Rafael Araujo, exdirector de Seguridad de Repsol, ha sacado al presidente de la compañía, Antonio Brufau, del centro de la pieza del caso Tándem que investiga el presunto espionaje a Luis del Rivero, expresidente de Sacyr. Según la declaración ante el magistrado instructor, Manuel-García Castellón, prestada este martes, la decisión de contratar al comisario jubilado, José Manuel Villarejo, fue suya. Es más, Araujo ha asegurado que “nunca informó al presidente de la compañía, Antonio Brufau, acerca de su decisión”.

La declaración se ha producido en el marco de la pieza separada número 21 de 'Tándem', donde se investiga el presunto encargo por parte de Repsol y de CaixaBank a Villarejo para que espiara en 2011 al entonces presidente de Sacyr Vallehermoso, Luis del Rivero.

Con respecto a lo que Brufau sabe o sabía, Araujo ha añadido que ni siquiera a día de hoy ha tratado con Brufau la contratación de Cenyt, la empresa del excomisario Villarejo. Durante su declaración también ha explicado que, aunque él fue policía, nunca conoció a Villarejo durante sus años en activo en el cuerpo, y que su primer contacto con él fue entre el año 2007 y 2008 durante una comida en la que el principal imputado en Tándem se presentó como inspector jefe en excedencia que tenía una empresa de seguridad llamada Cenyt.

Tras esa comida, Araujo ha aseverado a García-Castellón que no volvió a coincidir con José Manuel Villarejo hasta 2011. Fue en un corrillo por la festividad de los Ángeles Custodios, que es el patrón de la Policía Nacional, cuando el entonces responsable de Seguridad de Repsol intercambió unas palabras con Villarejo.

La conversación

Rafael Araujo ha dicho que percibió “cierta inquietud” en el excomisario durante la conversación, y que le preguntó directamente si éste trabajaba para Sacyr, “lo que provocó que el ahora comisario jubilado cambiase de forma abrupta su semblante”.

Así las cosas, y después de cerciorarse de que la empresa de Villarejo ofrecía sus servicios a Sacyr, Araujo ha contado que pensó que “una buena forma de desactivar esa colaboración sería que fuese Repsol quien contratase directamente a Cenyt”.

Y ha apostillado que, “si recurrió al grupo de Villarejo fue porque el departamento de Seguridad no podía asumir la labor de recopilar información acerca de Sacyr, un trabajo que debía recaer en una empresa externa. Cenyt era la idónea en tanto que ya trabajaba con otras empresas del IBEX-35 y por tener fama de acometer sus encargos con celeridad”.

Las fuentes presentes en la declaración han explicado que, Araujo ha dicho que disponía de esa información sobre el grupo empresarial de Villarejo porque los directores de seguridad de las empresas hablaban entre ellos con cierta asiduidad, llegando a sus oídos los servicios que finalmente contrató.

En este contexto, Araujo también ha dado detalles sobre cuáles eran los principales objetivos que perseguía su departamento a la hora de recurrir a Cenyt. Lo principal, ha afirmado, “era conocer detalles acerca del pacto que Del Rivero trató de cerrar con la petrolera mexicana Pemex para hacerse con el control de Repsol, compañía en la que Caixabank era accionista de referencia”.

Así, esa labor de inteligencia empresarial perseguía desvelar una serie de detalles: quién estaba detrás del pacto, quién financiaba la operación y con qué apoyos jurídicos y financieros contaba Sacyr. Especialmente, ha apuntado Araujo, cuando Repsol la consideraba como una empresa sin la capacidad para acometer ese movimiento.

El exdirector de Seguridad ha sostenido que era bastante habitual que en operaciones de esta índole la empresa que figuraba como interesada en cerrar el acuerdo actuase como una suerte de caballo de Troya de otra con una capacidad superior. Lo que Repsol no perseguía en ningún caso con la contratación de Cenyt, ha incidido Araujo, era obtener información de índole personal acerca de Del Rivero o su familia.