À Punt es una de las televisiones autonómicas que más vapuleos ha sufrido esta temporada por parte de su Gobierno regional. Desde que en mayo de 2023 el PP de Mazón y Vox ocuparan el Palau de la Generalitat, su argumentario político ha invadido los pasillos de la televisión pública valenciana, pero, además, también se han llevado a cabo reformas en la ley que la regula para poder sacrificar algunos mecanismos de control. Paralelamente, su nuevo presidente, Vicente Ordaz, su gran aliado en el barro, está imponiendo la política del 'todo por subir las audiencias', estrategia que ya ha provocado más de una polémica, como la de la castellanización de los contenidos. Desde dentro, sus trabajadores conviven con el fantasma de Canal 9, predecesora que tuvo que ir a negro tras el 'maltrato' del PP. Eugeni Alemany, emblemático presentador valenciano, que ha convivido en ambos organismos, reflexiona sobre ello junto a ElPlural.com.
Eugeni Alemany es uno de los rostros más emblemáticos de la televisión pública valenciana. Su carrera comenzó en la antigua Canal 9, donde trabajó como guionista y reportero en programas como En casa de Bárbara, Queda’t amb mi o A la fresca. Su estilo directo, cercano y cargado de humor lo convirtió pronto en un referente.
Tras su paso por Caiga quien caiga en Telecinco, donde ganó proyección nacional, Alemany regresó a la televisión autonómica con fuerza. Con el nacimiento de À Punt en 2018, se convirtió en una de sus caras más reconocibles gracias a Trau la llengua, un espacio que combinaba divulgación lingüística y entretenimiento. Le siguieron concursos como Atrapa’m si pots, Tresor o trasto o el actual A la saca, todos con su sello personal: agilidad, humor y complicidad con el espectador.
El pasado 28 de enero, el Consell aprobaba el nombramiento del periodista Vicente Ordaz como presidente de À Punt. Su nombramiento estuvo señalado desde el primer momento por su relación con el valenciano, lengua en la que se emiten prácticamente todos los contenidos del canal, que le llevó a proponer una castellanización en los contenidos de la televisión pública. "Una de sus estrategias es poner los programas en castellano porque, en consonancia con la política de PP y VOX, consideran que en la Comunidad Valenciana hay una gran parte castellano-parlante que si no se ha sentido identificada con À Punt es porque no se le hablaba en castellano", le contaba Toni Villareal, líder del Comité de empresa de À Punt a este medio.
En cuanto a los espacios que ocupan la parrilla, recientemente, levantaba el veto a los toros tras aprobar un nuevo libro de estilo que recoge la posibilidad de emitir festejos taurinos. Eugeni Alemany, que actualmente presenta el concurso A la saca, señala estos movimientos: "Han cambiado algunos contenidos que con la anterior dirección no había. Misas ya se hacían, películas del oeste también se hicieron. Ahora hay un intento de hacer toros, pero la audiencia tampoco lo está acompañando", destaca.
Alemany cree que "lo que hay que hacer son resultados de audiencia y apostar por los programas" y también aborda la propuesta de castellanizar la parrilla: "En una cadena autonómica como es la valenciana, que además va dirigida a un público muy concreto, que es el valencianohablante, tampoco le puedes dar la espalda a ese espectador que tienes asegurado porque para ver otras cosas ya hay otras cadenas".
Los hilos que Mázon ha ido moviendo en el seno de À Punt despiertan temor en sus entrañas, integradas por muchos extrabajadores del difunto Canal 9 que no pueden evitar los recuerdos de un final nada feliz. Los pasos de PP y Vox están conduciendo a un control de la televisión regional, a una monopolización de sus contenidos y a la réplica de su argumentario político en sus escaletas. Todo esto ya ocurrió con su predecesora. Ante esta situación, Alemany sentencia: "Toquemos madera para que no ocurra lo mismo que con Canal 9".