La tensión en Torre Pacheco no está pasando solo por el acoso a los inmigrantes, sino que también se está visibilizando en cómo se increpa a los periodistas de distintas televisiones que han acudido a esta localidad murciana para contar los hechos que allí acontecen. Una de las reporteras que ha sufrido este hostigamiento en los últimos días ha sido la periodista del programa de Malas Lenguas, Esther Yáñez.

En pleno directo durante la jornada del lunes, 14 de julio, Jesús Cintora trataba de comunicarse con la reportera para conocer las sensaciones que podían palparse en este municipio, que vive jornadas de enfrentamientos tras la agresión a un hombre de 68 años por parte de un joven de origen magrebí. Grupos de ultraderecha decidieron movilizarse y acudir a la localidad para tanto manifestarse allí como acosar y enfrentarse al colectivo inmigrante que reside en el barrio de San Antonio. En Torre Pacheco recibía la conexión Esther Yáñez, a la que le fue imposible trasladar a Cintora su crónica debido a las voces que le lanzaban estos ultras que la rodeaban, que, en un momento determinado, comenzaron a lanzarle agua y perseguirla por la calle, teniendo que aparecer la Policía para controlar la situación, al mismo tiempo que otros compañeros de la profesión trataban de calmar a todo el mundo y liberar a la compañera.

Un nuevo caso de acoso a la profesión periodística por parte de grupos que solo consideran veraz la información que ofrecen determinados perfiles de redes sociales que suelen estar rodeados de polémica, como el caso de Recue You y sus comentarios sexistas a una reportera de Telecinco.

Experiencia en peliagudos temas sociales

Originaria de Talavera de la Reina, aunque con residencia en Madrid, Esther Yáñez se formó como periodista en la Universidad Complutense, donde además de obtener su licenciatura, también estudió un posgrado en Relaciones Internacionales y Países del Sur. Añadiría a su currículum, posteriormente, un segundo posgrado, estando este centrado en Conflictos de Oriente Próximo, recibiendo las lecciones en la UNED.

Yáñez pasaría cuatro años como redactora de Onda Cero antes de cruzar el charco, en Estados Unidos y Latinoamérica comenzaría a preparar reportajes en profundidad, en los que ahondó como, por ejemplo, la ruta de los migrantes centroamericanos hacia EE.UU. Además, también ejercía como corresponsal en el tiempo que pasó en la cadena TeleSur.

Previamente a esta experiencia profesional, ya pasó por el continente latinoamericano para realizar un voluntariado como profesora cooperante en Cobán, Guatemala, durante el verano de 2009 en un colegio con niños de entre 4 y 16 años, todos ellos en riesgo de exclusión social. Trabajó en el colegio Comunidad Esperanza y en el basurero local, donde vivían muchos de los niños que acudían a esta escuela.

No ha sido la primera vez

Como periodista, Esther Yáñez no es novata en vivir este tipo de situaciones. Hace unos meses, por ejemplo, durante la celebración del Dos de mayo, la reportera de Malas lenguas, tuvo que sufrir que el equipo de seguridad de la presidenta madrileña tratara de echarla a empujones. Un día en el que Yáñez pudo realizar alguna que otra pregunta a Miguel Ángel Rodríguez, pero que, cuando trató de acercarse a Isabel Díaz Ayuso al primer "presidenta" una mujer del equipo de seguridad le agarraba por detrás, impidiendo su avance de malas formas. "No me empujes", se veía obligada a decirle la reportera, que posteriormente destacaba el "blindaje" que se podía apreciar en plena Puerta del Sol. 

Más tarde, con Ayuso sobre el escenario, la periodista de Malas lenguas lograba acercarse para preguntarle "por qué no había invitado a nadie del Gobierno central", pero la popular dirigía la mirada a cualquier otro lugar, haciendo como si no existiera, mientras que daba la mano a sus seguidores.

Un mes más tarde, durante una serie de manifestaciones que se llevaron a cabo a las puertas de Ferraz, algunos asistentes decidieron rodearla e insultarla, impidiéndole hacer su trabajo, e incluso intentaron arrebatarle el micrófono de la cadena. Las imágenes recogían todos los intentos de represión contra Yáñez incluso en la vía pública. "Nos rodean, nos amenazan, nos insultan, nos tiran la esponjilla de TVE e intentan tirarnos el micrófono", se podía escuchar en la pieza locutada. En ese preciso instante, la reportera, visiblemente afectada, se dirigió a un sujeto que la increpó: "¡Pero bueno! ¿A usted le parece normal lo que acaba de hacer? ¡Usted no me puede agredir!". Siendo este solo uno de los episodios que vivió aquel día.

Apoyo inmediato

Ante la situación vivida en Torre Pacheco, Yáñez encontró múltiples apoyos en las redes sociales, siendo muchas las personas que denunciaron el acoso que sufrió y dignificando la profesión y alabando el periodismo serio.

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