La nueva Ley de Educación (LOMLOE) establece evaluar por competencias, pero nadie ha explicado a los profesores cómo hacerlo, mientras ellos siguen primando contenidos y la nota del 10. El futuro de la norma es impredecible porque las leyes educativas en España suelen durar lo que dura una legislatura, es el precio que pagan por imponerse sin el consenso de las principales fuerzas políticas y de la clase educativa. ElPlural.com ha hablado con docentes y representantes sindicales para entender qué es evaluar por competencias y por qué nuestro país sigue sin ocupar una buena posición en ranking mundiales, como el del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (conocido como Informe PISA), en el que estamos por debajo de la media de la OCDE en materias como matemáticas y ciencias. 

La LOMLOE contempla competencias claves que deben ser aprendidas por los alumnos, como la comunicación lingüística; matemática, ciencia y tecnología; las competencias sociales, la capacidad emprendedora o las expresiones culturales. La pregunta es cómo evaluarlas.

No le puedes pedir al pez que suba al árbol

Susana Herrero ha sido profesora durante 34 años en institutos de Asturias y se ha jubilado en septiembre pasado.

La profesora Susana Herrero

P- ¿Qué diferencia a España de un país que triunfa en PISA, como Finlandia?

R- La gente debe tener claro que la Unión Europea aplica los mismos preceptos en Educación, aunque existen dos modelos, según el país: el competitivo y el comprensivo. En España tenemos un sistema comprensivo, como en Alemania o Finlandia, con el que se trata de garantizar la igualdad de oportunidades, pero en realidad tenemos una la mentalidad de un sistema competitivo, en el que la nota del 10 es importante

Si señalamos las diferencias que pueden aclarar por qué es más exitoso un país como Finlandia en el informe PISA que España, tendremos que señalar que allí la educación es pública, se personaliza y se busca que no sea estresante, que los niños tengan tiempo para jugar y para el descanso. Se van prácticamente sin deberes para casa y hasta quinto de Primaria no se hace ningún examen. Lo que se hace es elaborar unos informes detallados que le dicen a los padres cómo están sus hijos en competencias. Se premia que los alumnos tengan curiosidad y que participen. Se valora a los profesores, se les respeta. Y la formación del profesorado, es de calidad. Este es, a juzgar por el informe PISA, el factor más crítico a tener en cuenta en esos buenos resultados. También se tiene en cuenta la conciliación del profesorado con su vida familiar y que tenga tiempo suficiente para preparar sus clases.

¿Cómo lograr ser “competentes”? El primer problema es la falta de instrucciones precisas a los profesores o escalas de valoración concretas sobre cómo evaluar las competencias. Y de ahí la confusión entre “competitividad “frente a “ser competente”. Algunos centros y profesores, por su propia iniciativa y voluntariedad, han elaborado sistemas para hacerlo. Por poner algún ejemplo, el centro de la C.A de Canarias de Santa Cruz de La Palma estableció unas tablas con todas las asignaturas y, por otra parte, las competencias. Cada profesor le asignó un peso específico (un porcentaje) a cada competencia. Esas tablas, si es que ese debe ser el método, deberían de ser proporcionadas por las diferentes consejerías de Educación. 

España sigue apostando por los exámenes tradiciones, "conceptuales", que dependen de la nota, mientras que otros países apuestan por el aprendizaje por proyecto. Esos países consiguen mejores resultados. Singapur tiene las mejores notas en matemáticas y Finlandia tiene buenos resultados en general. 

En Singapur, por ejemplo, tienen como lema que, si crees que las matemáticas son difíciles, no tendrás éxito en las matemáticas. En España hay un miedo tremendo a las matemáticas. El sistema que ellos tienen, que se llama “maestría en matemáticas”, se basa en explicarle muy bien los fundamentos al niño. Ellos trabajan por retos o proyectos y toda la clase se enfrenta a resolver un mismo problema. Los niños se devanan los sesos por resolverlo y, sorprendentemente, descubren que hay más de una solución. Lo verbalizan, lo discuten entre ellos y lo solucionan. 

En España, se sigue practicando mayoritariamente el modelo de clases tradicional donde el profesor se levanta y con la tiza, el ordenador o tableta va resolviendo los ejercicios y los niños van copiando. Con este sistema, al faltar el reto, la necesidad de "ser competentes" y demostrar que puedes resolver “por tus medios” las cuestiones planteadas en equipo, el alumnado se acostumbra a no ser emprendedor e independiente. No aprende a aprender.

Ell sistema de evaluación basado en competencias se puede entender muy bien con el chiste del maestro que está en la selva con una serie de animales: un elefante, un mono, un pez… y les dice que la nota de su examen, que es el mismo para todos, depende de la velocidad a la que se subirán al árbol. No le puedes pedir al pez que suba al árbol

Al ser práctica habitual del aula poner el mismo examen a todos, aun cuándo las capacidades de cada uno son diferentes, se produce una gran frustración que explica, en cierta medida, la elevada tasa de fracaso y de abandono escolar que hay en nuestro país. 
 

La ley educativa está al albur de los cambios políticos

José Ramón Merino es responsable de Política Educativa en la Confederación de Sindicatos de Trabajadoras y Trabajadoras de la Enseñanza en toda España.

El responsable de Educación de STEMs José Ramón Merino

P- ¿Por qué las leyes de Educación en España no perduran en el tiempo?

R- La evaluación por competencias básicas fueron introducidas en la ley educativa de Zapatero, la LOE, en 2006, y quedó interrumpida en 2013, con la conocida como Ley Wert por el nombre del ministro José Ignacio Wert. Fue una especie de contrarreforma, una regresión, pero a los tiempos anteriores a la LOE y ha hecho mucho daño a la educación en España.

