Han pasado tres semanas desde que trascendiera que la Junta de Andalucía había detectado “transmisión comunitaria” en el Distrito de Atención Primaria Costa del Sol. La información oficial, desvelada por Izquierda Unida, fue primero negada por el Gobierno autonómico y luego rebajada, algo confusamente, a “contagio comunitario”.

Durante ese espacio de tiempo las cifras de contagio han ido escalando peligrosamente la estadística, pero el Gobierno andaluz ha decidido esperar hasta hoy para adoptar nuevas medidas, tras constatar que las tímidas restricciones adoptadas hasta ahora no han surtido efecto.

Los datos de ayer lunes volvían a ser preocupantes: 17 muertes y 846 positivos, con un total de 1.065 pacientes ingresados, 42 más en 24 horas y 77 más que hace una semana, de los que 153 se encuentran en una unidad de cuidados intensivos (UCI), once más que este domingo y 17 más que hace siete días.

Moreno, preocupado; Marín, tranquilo

El propio presidente Juan Manuel Moreno viene advirtiendo en los últimos días del incremento de contagios y pidiendo a la población que extreme la prudencia para el que el Covid-19 “no nos atropelle”. Desde Málaga, Moreno volvió a recordar que España tiene la mayor tasa de contagios de la Unión Europea, pero se abstuvo de mencionar que buena parte de la culpa de esa estadística corresponde a la Comunidad de Madrid, que gobierna su compañera de partido Isabel Díaz Ayuso.

Las preocupación del presidente no parece, sin embargo, que sea del todo compartida por su vicepresidente y consejero de Turismo, Juan Marín, que ayer descartó que la Junta fuera a adoptar hoy alguna medida de restricción de la movilidad en puntos de la región, dado que la situación está "bastante controlada". El tranquilizador diagnóstico del vicepresidente no es compartido por los alcaldes en cuyos pueblos se han disparado los contagios.

Como se recordará, Marín fue uno de los políticos andaluces que con más insistencia reclamó al Gobierno central que permitiera a Andalucía avanzar en la desescalada, hasta el punto de atribuir al Ejecutivo de izquierdas motivaciones políticas para no hacerlo.

En una fecha tan temprana como el 14 de mayo, Marín volvía a meter prisa al Gobierno de España para que autorizara a las rezagadas Granada y Málaga pasar a la Fase 1. Y añadía: “Andalucía –afirmaba– está en situación de poder pasar a la Fase 2 mañana mismo; ello permitirá la circulación entre provincias, lo que activará el turismo”.

¿Quiénes "nos precipitamos"?

Esta semana, en una entrevista en el digital El Confidencial, el presidente andaluz reconocía que “posiblemente nos precipitamos en la desescalada, que debió ser más lenta y duradera”. Moreno no precisaba a quiénes incluía en ese genérico “nos”.

Al contrario que en comunidades como Galicia, Castilla y León o Cataluña, donde las autoridades regionales sí han decretado confinamientos locales cuando las tasas de contagio se multiplicaban, en Andalucía la Junta se resiste a adoptar una decisión tan drástica, pese a que algunos alcaldes así se lo han solicitado.