Vox vuelve a agitar el avispero del miedo al extranjero, del discurso victimista frente al de fuera y a la asociación sistemática de lo islámico con el terrorismo y la falta de seguridad. En plena ola de tensión y altercados en el municipio de Torre Pacheco, donde Vox cabalga a lomos de los bulos de la ultraderecha, los de Santiago Abascal han vuelto a agitar su ideario xenófobo y racista que tan buenos resultados le sigue dando en la calle, entre sus simpatizantes ultra, y en las encuestas.
El partido de Abascal ha registrado en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para declarar que el velo islámico y “cualquier otra vestimenta islámica” atentan contra los derechos de las mujeres y contra nuestra identidad y cultura y para prohibirlo “en todos los edificios y espacios públicos, abiertos y cerrados, incluyendo escuelas, universidades, hospitales, instalaciones deportivas y parques infantiles”.
Si la semana pasada Vox ocupó cientos de titulares con su anuncio de un proyecto masivo para expulsar hasta ocho millones de extranjeros, el texto que acaba de registrar en el Congreso de los Diputados da algunas pistas sobre cómo quieren endurecer todavía más este proyecto radical. Entre otras ideas, “introduciendo” sanciones y penas más duras para castigar a aquellas personas de religión musulmana que “obliguen” a sus mujeres o niñas a vestir con cualquier “atuendo o vestimenta islámica”.
En esos casos, Vox propone proceder “a la suspensión de las solicitudes y trámites de obtención de la nacionalidad”. Su plan, o al menos su retórica, incluye acciones de expulsión para personas en situación regular en nuestro país.
“Los extranjeros que vienen a España tienen la obligación de integrarse, no es potestativo. En este sentido, deben ser expulsados todos los inmigrantes que lleguen ilegalmente a España, y los legales que cometan delitos graves o hagan del delito leve su forma de vida, así como todo inmigrante, legal o ilegal, que decida no integrarse en nuestra cultura y costumbres. No podemos permitir que solo el 8% de los inmigrantes que tienen orden de expulsión estén fuera del territorio nacional, como ocurre actualmente.
¿Qué es no integrarse en nuestra cultura? ¿Vestir atuendos propios de la cultura musulmana? La iniciativa la firman varios diputados de Vox y su portavoz en el Congreso, Pepa Millán. En su exposición de motivos, alegan que “el consenso progre en España y en Bruselas” se ha traducido en un “incremento exponencial de la criminalidad, la pérdida de identidad de nuestros barrios de toda la vida y la saturación de nuestros servicios públicos, resultando en que el multiculturalismo se traduce en multiconflictividad en nuestros barrios y pueblos”.
Como es habitual en sus discursos, Vox carga contra la “llegada masiva” de inmigrantes a España y alerta, según sus propios cálculos y citando a publicaciones de la órbita de la ultraderecha, como La Gaceta, que en España “existen en la actualidad 30 municipios en los que la población extranjera es mayoritaria”. Un problema sobre ante el que, argumentan, “el silencio mediático e institucional” mira para otro lado. “La creciente islamización de nuestros barrios se ha convertido en una grave amenaza para la pervivencia de nuestra identidad, nuestra cultura y el respeto a nuestro sistema jurídico y social”, añaden. A su juicio, el Gobierno central y las comunidades autónomas han permitido durante años “la proliferación de sociedades paralelas en las que no rigen nuestras normas”.
Vox pone como ejemplo la prohibición del burka o niqab que han regulados países como Franci, Bélgica, Austria, Dinamarca, Países Bajos y Suiza. Pero la proposición no de ley de Vox no va por ahí. En su texto, hablan en genérico de cualquier forma de “velo islámico” o de “atuendo o vestimenta islámica” que atente contra los derechos de la mujer y nuestras costumbres e identidad. A buen entendedor, sobran más explicaciones para poner significado al plan trumpista de expulsiones masivas ideado por Abascal y Pepa Millán.