La escritora, poeta y profesora de filosofía Marifé Santiago es el motivo por el que José Luis Rodríguez Zapatero ha publicado el ensayo 'No voy a traicionar a Borges' (Colección Palabras Hilanderas-Huso Editorial) sobre su admirado Jorge Luis Borges. Todo surgió en marzo de 2020, en los primeros días del confinamiento al que ahora vemos desde la distancia y con cierta normalidad, pero que en su momento supuso una auténtica conmoción global. En impassse dramático una librería de Madrid, En clave de libros, propuso a diferentes poetas grabar un poema para entender la situación inédita que estábamos viviendo provocada por la pandemia del coronavirus. Marifé fue una de los participantes y su poema llegó tanto al expresidente como a la editora de Huso, Mayda Bustamante. De ahí saldría la ‘Palabras hilanderas’, una colección de ensayo en “tiempos de hilos rotos y palabras vacías” con el fin de “aportar luz cuando todo parece dominado por la penumbra”.

PREGUNTA.- ¿Cómo surge la colección ‘Palabras Hilanderas’ y cómo llega José Luis Rodríguez Zapatero a formar parte de la misma?
RESPUESTA.- La editorial Huso me pidió hace unos meses, en pleno momento álgido de esta tragedia que se ha llamado COVID, que dirigiera una colección de ensayos poéticos, breves e intensos. En un tiempo de hilos rotos, palabras vacías, de necesidad de pensar, de reflexionar y de escuchar tenía que llamarse ‘Palabras hilanderas’. Las personas que estamos en el ámbito de la cultura y la educación, como es mi caso, y somos muchísimos, no solemos estar en las primeras líneas de la actualidad, pero vamos haciendo fondo. Pensé que sería muy hermoso que alguien como José Luis Rodríguez Zapatero nos contara su pasión por Borges.

No estamos hablando de un escritor cualquiera, leer a Borges exige, desde mi punto de vista, un respeto absoluto y darle un valor extremo a la cultura y a todo lo que a la cultura significa de creación, de lazos, de vínculos entre los seres humanos y de respeto, una palabra clave entre seres humanos.

P.- Uno de los sectores más perjudicados por la pandemia ha sido el de la cultura que, sin embargo, en los momentos más duros, nos ha acompañado y ayudado a olvidar, aunque sea por un instante, los momentos tan dramáticos que hemos vivido.
R.- Nos hizo ver que seguíamos siendo humanos y que algo llamado libertad, que quiere significar ni más ni menos que la posibilidad de elegir, todavía era una esperanza. La pandemia nos trajo una lluvia malvada de vulnerabilidad. Se nos hace difícil a veces recordar que el progreso tecnológico, por ejemplo, tiene un límite y vimos de una manera global la imposibilidad de romper ese límite. En esto me voy a poner borgiana para decir que teníamos que esperar a ese jardín de senderos que se bifurcan para saber por cuál de ellos iba a conducirnos la vida. La cultura no sólo nos salvó, sino que nos sirvió para darnos cuenta de que sin esperanza, sin ilusión, sin sueños -y que sean sueños más allá de lo personal, sueños colectivos-, la vida no tiene sentido. La libertad tiene que ver también con el sentido de la vida.

"La cultura es lo que nos sostiene y nos convierte en seres humanos"

La cultura puede entretener, pero no es entretenimiento. Es vida, es respiración, y en los momentos más trágicos de nuestra historia más reciente ha tenido un papel absolutamente preponderante. Estoy pensando por ejemplo que el importante papel que hizo para la sociedad inglesa el Royal Ballet británico durante la Segunda Guerra Mundial y su forma de agradecérselo es convirtiéndolo, al finalizar la contienda, un uno de los más grandes ballets del mundo. En Francia, pase lo que pase, la cultura es intocable y aunque cuando hablas con la gente de allí no es tan idílico como lo vemos desde fuera, sí está en el imaginario colectivo.  En España también tenemos momentos de la historia reciente, esa Junta para la salvación del tesoro artístico nacional o las malísimamente interpretadas palabras de Azaña por los grupos que no quieren nunca entender las cosas, cuando dijo que 'vale más el Museo del Prado, lo que el Prado tiene, que la Monarquía y la República juntas'. No es una frivolidad en un momento de violencia, de guerra, de hambrunas y de terror. Es explicar de una manera simbólica que la cultura es lo que nos sostiene y nos convierte en seres humanos.