La nueva ley empezará a aplicarse en el curso escolar 2022-23 sólo en los cursos impares (primero, tercero y quinto de Primaria y de ESO) aunque no estará totalmente implementada en toda la enseñanza no universitaria hasta 2023-2024. El problema de España es que la ley educativa está al albur de los cambios políticos. En otros países europeos, gobierne quien gobierne, se mantienen las leyes educativas. 

A diferencia de España, en un país como Finlandia, el 98% de la educación es pública, aquí, el 67%. Es un condicionante importante, que el estado determina la enseñanza y no deja un 33% en manos privadas, como ocurre en España. Finlandia dedica el 7% del PIB a la enseñanza; España, el 4,2%, eso es mucho dinero. La media europea es el 5,5%. La ratio en las aulas de Finlandia es de 15 alumnos, mientras en España, es el doble.

El año pasado, por la pandemia, se contrataron en la educación pública 35.000 profesores más. Este año, algunas comunidades, como la Comunidad de Madrid, han despedido a profesores. Creemos que debían haberse mantenido porque de momento sólo en Educación pública de las etapas Infantil y Primaria faltan en torno a 50.000 docentes. Y si habláramos de Secundaria, tendríamos que hablar de otros tantos. 

Una carcasa de un Ferrari a un coche utilitario 

Yván Pozuelo es profesor de Francés en institutos de Gijón y conocido por el revuelo causado por su libro, '¿Negreros o docentes? La rebelión del 10', que le valió un duro expediente sancionador, aún abierto.

El profesor Yván Pozuelo, autor del libro Profesores o negreros. La tiranía del 10

P-¿Evaluar por competencias es poner a todos los alumnos un 10?

R-Las competencias buscan que el alumno adquiera autonomía para resolver los problemas de la vida personal y profesional. Antes bastaba con aprender de memoria la lista de los reyes visigodos, pero de esa manera no se adquieren habilidades. Ninguna asignatura debería dejar de tener el propósito de enseñar competencias.

Yo pongo el ejemplo de las máquinas que se usan en el gimnasio. Hay aparatos especializados en cosas determinadas, por ejemplo, en abdominales, pero te permiten trabajar también la resistencia. Pues las competencias son partes del cuerpo del conocimiento y del saber que queremos que la juventud adquiera. Todas las asignaturas deben estar al servicio de esas partes. Lo que pasa es que nunca nos explicaron cómo implementarlo y siguen sin hacerlo

La ley nos dice que podemos alcanzar esas enseñanzas básicas a través de unos mínimos exigibles y los alumnos deben adquirirlas por sí solos. Y ahí está el problema, porque no hay instrucciones claras.

Es importante no comparar un alumno con otro. Los profesores no estamos para eso y no aparece en la ley. Hay que aceptar los problemas y los puntos fuertes de cada alumno y de ahí avanzar. Lo que no hay es un techo.

Coges a un chico de 2 metros y a otro de 1.20 metros y les pones a lanzar 15 canastas. El de dos metros las mete y el otro, no. ¿Por qué yo le pongo un 10 también al de 1.20? Hombre, es que uno mide dos metros y el otro poco más de un metro. Eso no significa que éste último no vaya a crecerse y hasta a sacar más. El resultado en sí, el meter las canastas, es efímero. Bueno, pues todo eso es el aprendizaje por competencias. 

El que se quema las pestañas estudiando y luego suspende, para el profesor no vale para nada, y esa cultura del esfuerzo se les cae. ¿Cuál es la correspondencia entre esfuerzo y rendimiento? Uno se puede esforzar mucho y tener un mal resultado. ¿Qué nota se le pone, un suspenso o un 10 porque se esforzó? Y el que no se esfuerza y tiene un buen resultado, qué se le pone un 0 en esfuerzo y un 10 en rendimiento? Cada uno a su ritmo. Hay que buscar el método adecuado de evaluar.

En Primaria hay alumnos que se dan ya por desahuciados. Nosotros no estamos para desahuciar a ningún alumno. No es difícil entender que no tenemos que dejar a nadie detrás. Es más, la ley dice que la Administración tiene que poner todos los medios para que eso no exista, para que no haya fracaso escolar.

Si no se busca la forma de explicar a los profesores cómo hacerlo y formarles, esta ley será como ponerle una carcasa de un Ferrari a un coche utilitario y decir que es un Ferrari. Bueno…vale, muy bien… pero no es un Ferrari.

Todos los profesores sabemos que no hay ninguna voluntad política para mejorar la educación en España. Se hacen leyes educativas a golpe de titulares de prensa. ¿Sabes por qué no les importa? Porque sus hijos van a salir siempre adelante, de una forma o de otra. Pero los profesores estamos en el todos y el todas, hay muchas familias con menos recursos que están arrollados por este sistema injusto.

Hay que hacer de la educación una política de estado

Francisco García es responsable de Política Educativa en Comisiones Obreras.

El responsable de Política educativa de CCOO Francisco García. Foto CCOO

P-¿Hay que ir hacia una educación más individualizada?

R-Tenemos que invertir más en educación. Sin recursos no habrá más resultados. Hay que hacer de la educación una política de estado, para que cada vez que haya un cambio de gobierno se respete.

Estamos en la dirección contraria, en comunidades autónomas como Madrid o Murcia se han reducido plazas de docentes a niveles anteriores a la pandemia.

El siglo XXI y sus cambios sociales deben impactar en el sistema educativo y hay que apostar por el modelo competencial, no por el memorístico. Hay que prestar atención a la diversidad en las aulas y la educación debe ser lo más individualizada posible, lo que se consigue solo cuidando el ratio en las aulas y contratando más profesores.