José Luis Rodríguez Zapatero ha sorprendido en plena Feria del Libro de Madrid con la publicación de un ensayo sobre la figura del escritor argentino Jorge Luis Borges. Se titula ‘No voy a traicionar a Borges’ y forma parte de la colección ‘Palabras Hilanderas’ de Huso Editorial. “Mi única pretensión con estas líneas es la de compartir mis impresiones e interpretaciones de los textos, de algunos de ellos, del autor argentino”, asegura el expresidente que ha querido rendir homenaje a un escritor que ha sido un compañero inseparable desde su juventud. Empezó a leerle a finales de los años 70 –“como diría Borges, las fechas no importan” y no ha dejado de releerle nunca.
“No es un libro de un erudito ni de un investigador, porque él no lo es, y así comienza además diciéndolo”, nos explica Marifé Santiago Bolaños, directora de la colección ‘Palabras hilanderas’. Estamos acostumbrados a expresidentes que escriben sobre sus memorias o su legado político -incluso el propio Zapatero lo hizo con ‘El Dilema’ (Planeta), donde explicaba lo duros momentos vividos en 2010, cuando tuvo que adoptar drásticas medidas económicas para evitar el rescate de la UE-, pero no a que escriban sobre otros asuntos y mucho menos sobre literatura. Sin embargo, a quienes lo conocen de cerca no les resulta tan llamativo y tiene que ver, nos explica Marifé, con su manera de ver la política y la vida.
“En su tiempo como presidente del Gobierno había una manera de entender la política que estaba vinculada a su manera de entender la vida: como escucha, es una persona que ama la muy buena música y que escucha. Hay un capítulo hermosísimo en el libro que habla precisamente de Johann Sebastian Bach y a Jorge Luis Borges, de su experiencia como lector de Borges y también como lector de la música, a través de los oídos. Como no estamos tan acostumbrados a eso, nos choca”, relata y recuerda las palabras de María Zambrano, quien identificaba la democracia con la música: “La democracia tiene que ser música, algo poroso que cambia, que armoniza las diferencias, no algo que rígido y constreñido”.
"'Bueno, pero no voy a traicionar a Borges’. Y ese fue el título”
La colección ‘Palabras hilanderas’ surgió en marzo de 2020, en pleno confinamiento, cuando la editora de Huso, Mayda Bustamante, encargó a Marifé Santiago Bolaños una colección que hablara en un tiempo de hilos rotos y palabras vacías de la necesidad de pensar, reflexionar y escuchar. Entre los nombres que se le vinieron a la cabeza, estuvo José Luis Rodríguez Zapatero, a quien propuso que escribiera sobre su visión de la cultura y el “viaje de la resistencia” en el que estábamos inmersos. “Me dijo que sí y en esa conversación surgió el título del libro. Le di varias opciones, pensando, entre otras cosas en la música y él me respondió: ‘Bueno, pero no voy a traicionar a Borges’. Y ese fue el título”.
Zapatero nos transmite en este ensayo su pasión por el escritor argentino pese a no compartir su posicionamiento político. Borges no creía en el Estado ni en los políticos y, según analiza el hispanista Edwin Williamson, en ‘Borges. Una vida’ (Seix Barral), su antiperonismo le llevó a criticar la democracia y a disculpar las dictaduras de Pinochet y Videla. “La democracia es una superstición, basada en la estadística. Toda la gente no entiende de política, como no podemos entender todos de retórica, de psicología o de álgebra”, confesó en 1976 a El País durante una visita a España.
Sin embargo, con Borges hay que aplicar siempre una buena dosis de relativismo. “Él era irónico en un sentido socrático, profundo, no en el de la broma o para reírse de los demás”, aclara en este sentido Marifé y poniendo a modo de ejemplo su comentario de que no leía la prensa porque los personajes que hoy eran noticia, mañana dejaban de serlo. Lo que nos ofrece ‘No voy a traicionar a Borges’ es precisamente una mirada a lo que Borges definía como la “modesta ceguera”. “Mirar no es cotillear, mirar es estar pendiente y eso, para mí, es un acto de cortesía”, matiza.
“La lealtad a una obra y a su autor supone un compromiso tan intenso como misterioso. En mi caso, esa lealtad es con Jorge Luis Borges, con su obra, con su huella, con sus geniales recursos literarios. La intensidad puede llegar a acariciar lo obsesivo. Leer y releerle, escuchar una y otra vez sus entrevistas y conferencias, deconstruir sus formas retóricas y entender o intentar entender las raíces intelectuales de ese camino entre la filosofía y la literatura plena, que culmina en el hecho estético que constituye la obra borgeana, han sido una constante en mi vida. Como tiene dicho Luis García Montero, 'ser lector de Borges es, primero, una forma de ser lector y, luego, una forma de ser'", explica el propio Zapatero.
El tigre de la portada, con unos ojos amarillos que miran fijamente tiene mucho de Zapatero
La portada del libro, obra de Andrés Torres Rivas, no es en absoluto casual. Muestra un tigre que te mira fijamente con unos profundos ojos amarillos y que, salvando las distancias, nos recuerda algunos de los rasgos más característicos del propio expresidente. La ilustración la trabajaron conjuntamente el artista y el propio Zapatero, quien quiso que la portada estuviera ocupada por un tigre. “Para Borges el amarillo era el color de la ceguera y decía que la ceguera no es oscuridad, sino que tiene algo de amarillo, un color con reminiscencias simbólicas que es sagrado en Oriente. Esos ojos amarillos nos dicen mucho más de lo que se ve en apariencia. Aunque no tengamos la erudición para saber todo ese significado, nos llaman la atención: comunicas el mirar y ser cortés también”, considera Marifé.
‘No voy a traicionar a Borges” es el octavo título de esta colección 'Palabras hilanderas'. Empezaron el pasado mes de enero con ‘La violencia es una veta miserable que cubrimos con canciones’, obra de la propia Marifé Santiago Bolaños. Cada ensayo aúna palabra, poesía, creación y, sobre todo la mirada curiosa de quienes aman la belleza en cualquier escenario o situación. Está previsto que cada año salgan diez libros en total y ya está programado todo 2022 y parte de 2023.
