Jordi Sarrà (Barcelona, 1952), es un fotógrafo afincado en la ciudad de Barcelona. Su carrera arrancó en la isla de Ibiza, donde le encargaron que hiciera fotografías a los turistas según bajaban del avión. Aceptó este primer trabajo profesional porque era la forma de tener durante todo el día y a su total disposición una cámara. "A mí me parecía todo muy extraño", nos explica en una entrevista, recordando esa primera Leica que le llevó a Baleares con apenas 17 años.
Quedamos con el fotógrafo en su taller, situado en la ciudad de Barcelona. Sin duda, un lugar mágico. Nada más entrar se nota que allí trabaja un artesano. Todo está repleto de fotografías, tanto a color como en blanco y negro aunque estás últimas son las más abundantes. Llaman nuestra atención varias fotografías de Picasso, recortes de prensa y una caja que anteriormente guardó fotografías Polaroid, toda una reliquia. Nos recibe con una selección de sus mejores trabajos y libros de fotografía, su tesoro más preciado.
Reportaje sobre lucha libre, realizado por Jordi Sarrà en 1977, en el Price de Barcelona
Jordi Sarrà nos cuenta en la entrevista que su afición empezó con 14 años. Era un mal estudiante a quien le producía mucho más curiosidad lo que se encontraba en la calle que en las aulas. "Dejé de asistir a la escuela, estaba todo el día en la calle hasta que mis padres se enteraron”, nos confiesa. Tras la reprimenda, llegó a un pacto con su padre de que "trabajaría por la mañana y estudiaría por la noche” y su abuelo medió para que le metieran como aprendiz en un estudio que hacía fotografías de muebles. "Tenían un laboratorio inmenso, muy primitivo, no había la tecnología que hay ahora. Estuve siete u ocho meses aprendiendo el oficio de ayudante de laboratorio”, recuerda el fotógrafo y añade que no fue nada fácil, en esepcial por el frío y la humedad. Más tarde, culminó su formación con fotógrafos profesionales, de quienes recibió clases y se forjó en Ibiza, al tiempo que recibía turistas.
Ibiza y la fotografía creativa
La oportunidad ibicenca vino de la mano de un laboratorio de color muy importante. Fueron tres meses muy intensos en los que disfrutó enormemente de la compañía de su pequeña Leica. Durante sus ratos libres, se deidicó a fotografiar todo aquello que le interesaba, a la vez que aprendió a manejar la cámara de manera correcta.
Primera exposición de Jordi Sarrà en 1972, en la sala Aixela Barcelona
“A partir de aquí se desarrolla un poco la inquietud de la fotografía creativa, del hecho de exponer”, asegura. Este interés, sumado al crecimiento en Barcelona del movimiento expositivo, le llevaron a moverse en este terreno. “Todos los que ahora son los fotógrafos reconocidos de los años 70, los que han expuesto por todo el mundo y que ahora son las figuras de la fotografía creativa en Catalunya habían pasado por allí”, nos cuenta sobre su primer intento de exponer en una galería, allá por 1972. Allí se presentó con varias fotografías creadas en el laboratorio y se las presentó al comisario de la galería de arte, especializada en fotografía. “Este señor me dijo: Picasso decía que para saber desdibujar, primero hay que saber dibujar. Estás yendo un poco al revés, pero esto que tienes es interesante, estaría bien que lo expusieras para que te dieras cuenta de lo que representa dentro del ámbito de la fotografía”. Fue así como Jordi Sarrá consiguió exponer su obra por primera vez.
