Francia, la segunda gran potencia europea, como la define el presentador de Más vale tarde, ha elegido una serie de medidas con las que afrontar el déficit público de sus cuentas. Así, entre otros planteamientos de gran relevancia, como la congelación de las pensiones o el recorte en el gasto social, han surgido otros un tanto más curiosos como la decisión de eliminar dos días festivos del calendario francés. Una disminución de fechas concretas para el descanso de los trabajadores con las que el Gobierno de Francia pretende producir más y comenzar a equilibrar, así, su economía.

Uno de los motivos por la que esta idea francesa ha llamado la atención, además de por suponer una limitación del tiempo libre, pasa por la curiosidad de conocer cuánto puede ayudar a mejorar, verdaderamente, la economía del país. El economista Gonzalo Bernardos explicaba a Iñaki López y Cristina Pardo en el programa que, evidentemente, aumentaría la producción en una sencilla regla de tres por la que el razonamiento se obtiene de ese mayor número de horas de trabajo que va a haber, lo que beneficiaría a las empresas; sin embargo, los trabajadores se quedarían igual, pues la idea del gobierno francés es que no aumenten prestaciones sociales ni salarios. Una medida que ayudaría a la recaudación pero cuyos resultados son insignificantes para el mensaje que deja a la población, en el que parece se evidencia que Francia pasa malos tiempos y que necesita una mayor cantidad de trabajo por parte de sus ciudadanos.

Para Iñaki López, la eliminación de un festivo no tiene por qué aumentar en la cantidad esperada la productividad, pues el bajo ánimo que deja al trabajador no invita a generar más. Si bien, para el economista no hay que preocuparse en España de que esta idea trate de aplicarse en nuestro país, pues expone que la salida de la pandemia de Francia fue muy mala y no comparable a la nuestra.

De hecho, afirma que el crecimiento que va a experimentar España este año a nivel económico va a ser tres veces superior al de Francia. Así, expone que para nada "somos el enfermo de Europa". Para el economista, "somos uno de los países que tiene mejor salud y mayor capacidad de, en los próximos años, generar bienestar". Y no se queda ahí, sino que apunta una importante diferencia en la situación pasa también porque en su anterior mandato, Macron bajó el IRPF, el impuesto de sociedades y el IBI y aumentó las prestaciones sociales. "De aquellos polvos, estos lodos", sentencia.

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