Ahí es justo donde creo yo que se sitúa la reflexión que José Luis Rodríguez Zapatero hace sobre Borges. No es un libro de un erudito ni de un investigador, porque él no lo es, y así comienza además diciéndolo. 'No soy un historiador, no soy un académico y sería una intromisión por mi parte, pretender serlo’. Él es sólo un lector apasionado y los libros de Borges te llevan a territorios lejos de tu vida cotidiana pero que al mismo tiempo están muy cerca. Al final, en el dolor y en la alegría, en el amor, en la amistad, los seres humanos compartimos experiencia.

P.- Ya hemos conocido a otros expresidentes que publican sus memorias o explican su legado político, incluso el propio Zapatero ha escrito sobre su visión de la crisis de 2008. Sin embargo, esto es algo muy personal, el ZP más íntimo.
R.- Yo lo veo desde fuera hay una dinámica de recibir la obra de expresidentes o expolíticos en general hablando de su condición de figura pública. Pero algunos de ellos tienen también una faceta digamos investigadora. Aunque no voy a dar nombres, algunos diplomáticos españoles en activo son referencia para el estudio de algunos autores o determinadas épocas. Este libro tiene que ver con la visión de la política de Zapatero. En su tiempo como presidente del Gobierno había una manera de entender la política que estaba vinculada a su manera de entender la vida: como escucha, es una persona que ama la muy buena música y que escucha. Hay un capítulo hermosísimo en el libro que habla precisamente de Johann Sebastian Bach y a Jorge Luis Borges, de su experiencia como lector de Borges y también como lector de la música, a través de los oídos. Como no estamos tan acostumbrados a eso, nos choca.

La democracia tiene que ser música, que decía María Zambrano, algo poroso que cambia y armoniza las diferencias. No algo rígido y constreñido. Cuando yo pienso con objetividad en las cosas que ocurrieron durante el gobierno de Zapatero, entiendo perfectamente que en un momento determinado, no solo sea lector de Borges, que eso ya lo sabíamos, sino que además, considere que parte de esa manera de ver la vida sea este libro. 

"La cultura es ese lugar en el que los seres humanos se encuentran más allá de las diferencias"

P.- ¿Qué te ha aportado este ensayo de Zapatero?
R.- Saber que hay una isla en la que no hay un solo habitante, sino que son islas, constelaciones, tejidos de seres humanos que más allá de lo efímero que es titular hoy y mañana deja de ser noticia – en esto es muy borgiana, porque él decía que no leía mucho la prensa, con ironía socrática-. Te va a sonar muy raro, pero ha sido saber que no me equivoco, que la cultura es ese lugar en el que los seres humanos se encuentran más allá de las diferencias y que como dice nuestro maestro Antonio Gamoneda, la belleza es un lugar al que no van a parar los cobardes. Eso es lo que me ha aportado.

"Esos ojos amarillos nos dicen mucho más de lo que se ve en apariencia"

P.- Salvando las distancias, el tigre de la portada del que destacan sobre todo los ojos, tiene mucho de Zapatero
R.- José Luis Rodríguez Zapatero habló con Andrés Torres Rivas, un joven artista español extraordinario y le pidió un tigre, que acabó saliendo un poco como humanizado. Es como los tigres azules de los textos de Borges y con esos ojos amarillos. Para Borges el amarillo era el color de la ceguera y decía que la ceguera no es oscuridad, sino que tiene algo de amarillo, un color con reminiscencias simbólicas que es sagrado en Oriente. Esos ojos amarillos nos dicen mucho más de lo que se ve en apariencia. Aunque no tengamos la erudición para saber todo ese significado, nos llaman la atención: comunicas el mirar, estar pendiente y ser cortés también.

P.- ¿Cuántos libros se han sacado de la colección?
R.- La colección empezó en enero. Mayda Bustamante, que es la valiente editora de Huso Editorial, una editorial independiente, pequeña, que con muchísimo esfuerzo se está abriendo camino y en los cinco años que lleva tiene un catálogo verdaderamente excepcional, con rigor profundidad, cuidado y belleza. La idea es que salgan diez números al año, con julio, agosto y diciembre de descanso por lo que habrá un mes que salgan dos. Hemos empezado este año, cuando se conmemoraba el 30 aniversario del fallecimiento de María Zambrano y dedicamos el primer libro a su pensamiento inspirador. Tengo cerrado hasta diciembre, 2022 y una parte de 2023.

P.- ¿Cómo está Zapatero estos días?
R.- Está contento, muy feliz, es alguien que respeta la cultura y los libros hasta límites que no lo son, hasta lo ilimitado. Todo lo que podía decir de él de ese libro ya lo ha hecho escribiéndolo y ahora corresponde a los lectores y a las lectoras encontrar esa experiencia leyéndolo. No voy a decir la palabra juzgar porque no es esa palabra, los libros no se juzgan, se disfrutan, incluso cuando no se siguen leyendo y se abandonan, también se agradece.