“Las estaciones de tren siempre me han apasionado”
“Un sitio al que voy bastante a menudo, que me gusta mucho y he hecho alguna fotografía es la Estación de Francia, lo encuentro espectacular”, nos cuenta sobre uno de sus lugares favoritos para fotografiar. A Jordi Sarrá le atraen las grandes estructuras, las fotografía con frecuencia. Con el tren tiene una relación especial, recuerda los veranos viajando a Sant Vicenç de Torelló junto a su abuelo. “Me hubiera gustado hacer algo con el tema del tren pero no me he centrado en esto. Estás todo el rato pensando en las cosas que puedes hacer y al final el día a día se te come. Yo ahora estoy en esto, en recuperar estos sueños, de cosas que me hubiera gustado hacer y que no he podido”, afirma sobre la posibilidad de crear una serie de fotografías con el tren como protagonista.
Jordi Sarrà, un especialista de las sensaciones
Sobre sus preferencias y estilo fotográfico, Jordi Sarrà nos cuenta que le gustan todo tipo de fotografías. “Me gusta todo tipo de fotografía, por eso me he metido en todas partes. Me gusta mucho la arquitectura, me gusta mucho la moda, me gusta mucho el retrato, me gusta el bodegón, la fotografía de publicidad”, nos cuenta a la vez que observamos el abanico de variedad que es su obra. Confiesa que no se siente especialista en nada, pero se siente cómodo al tener libertad sobre el tema que ha escogido para su fotografía. Para él, “la buena fotografía es la que realmente te conmueve, te transmite y te explica algo. Lo importante es que te cuente alguna historia”.
La mirada curiosa de Jordi Sarrà le llevó a Atapuerca, la cuna del primer hombre europeo, para plasmar en un libro los yacimientos, la sierra y el museo de esta joya arqueológica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El libro 'Atapuerca Museo de la evolución humana' ofrece una mirada cinematográfica cargada de sentimiento en la que el río actúa como eje vertebrador. “Con el libro de Atapuerca, me sentí comodísimo. Para mí el resultado es bueno, no es muy espectacular. Pero pienso que tiene un punto, que a veces es lo difícil de conseguir, que transmite unas sensaciones, sin grandes estridencias y que explica muy bien el vínculo entre el museo y Atapuerca”, nos cuenta.
Las Islas Baleares son una especie de imán para el fotógrafo, que ha publicado un monográfico de Formentera, con su particular visión de este magnífico paraíso antural. En su obra destaca también un monográfico sobre el arquitecto y creador modernista Jujo, para la editorial Taschen.
Las entrevistas de 'El Tren de la Cultura'
Jordi Sarrà se suma de esta manera a la serie de entrevistas audiovisuales audiovisuales que integran 'El Tren de la Cultura', un proyecto de ElPlural, en colaboración con Renfe para viajar al interior y el entorno de diferentes personalidades del mundo de la creación. La actriz y presentadora de televisión Paula Vázquez, el pintor y escultor Okuda, el arquitecto César Portela, el dramaturgo y guionista Guillem Clua, la cocinera Lucía Grávalos, el bailarín Chus Western, los cineastas Benito Zambrano y Manuela Burló, la actriz Berta Castañé, la diseñadora Celia B, la cantante y compositora Alice Wonder, el grupo punk La La Love You, la pintora e ilustradora Paula Bonet y el actor Raúl Tejón son el resto de protagonistas de este apasionante recorrido.
Además de Renfe, han colaborado con nosotros en este apasionante proyecto el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, CulturaPress y la asociación de compositores Musimagen.
Las entrevistas se han grabado en lugares emblemáticos para cada uno de los artistas y creadores que han accedido a compartir con nosotros sus vivencias, al igual que ya hicimos con los escritores que entrevistamos para Vivir, Viajar y Leer. Entonces, nuestros protagonistas fueron Luis García Montero, Carme Chaparro, Máximo Huerta, Susana Gisbert, Mikel Santiago, Oriol Nolis, María Zaragoza, Eva Orúe, Clara Sánchez y Alice Kellen y recorrimos diferentes puntos del territorio nacional: desde los molinos de Campo de Criptana al histórico Teatro Montecarlo de Buñol pasando por El Retiro de Madrid o la Albufera de Valencia.