galego de Saúde, Sergas, y el hospital privado POVISA “para la prestación de servicios de asistencia sanitaria especializada en el área de Vigo”. En total, lo aprobado este lunes, supone el destino de una partida de “27.895.000 de euros a la extensión de este concierto”.

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